
El film nos va presentando diversos flashbacks donde mediante las canciones
conocemos la historia de Hedwig. Nacido en la parte oriental del muro de
Berlín, Hedwig busca su identidad sexual, cuando conoce a un oficial del
ejército norteamericano que lo conquista amorosamente; en una clara referencia
al cuento de los hermanos Grimm; sembrando literalmente el camino de ositos de
goma (el protagonista se llamaba Hansel, antes del cambio). Para poder salir
del Berlín Oriental, Hansel acepta un cambio de sexo, y se somete a una
operación remendona, que le deja con su “pulgada irritada” y que no consigue
mantener a su lado al enamorado militar. Decidido a dedicarse a la música
adopta el nombre de Hedwig de su madre. Sus actuaciones en antros de la América Profunda,
frente a paletos y asombrados clientes, siguen las huellas de Tommy Gnosis (excelente Michael Pitt),
antiguo enamorado que traicionó a Hedwig, y se apropió de sus canciones para
triunfar. Una historia de amor que crece a caballo entre el dramón desatado y
el esperpento. El viaje iniciático de Hansel/Hedwig persiguiendo a su antiguo
amante para tratar de encontrarse a sí mismo, culmina en la catarsis final
donde Tommy le canta, desgranando todo lo que Hedwing significó para él. El
protagonista regala su peluca fetiche a su marido (interpretado por Miriam Sor)
y se marcha, no importa adonde, para habitarse definitivamente.
La diseñadora
de producción Théresè DePrez (Yo
disparé a Andy Warhol), plantea una estética retrogay Juegos de luces, purpurina y pelucones para componer el
mundo interior de los personajes. Sin resultar tan esperpéntico como The Rocky Horror Picture Show, el film
se adscribe a esos musicales alejados de un público que prefiere ver Sonrisas y Lágrimas (enorme músical por otra parte), pero se mantiene también
distante de las propuestas de obras como Caníbal, el musical, El Fantasma del Paraiso,
Forbiden
Zone. Se diferencia de aquellos
en la intensidad humana del personaje. La canción Tear Me Down
es la que introduce al espectador en el mundo de Hedwig, un tema dónde se
compara como una alma partida en dos como su Berlín natal. Testamento vital de
un personaje que nos muestra su coraje, ya que se levanta como Lázaro, y se ríe de los adversarios que tratan de
derribarle. Una canción contundente dónde se presenta un personaje luchador,
que no termina de hallarse después de que “se
levantó de la losa del médico”. En Sugar Daddy, nos habla de la brecha
cultural entre la zona de Berlín, donde habita (dictadura, represión,
violencia) y las promesas vacuas del American Dream (alimentación, moda, tecnología),
que llegan de la mano del artificioso sargento de raza negra: Luther Robinson.
En The
Angry Inch, hermosa canción procedente del musical de Broadway adaptada
al cine, se habla de la operación fallida, con ese sentido corrosivo del humor
con que Hansel/Hedwig se enfrenta al mundo; y de su relación errónea con el
militar hasta llegar a Estados Unidos. Peluca en una caja es un tema que el
protagonista recrea, mientras nos narra como cambiándose de pelucas, se permite
ser quien quiera y el efecto de la música, que lo transforma. La
canción-fetiche de este soundtrack es
El
Origen del Amor. Basada en el Simposio
de Platón.
Es una leyenda acerca de cómo el ser humano en el origen estaba
unido (vía Aristófanes) por la espalda. Llenos de celos, los dioses deciden
separarlos, creando dos seres distintos que andan siempre tratando de encontrar
su otra mitad, para ponerlas de nuevo juntas. Convirtiéndose en metáfora de la
tragedia del protagonista, deviene una de las mejores escenas, donde la banda
interpreta esta compleja mitología en un antro, al tiempo que los rednecks devoran alitas de pollos
asombrados ante el bizarro espectáculo, pero sin dejar de masticar. Algunos
temas están contrapunteados por dibujos animados elementales, básicos, pero de
una efectividad fuera de toda duda, que ayudan a avanzar a la trama y le añaden
una atmósfera sicodélica, en una unión inevitable, esencial entre imagen y
palabra, realizados por Emily Hubley.
En Radio de Medianoche, surgen referencias a artistas como
Yoko Ono, Tina Turner, Nico, Patti Smith y otras musas inspiradoras del rock.
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Completan la
banda sonora algunos temas míticos de Lou Reed y Dolly Parton. Una de las
diseñadoras más solicitadas; Arianne Phillis, realizó los 41 vestidos que luce Hedwig,
ayudando a crear la atmósfera del personaje. Ropa que resultara creíble, y
pelucones de todos los estilos nacidos de la creatividad de Mike Potter. El
aparente minimalismo de este film y su humildad latente no pretenden destronar
del trono de musical glam de culto a The Rocky Horror Picture Show. Esta
pulgada es mucho menos bizarra, porque es más humana, posee más carácter y
menos rimmel. Quizás es menos cool,
pero destila más ternura.

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