martes, 11 de noviembre de 2014

Freddy Barton. El Audaz. 1961







Calificación:
REVISTA PARA LOS JOVENES
Línea:
Formato:
    Periodicidad:
Semanal
Encuadernac.:
    Edición:
Dimensiones:
17 x 24 cm.


Números:
16


Idiomas:
Original en español.
Géneros:


Fredy Barton. El Audaz fue una serie autoconclusiva de ciencia ficción. Fue realizada por  el artista gráfico, Fernando Cabedo Llorens y el escritor, Pascual Enguídanos Usach. Anclada en la nostalgia de aquellos cuadernos apaisados que la chiquillería de la época denominaba "tebeos", aguardando con impaciencia la entrega semanal. Con un trazo clásico, basado en el trabajo con lápiz para crear claroscuros, y un guión trepidante que atesoraba todos los tópicos la época. Con claras reminiscencias de Flash Gordon. Inmediatez en la acción, casi a ritmo de ametralladora, las viñetas se sucedían para no dar descanso a la imaginación de los alevines, con un final abierto y espectacular donde los protagonistas siempre quedaban en apuros. De este modo, los impacientes lectores aguardaban el siguiente fascículo mientras revivían cada una de las aventuras de sus héroes en una nación, dónde no había otro referente que la fantasía para hacer mas llevadera la cotidianeidad. Fredy Barton manejaba todos los clichés de aquellos años, en que la ciencia ficción era exactamente eso. Nada real en que basarse, y una imaginación febril por parte de los guionistas. Ciertamente al público devorador de estas viñetas le importaba muy poco como conseguían llegar a la luna en pocas horas o de dónde extraían un combustible inexistente, lo importante era la evasión y dejar volar la fantasía. En un mundo ambientado durante la Guerra Fría, el deportista de élite Fredy Burton (nunca llegamos a saber que deporte practicaba) Con la ayuda de un sabio alemán escapado después de la guerra; se acumulan los topicazos; construyen un platillo volante. Es de comprender que una vez descubierto por el malvado gobierno, traten de hacerse con el invento para fines bélicos. Escapando hacia la luna, acompañado de la hija del inventor (que ha muerto) una frívola periodista (para dar lugar a un tándem romántico) vivirán las aventuras más bizarras y disparatadas. Robots que caminan sobre piernas menesterosas, que se romperían bajo su propio peso, tribus de caníbales conviviendo junto a civilizaciones avanzadas, amazonas con indumentaria vikinga atacando naves que disparan rayos de luz. Cualquier dislate era válido para estimular la prodigiosa imaginación de los infantes de la época. Es de destacar es buen trabajo del lápiz, sobre todo en los rostros y el cuidado de las proporciones. Como tantos guiones de aquellos años esta lastrado por las incongruencias y los lugares comunes. Los habitantes de uno de los imperios siderales tienen ojos rasgados y una sospechosa vestimenta con ramalazo soviético. Su uniforme añade cascos tipo orinal, gafas oscuras, bigotito estilo fila de hormigas, y fusiles antediluvianos, con bayoneta calada, conviviendo con adelantos futuristas. Era, parte de la imagen que se proyectaba en el inconsciente colectivo: el "peligro amarillo" y las "hordas rojas". Los artefactos volantes, de formas aerodinámicas imposibles, cruzan el universo en el tiempo que tardaban en zamparse un tentempié. Como culmen del disparate, en uno de los universos más avanzados, cuando son atacados por el enemigo y destrozada su avanzada flota sideral, huyen en barcos !de la época de Colón¡ Autentico pionero en la mixtura de épocas y universos, Freddy Burton deviene un curioso producto atemporal, en un universo alternativo donde es posible que unos pulpos enanos y uniojos, hayan construido y tripulen naves avanzadas, careciendo de manos y lenguaje. Pero nada de esto echaba atrás a los devoradores de "tebeos" que por unos instantes se alejaban del mundo real para sustituir a los protagonistas en sus disparatadas e inverosímiles aventuras.  Como curiosidad ,decir que el primer número era gratuito a cambio de entregar otro tebeo de la misma editorial, Una buena forma de estimular la lectura.

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