Año: 2012
Duración: 78
min.
País: Estados
Unidos Estados Unidos
Director:
James Ponsoldt
Guión: Susan
Burke, James Ponsoldt
Música: Andy
Cabic, Eric Schuman
Fotografía:
Tobias Datum
Reparto: Mary Elizabeth Winstead,
Aaron Paul, Octavia Spencer, Mary
Kay Place , Nick Offerman, Megan Mullally
Género: Drama
| Cine independiente USA.
Cuando se enfrenta a una película
como Tocando Fondo, el primer temor
del espectador es encontrarse frente a lugares comunes, o rancios discursos
sobre temas una y mil veces vistos en pantalla. El alcoholismo ha sido visitado
por el cine en obras notables como Días
de Vino y Rosas de Blake Edwards o Días
sin huella (1945) de Billy Wilder. Leaving
las Vegas mostró la vertiente más cruda de la mano de Mike Figgis y su
descenso a los infiernos, sin concesiones comerciales, que sí estaban presentes
en 28 días, con la Bullock
intentando desencasillarse de su imagen de comedia banal. Cuando un hombre ama a una mujer (1994) de Luis Mandoki, mostró a una Meg Ryan con aspiraciones a
Oscar. Nada de esto es Tocando Fondo.
Las intenciones del director de desmarcarse del drama desgarrado, o de la
comercialidad de productos como los referidos, quedan patentes en el fondo (y
en la forma). Sus vestiduras claramente Indies, su premio en el Festival de
Sundance o la nominación a mejor actriz para Mary Elisabeth Winstead para el galardón
Independent Spirit Awards, nos indican por dónde van los tiros. El guión es
arriesgado. Las posibilidades de
patinazo en este espinoso foro, son saldadas por el director sin entrar a matar
al toro. El matrimonio formado por Mary Elisabeth Winstad y Aaron Paul (Breaking Bad) pasas los días envueltos
en la alegría de los vapores etílicos, hasta que ella comienza el descenso y
despierta en un descampado; entre vagabundos; después de haber fumado crack. El
director opta por una puesta en escena que evita síndromes de abstinencia,
escenas excesivamente abruptas, huyendo de lo escabroso y carga las tintas
sobre las relaciones humanas y sus consecuencias. El marido de la protagonista
es un inmaduro con el Síndrome de Peter Pan, que pasa sus días entre juergas, videoconsolas y alcohol, sin apoyar
para nada a su esposa.
En la visita a la madre (también alcohólica) para
contarle su superación y buscar apoyo, esta les ofrece como respuesta unas
copas y una falta de empatía que causa pasmo. Incluso las posibles nefastas
consecuencias de conducir una bicicleta borracho, se saldan con un pequeño
susto. No descendemos a los abismos de la destrucción moral y física, a la
sordidez de la enfermedad, como en algunas de las referidas cintas. El peso de
toda esta arquitectura descansa sobre a interpretación convincente, fresca y
natural de Winstead. Los elementos dramáticos están dosificados y ese aire
independiente y espontáneo, beneficia a una narración que basa la fuerza en su
propia modestia. La valentía y sinceridad del director para abordar sin adornos,
sin efectismos falsos de cara a la comercialidad, esgrimiendo interpretaciones
histriónicas o pasadas de rosca.
Otra obra más para añadir a esa interesante
corriente del Cine Indie que se refiere al desamor, abanderada por
filmes como Blue Valentine (2010), Rabbit Hole (2010) o Like Crazy (2011). En el lado positivo la magia que destila la
sensible interpretación de Mary Elizabeth Winstead, una actriz a tener en
cuenta, y que ya destacó en el papel de Ramona V. Flowers en Scott Pilgrim contra el mundo (2010), o
el claro progreso del director hacia ese renovador y fascinante fresco de
infancia y adolescencia que resultó en Aquí
y Ahora (2013). El balance menos positivo nace de esa creencia, común, de
que los movimientos de cámara al hombro (steadycam)
facilitan un lenguaje de aproximación cotidiana, o dan pátina de independencia,
cuando en la vida real nuestro cerebro equilibra para que no se mueva todo
alrededor. Los partidarios del DOGMA, que cabalguen sobre una montaña rusa, si
ello les place. Para completar el aroma Indie de la cinta, el soundtrack
abarca desde Andy Cabic y Eric Schuma:, autores de una composición musical con
tinturas folk; junto a temas de Dark Meat o Sonny and the Sunsets. Bill Callahan
firma los créditos finales con su hermosa canción: Our Anniversary
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