viernes, 2 de septiembre de 2016

Concierto Macabro (Hangover Square) 1945

                    
 

Concierto Macabro forma parte de la trilogía sobre alienados del efectivo director John Brahm. Junto a las andanzas del sicokiller y “presunto destripador” en “The Lodger”, interpretada por el mismo actor, el gigantesco (en todos los sentidos) Laird Cregar. Comparte las consecuencias derivadas de la locura con su otro film: “The Locket”, donde la moda psicológica al uso en los estudios presenta una femme fatal con traumas; estructurada como un juego de matrioskas; que en sucesivos flashbacks van desvelando la desviación mental de Laraine Day. Laird Cregar basa, como en otras ocasiones, su interpretación en la hipérbole y en un controlado histrionismo. El Londres filmado por Joseph LaShelle, posee las mismas características hechizantes que el presentado en “El Inquilino”, título banalmente traducido en España como “Jack el Destripador”, los mismos claroscuros, similares callejones habitados de niebla y siluetas en sombra. El compositor interpretado por Cregar, padece una patología que se desencadena con ruidos fuertes. Así como su personaje en “The Lodger” vertía su insanía sobre las artistas de cabaret, desatada por un antinatural sentimiento filial. El inicio del film, ese plano-grúa espectacular; precursor del mejor Welles; y el epílogo con las notas de Bernard Herrmann, contrapunteando la locura que se apodera del músico en el clímax, son excepcionales y de gran brillantez visual. El director y el compositor utilizan notas disonantes para reflejar los instantes de enajenación del protagonista. 
El sonido estrepitoso activa la fase depredadora de Bones, que se puede desatar con el eco de unos tubos que caen o unos violines al derrumbarse. Entonces el soundtrack hace uso de la sección de viento, con sonidos agudísimos, para transmitirnos el padecimiento del protagonista y la aparición de esa otra personalidad alternativa; violenta y homicida; que convive con él. Georges Sanders ya había trabajado con Cregar en la anterior película, aunque en aquella era un inspector de policía con métodos anacrónicos, que recogía huellas de un vaso años antes de que se crease la dactiloscopia. Aquí es un psiquiatra que colabora con Scotland Yarda utiliza una incipiente criminología y teorías vienesas sobre el subconsciente. La cámara muestra las transformaciones de músico, trasunto del Dr. Jeckyll, siempre en contrapicado o en primeros planos tortuosos (la especialidad de Cregar).


 El papel de “atracción fatal” que en “The Lodger” estaba reservado a la casquivana Merle Oberon, lo retoma la mantis religiosa Linda Darnell, en blanco y negro de alto contraste. Inolvidable su recreación de la cantante “Chihuahua” en “Pasión de los Fuertes”. El personaje de la femme fatale, Netta, fue solicitado y después rechazado por la Dietrich. La película está rodeada de un aura de malditismo, debido a que Darnell murió en un  incendio como el músico del film, Laird Cregar murió antes del estreno debido a una dieta (aconsejado por Merle Oberon) perdiéndose un futuro icono del cine de terror. Georges Sanders se suicidaría como había profetizado “antes de los 65 años”. La amoralidad de la cantante manipula al desgraciado compositor, para que le escriba canciones con falsas promesas amorosas. John Brahm juega con angulaciones innovadoras y la cámara transmite inquietud y malestar, apoyada en la sorprendente (y casi expresionista) fotografía de Joseph LaShelle. El colofón lo pone el irrepetible soundtrack, firmado por un Bernard Herrmann “prehitchcockiano”. 



Sobre el director de fotografía, reseñar algunas de las producciones que contaron con su exposímetro: Laura, El Largo y Cálido Verano, El Apartamento, Descalzos por el Parque, Irma la Dulce, Marty. El listado es impresionante. Mientras Georges Bones (Laird Cregar) desperdicia su talento componiendo canciones para la cabaretera, en lugar del “Concierto” que da nombre al film, su novia (Faye Marlowe) le sigue apoyando para que culmine su obra. Magna. Esta es la primera vez que aparece en pantalla el icónico “Guy Fawkes” (la máscara de “V de Vendetta”). La escena de la noche del 5 de Noviembre, cuando las hogueras (Bonfire Night) terminan con las efigies y monigotes del frustrado conspirador católico que trato de volar el parlamento inglés, es una de las mejor narradas. Destaca el fantasmagórico encuentro del compositor con los muchachos que llevan en un carro el monigote de paja para su incineración. El guión al igual que sucediera en “The Lodger” es del siempre eficiente Barré Lyndon, quien firma una historia de terror victoriano. Esta corriente fílmica, nació con la pretensión de la MGM y Fox de enfrentarse al “Terror Gótico” propugnado por la “Universal” y sus monstruos clásicos. El argumento, extraído de "Hangover Square or the Man with Two Minds" de Patrick Hamilton fue cambiado de 1941; fecha en que se desarrollaba; a los neblinosos y sombríos callejones victorianos. También se obvió  gran parte del mensaje socio-político que esbozaba la novela. Tras los créditos de apertura aparecen los rótulos: Esta es la historia de George Harvey Bones, que residía en el número 12 de la Hangover Square, Londres SW en la primera parte del siglo XX. El catálogo de la música británica lo incluye como un distinguido compositor...
La narración original de Patrick Hamilton es una comedia de humor negro. Considerada la mejor creación del autor, se acerca a temas como el ascenso del fascismo, la desigualdad social y la Segunda Guerra Mundial, aspectos lógicamente desaparecidos del guión de la película. Otra característica eliminada en el guión, es el alcoholismo del músico Bones (Cregar). El mismo título es un juego de palabras. “Hangover Square” fue una zona de establecimientos de bebidas nocturnas (Plaza de la Resaca). Patrick Hamilton gozó de popularidad en vida, aunque durante un tiempo sólo fue recordado por los arreglos de sus obras para la pantalla: las adaptaciones de “La Soga” (Alfred Hitchcock) o “Luz de Gas”. Basada ésta en la pieza teatral del mismo título; con una sufridora Ingrid Bergman en la versión de 1944; o Diana Wynyard digiriendo las maquinaciones de su marido, en una trama más fiel al original que la dirigida por Georges Cukor. 



La película inglesa hubo de “retitularse “Ángel Street” en 1946, para evitar su confusión con el remake estadounidense. La obra se hizo tan popular que se tradujo en el término “gaslighting”, o “hacer luz de gas a una persona”, es decir tratar de volverla loca. Esta expresión sólo puede hallarse en diccionarios de uso del español como Clave o Diccionario del Español Actual. El autor comenzó a ser revisitado a principios del siglo XXI. Se rescató su concepto narrativo dickensiano, donde el Londres de entreguerras, junto a la cultura de las clases populares y desfavorecidas, se muestran con compasión, utilizando un amargo sentido del humor. Catálogo de pensiones sórdidas, “bedsits” de mala muerte, hoteles menesterosos y personas desubicadas, desfilan por las páginas. En sus folios casi se puede oler la ginebra o el aroma de sórdidos pubs, donde la jerga campa a sus anchas. Patrick había pasado su infancia en casas de huéspedes. Con un padre alcohólico, sin educación escolar (a los quince años terminó) y una madre de tendencias suicidas. Incluso se enamoró de una prostituta del Soho, en una relación demoledora y malsana que reflejó en “La Campana de Medianoche”. Caldo de cultivo literario para esas otras “chicas” que aparecen en las películas citadas. Aunque los códigos de la época impedían mostrar mas sordidez o patología en las relaciones, y las convierten en cabareteras, cantantes o bailarinas. Intelectual marxista, nunca se hizo miembro formal del Partido, pero se reflejó en la soledad y desesperanza de sus personajes, en los murmullos de borrachos, en la comuna de los bares, en el anonimato de la ciudad. 


Es un activista de la palabra, aunque su obra “Impromptu in Moribundia”; ariete contra la cultura burguesa y radical sátira social; se camufle de fábula distópica. “Hangover Square” es una obra de madurez que se abre con la descripción de un episodio esquizofrénico. Argot británico para la forma en que un bebedor siente la mañana siguiente, como en "dar un paseo por la resaca cuadrado". Narración sombría, autobiográfica, sobre un dipsómano que sufre episodios de disociación esquizoide (respetados en el guión cinematográfico), que se obsesiona con el afecto de Netta, actriz fracasada. La novela está considerada como uno de los más penetrantes estudios sobre la adicción al alcohol; trastorno que desaparece en la versión fílmica; junto a otras obras en clave etílica como la celebrada “Bajo el Volcán”. Fue el mismo Laird Cregar, amante de la novela original, quien animó a Fox para comprar los derechos. Pero la productora, para recrear el éxito obtenido el año anterior con “The Lodger”, realizó cambios en el argumento como la época en que se desarrolla. Cregar lucho por que le permitieran escribir la partitura de la película. También era músico (toca el piano en el metraje)  y tenía un claro olfato de las posibilidades que prometía le empresa. El mismo director Stephen Sondheim, cita esta banda sonora como inspiración de su musical “Sweeney Tood”, ya que cuando era un niño acudió a una proyección. En ella se planteó (visionariamente), si sería posible que los protagonistas cantaran mientras ejecutaban sus villanías. El resultado forma parte de la historia del cine.



                                                 Banda Sonora

Para un compositor de cine, escribir una pieza como “Concierto Macabro” supone una campo de creación ingente y satisfactorio. Herrmann compuso una obra virtuosa. Influida por el estilo de Listz (comprimiendo Scherzo y Adagio en un desarrollo central). Es una partitura de un romanticismo enfermizo, intensa, que utiliza notas truculentas y rupturas inesperadas. Tormentosa e inolvidable. Los acordes sirven de viaje iniciático por la psique del perturbado Bones (Laird Cregar), las notas se adentran en los abismos del alma del protagonista y son reflejo de su suplicio interior. El autor hace uso de la sección de cuerda, que responde a los acordes disonantes y bruscos del teclado. La casualidad también juega su baza en estas lides. Es difícil adivinar que hubiera creado otro músico para otra imaginaria banda sonora. El destino eligió al más apropiado para recrear esa atmósfera turbia, nebulosa y malsana del cerebro de Bones. El compositor que mejor podía ilustrar el descenso a la locura del personaje. Aunque el pentagrama no es más que otro trazo en un hermoso tapiz, en el cual las interpretaciones, fotografía y guión, se aúnan para converger en un clásico del thriller psicológico. 

Herrmann se convirtió en uno de los compositores más innovadores de su tiempo. Siempre serán referentes sus aportaciones al universo hitchconiano (Psicosis, Marnie la Ladrona, Vértigo), pero sus notaciones enriquecieron e hicieron inolvidables los soundtrack de otras obras como “Ciudadano Kane”, la “aparentemente” romántica BSO de “Alma Rebelde” y su extraordinaria creación para “El Fantasma y la Señora Muir”. Ambas impregnadas de desconsuelo y nostalgia. Pueden encontrarse concomitancias con la música utilizada en  “Concierto de Varsovia”, obra compuesto por R. Addinsell (Adiós, Mr Chip, El Príncipe y la Corista), para la película “Dangerous Moonlight” (1941), donde un piloto de guerra interpreta esta pieza (claramente inspirada en las señas estilísticas de Rajmáninov), en cuyo éxito puede haberse inspirado Herrmann. Aunque acusado de defecto estructural y levemente estereotipado, este “Concierto de Varsovia” (con un solo Movimiento), de grandes gestos románticos y armonías indulgentes, consiguió un éxito sin precedentes. Con Addinsell parece nacer el estilo de incorporar partituras “emulando la música clásica” a las películas.  En esto Herrmann se convirtió en un maestro, en un Caravaggio de la partitura, expresando la oscuridad y la luz del personaje. En cierto modo “Concierto Macabro” es un anticipo de lo que iba a hacer Herrmann años después en “El Hombre que Sabía Demasiado”: un clímax central sonoro que se mixtura con la dramaturgia. La mejor grabación hasta hoy de esta BSO, es RCA, con Joaquin Achucarro al piano. En los créditos, se acredita al pianista Ignace Hilsberg como el intérprete de la grabación para la pantalla.


Las aportaciones de Herrmann al mundo de la Banda Sonora son de una magnitud e innovación irrepetible. En “The Day the Herat Stood Still” utiliza el “theremin”, uno de los primero instrumentos electrónicos, que imita una hibridación entre violonchelo y voz humana. La amenaza, procedente del espacio, era representada por dos de estos instrumentos que le aportaban una atmósfera futurista. Para la controvertida “Twisted Nerve” (1968); con una sensacional Hayley Mills; utilizó el silbido como referencia. Este seria retomado en “Kill Bill”, durante la escena del hospital y en algunos episodios de “American Horror Story”. Su creación para el film de culto “Psicosis”, ha pasado a la historia, por su utilización de chirridos para violín, viola y violonchelo. Con los violines tocados en arco alto, habitado de influencias de Shostakóvich, que consiguieron que se le duplicara el sueldo. Originalmente las escenas, debían prescindir de música según el director británico. Hasta que escuchó lo que había compuesto Bernard Herrmann, y su genial argumento de que no debía haber secciones de metal, ni madera, tan solo cuerda, ya que el film era en blanco y negro. Por no hablar de las cuatro notas repetidas obsesivamente, con distintos arreglos minimalistas, para la desasosegadora “Cape Fear”, con un Mitchum en estado de gloria.
Una de las características innovadoras de “Concierto Macabro”, es su juego con la música diegética y extradiegética. La melodía suena a tiempo real cuando el pianista la toca y forma parte también del resto de secuencias en modo extradiegético. Su primer uso en el cine de estas “bandas sonoras sinfónicas” fue (probablemente) en el “Concierto de Varsovia”, de fuerte inspiración en la “Rapsodia sobre un tema de Paganini” y los dos primeros conciertos de Sergei Rachmanivov. Con el nacimiento de esta tendencia de introducir conciertos originales en las películas, nace una nueva época que el locutor Steve Race bautizó como los “Conciertos de Denham”, ya que en esta localidad se hallaba la productora de Alexander Korda. 


Un híbrido entre la oscuridad de la sala de cine y la de conciertos. Bernard Herrmann era un anglófilo y le fascinaban estas historias eduardianas de salones elegantes, damas encorsetadas y luces de neón, que ocultan sótanos lóbregos y mentes tortuosas. No es de extrañar el catálogo de sonoridades morbosas, notas ponzoñosas y oscuridad, que alcanzan una fusión absoluta entre partitura y fotogramas en el inolvidable plano final, donde Bone (Laird Cregar) totalmente alienado, disociada su mente. Muere como un Nerón, rodeado de llamas, interpretando su obra. Es uno de los pocos conciertos para piano que concluyen con el sonido del instrumento solo. Sin el tradicional acompañamiento de orquesta.
No es de extrañar que se comentara que el director había filmado la música y no el guión. Sesenta años después continuaba esta “moda”. En la película “La Última Primavera”, se aplican los cánones de este subgénero del melodrama. De este modo intenta glosar diegéticamente el drama, al mismo tiempo que con la aplicación de la forma concertística, pretenden dotar de verosimilitud histórica a la obra. Fue el compositor británico Nigel Hess, el que creó la “Fantasía para Violín y Orquesta” para la secuencia final en el solemne Royal Albert Hall londinense. Añadiendo una creación propia, en lugar de utilizar un Movimiento extraído de alguna partitura clásica. El compositor optó por el oboe y la trompa para preludiar el tema de violín, y utiliza trompas en los últimos compases en una melodía de aire gallardo, de cierta querencia centroeuropea.


El resto del soundtrack de “Hangover Square” regala apreciables canciones, interpretadas por Linda Darnell, que también era bailarina cantante.


So Close to Paradise:
De Lionel Newman (Cleopatra, En Busca del Amor, El Largo y Cálido Verano)
Tema Romántico que termina de forma potente. Netta lo comienza “a capella” dentro del carruaje. “Podríamos estirar la mano y coger una estrella...”Se introduce la cuerda y pasa a enlazar como música extradiegética; interpretada en el piano; para después volver a ser diegética. Un recurso muy bien utilizado durante todo el metraje

All for you. Todo por ti.
Es la típica canción de musical de melodía romántica y de la que apenas se esboza un fragmento al piano, cuando Netta le insiste a Bones que transforme su melodía para ella.
Linda Darnell: intérprete
Lionel Newman: compositor
Charles Henderson: escritor
        
Gay love. Es el título de la opereta que compone Bones, pero realmente no se escucha en ningún momento, por más que intente el espectador buscarla. Tan solo aparece el título en un cartel. Ignoro porque está incluida e la BSO.
 
        

Have you seen joe? Has visto a Joe
Es una canción de taberna al piano, para ser coreada en el estribillo por los parroquianos con letra satírica y picaresca.
Has visto a Joe? / Donde diablos está? / Pero yo se y tu sabes que está en el trullo..
Linda Darnell: intérprete
Lionel Newman: compositor
Charles Henderson: escritor

Wedding of the winds. (Waltz).
Netta consigue que Bones cambie a tiempo de vals un retazo de su obra orquestal. La canción diegética pasa a ser melodía externa en una escena donde colocan los carteles de la actuación de la cabaretera. Es de las escasas obras de esta película que se pueden encontrar en grabaciones o en la Red. Con múltiples versiones, este vals aliterativo es muy popular en orquestas, incluso para acompañamientos de clows o música de trapecio. De hecho aparece en la película “Trapecio” con Burt Lancaster y en "La Parada de los Monstruos" entre otras películas.  Su autor fue John T. Newcomer, que la publicó en 1899 bajo el seudónimo de John T. Hall, terminaría en la Penitencia de Atlanta, condenado por fraude musical. Hall convocaba concursos para letristas como el “Concurso de la Canción Popular para Letristas” ofreciendo a cambio del premio, musicar la letra. Pero todos los miles de aspirantes eran ganadores, ya que cobraba a cada uno como si fuesen ganadores individuales, sin componer nada después. Un avispado negociante que seguiría componiendo entre rejas.
        
Why do they wake me up so early in the morning?
Lionel Newman: compositor
Charles Henderson: escritor

Es necesario realizar un catálogo y revisitación de estas excelentes canciones que habitan a la sombra de las bandas sonora, y que en algunos casos son casi imposibles de encontrar en grabaciones.














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