martes, 29 de octubre de 2019

Pedro de Valdivia. La gesta inconclusa.Tryo Teatro Banda. 42 Festival de Teatro de Badajoz


                         



Los juglares de Tryo Teatro Banda, presentaron una de las propuestas más interesantes del Festival. Una historia galardona en Chile como Mejor Obra Nacional y de la Asociación de periodistas del Espectáculo. Siguiendo el hilo conductor de las cartas que el conquistador Pedro de Valdivia envió a Carlos V. El texto es sólido, la narración vibrante con humorísticos sesgos y se hace leve, pese al distanciamiento histórico con el público (desconocedor de los hechos), o la ajeneidad de los acentos. La compañía pone en juego todo un arsenal dramático que navega desde los modos de la Comedia del arte, hasta el Mester de Juglaria, desde La acrobacia circense a una notable interpretación instrumental. En algunos casos, estos poliinstrumentistas integran el sonido del instrumento como onomatopeya musical, para narrar el sonido de nativos atacando, naturaleza, etc. En un juego enriquecedor y dinámico. 

Diversos instrumentos enriquecen la textura argumental y se integran en el entorno. El tambor puede servir para simular lluvia o batalla, la trompeta sonidos de  animales, etc. También juegan estos actores-juglares con un sutil equilibrio entre lo pasado y lo  presente, practicando una grácil ironía en un texto de notable poética en la más certera línea de “enseñar divirtiendo”, pero eludiendo el dogmatismo, el panfleto o la manipulación ideológica, lacra tan cara al teatro actual. Destacan la excelente integración de los instrumentos y la música, peculiaridad de gran mérito sobre las tablas. No es fácil cambiar entre distintos instrumentos de cuerda, colocar la boca para soplar instrumentos de viento, para declamar con limpieza a continuación, o pasar de ejecutar en el acordeón a la acrobacia, el lenguaje corporal, la pantomima y la improvisación, típicos de la Comedia del Arte. 
Los tres actores de Tryo Teatro Banda pintan diversos personajes con su paleta, cambiando con fluidez y afortunado sentido del “timing”, incluso homenajeando al teatro de marionetas con un imago que representa a Valdivia, o dos muñecos mapuches de madera. Se juega con el personaje omnipresente (Valdivia) y los personajes tácitos u ocasionales (Inés de Suárez) Durante los 75 minutos que dura la representación los tres actores músicos, Francisco Sánchez, Alfredo Becerra y Diego Chamorro, peinan el escenario o recorren el patio de butacas, saltan, bailan, miman, o manejan instrumentos como el guitarrón chileno, el bandoneón o la mandolina, con precisión y fluidez. 
Hasta 20 instrumentos musicales adornan la espartana escena, formando parte de un decorado que precisa poco más. La narración de la  historia es el eje vertebral sobre el que se construye un imaginario decorado histórico. Los actores poseen gran destreza y dominio del paisaje escénico en este híbrido entre humorada y documento histórico, donde el equilibrio entre la fascinación de la aventura, el rechazo hacia el abuso y la opresión o la violencia de la epopeya, no están exentos de una perspectiva crítica. El acercamiento al conquistador pone de relieve las aristas tragicómicas de unos hechos históricos que no se pueden juzgar con ojos actuales, aunque sin dejar de lado el mensaje reivindicativo. El texto huye del prejuicio histórico y reivindica el olvido del pueblo mapuche en los documentos históricos. La estrategia textual, de esta tragicomedia de los andes, se enfrenta al discurso dominante, a caballo entre la crónica colonial y el discurso vindicatorio, sin caer en el didactismo. 





Los actores y su pupi (muñecos italiano que son replicas de los actores), protagonizan una  propuesta fresca, novedosa (y al mismo tiempo clásica) y de trascendental vocación cultural. A lo largo de multitud de planos desfilan las inquietudes y ambición de Valdivia, el sufrimiento y valor del pueblo Mapuche, los engaños, las traiciones, el valor y la trastienda de la Conquista o de la fundación de Santiago. 
Constituida en una alegoría de una nación inconclusa y sometida a diversas vicisitudes. La intención nunca es la creación de una imagen mítica del personaje o la manipulación a traves de lo heroico. El texto basa su soporte en la otredad, en el relato oral, en la gestualidad, en la narración como arma y el enriquecedor recurso de las canciones originales, como armazón dramático y parte de la narrativa. La falta de linealidad en la narración y lo anecdótico se esgrimen como  recursos dramáticos. La utilización del atrezzo es proverbial. Los instrumentos ejercen de ambientación, musicalización o de utilería. 
Así vemos como la trutruca mapuche se transmuta en afilada lanza, un barco nace de la estructura de un bombo, un arco de violín es una espada o una guitarra es escopeta. El recitado es soberbio, sin altibajos. El ritmo, ágil. Estos juglares contemporáneos manejan con soltura los códigos del clown, herederos de la juglaría o incluso la tradición oral. Este fue el caso, tras la primera representación, cuando  una mujer mapuche les informó que tenían que comerse el corazón de Valdivia, ya que esa era la tradición transmitida. Juegan también con el concepto del ídolo caído, con la desmitificación y la certeza de lo cotidiano frente a la hagiografía o la idealización histórica manipulada. De este modo, Valdivia cae del caballo y se viene abajo su proyecto, sus propios (y heroicos) capitanes conspiran contra el. A Tryo Teatro Banda no le agradan los arquetipos heroicos ni la mitología marcial. Así sea.



lunes, 28 de octubre de 2019

Custodios. La calle como escenario. Asaco Producciones. 42 Festival de Teatro de Badajoz


                                 


José Maestro y Javier Ceballos se enfrentan en “Custodios” a una de las facetas más difíciles del ámbito teatral: el teatro de calle. A bordo de un “pajaroto de la guarda”, y al grito de “Cacharrero” tratan de provocar las risas y la reflexión de un auditorio al que hay que mantener atento y extraer de las múltiples distracciones que rodean el entorno. Añadan la dificultad de entretener a personas de distintas edades y al tiempo elaborar un mensaje certero, asequible y lúdico ¡Bienvenidos al teatro de calle! 

“Custodios” fue seleccionada en 29 Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas de Gijón, FETEN 2019, considerada una de las citas más trascendentes en el sector. Y posteriormente se represento en la MAE (Muestra Ibérica de Artes Escénicas) en el pasado Noviembre. De la mano del chileno Andrés del Bosque, uno de los padres del teatro circo en su país, llegan estos ángeles, basado en el film de Frank Capra: ¡Que bello es vivir! (1946). Remedando aquella intervención del ángel de la guarda (Clarence Odboy) en la vida de James Stewart, pero solventando los asuntos más espinosos, este ángel custodio llega para ayudar a alguien que “está muy mal”. Andrés del Bosque adapta la historia al teatro de calle y solventa con humor el acercamiento a temas controvertidos, ya que se trata de una obra que verán los niños y trata de el más allá o la muerte. El artefacto se conduce pensando en los más pequeños, pero también en la participación de los padres, utilizando recursos como la repetición de frases, implicando al público a la participación en la trama. 

La historia del  ángel en prácticas, que necesita conseguir sus alas, engancha a los más pequeños y les hace ver las virtudes, valores y  méritos que necesitará en su aventura. El ángel va inventando historias para evitar que el señor (Don Félix) que no se encuentra a gusto en el mundo se marche. Para ello solicitan constantemente de la colaboración de los niños (y algún adulto), que interactúan y disfrutan participando. Una subasta final permitirá a alguien del público quedarse con el ángel que dice: ¡Soy para ti! Para los de Navalmoral este es el montaje número dieciocho. Los hermanos Saquetti se mueven con soltura en el pasacalle, bailan, cantan y desarrollan con fluidez los diversos sketch, la improvisación y la pantomima, bebiendo de las fuentes del clow y con notable expresión corporal. La música se integra en la textura del espectáculo, pasando a ser un elemento imprescindible y descriptivo. 45 minutos de diversión interactiva con el chatarrero celestial para una propuesta diferente y enriquecedora del 42 Festival de Teatro de Badajoz.
¡Acaba con el odio! ¡Cómprate un custodio!
Idea original y producción: Asaco producciones




Dirección y Dramaturgia: 
Andrés del Bosque

Clowns: Jose Maestro & Javier Ceballos 




(Hermanos Saquetti)


Vestuario: Nemesio Maestro

Escenografía: FDI taller

Músicas: Nacho Vera

Sonido e iluminación: Electrotécnica Rincón

Diseño: Extremeño estudio

Distribución: Carmen Ávila Distribuciones escénicas



miércoles, 23 de octubre de 2019

La vida secreta de Petra Ledouc. Desgarrador grito reivindicativo. Memé Tabares. De Amarillo Producciones. Efecto Kepler .42 Festival de Teatro de Badajoz



“Esculpe como un hombre”. La tragedia femenina, a lo largo de los siglos, ha sido recorrer siempre el sendero detrás del género masculino. No a su lado, como iguales. Nannerl, la hermana de Mozart componía y tocaba “como un hombre”, Mary Shelley tuvo que esconder la autoría de su Frankenstein, alabado hasta que se desveló que lo había escrito una mujer. A lo largo de la historia, la mujer ha tenido que caminar de la mano (o detrás) del varón, viendo como su pasión era apagada de raíz, su ímpetu creador, pisoteado y sus ansias de liberación, sometidas por la estructura social patriarcal. En algún caso, como el de Nannerl, ni siquiera nos queda la posibilidad de descubrir ocultas algunas de sus creaciones. 



Condenada al matrimonio, ya que cobrar por la música en aquella época se consideraba el equivalente de la prostitución. Condenada a ser “la hermana de”, como tantas otras “esposas de” o “amantes de”. “La vida secreta de Petra Ledouc”, es el grito desgarrador de esas mujeres a las que arrebataron sus vidas. A las que arrancaron su pasión, su capacidad creativa. Mientras se alababa a los hombres, a ellas se les condenaba a la sombra o al olvido. No hay nada peor que el cautiverio a que te condena una sociedad. La imposibilidad de sacar afuera todo ese fuego, toda esa pasión que consume al creador y que es el sendero de su vida, su fuerza interna. De todo esto nos habla el texto de Memé Tabares. De la lucha de la mujer por alcanzar el lugar que se merece, de la sojuzgación al varón a lo largo de la historia. 
Del castigo a la ardiente rebeldía frente a un mundo injusto para el sexo femenino. Un mundo que te puede conducir a la locura o la autodestrucción cuando tus ansias creativas se ven oprimidas, encorsetadas por una cultura histórica. Inspirado en la vida de la escultora Camille Claudel, el personaje de Petra Ledouc (Maite Vallecillo), nos muestra un espejo en el que mirarnos como sociedad. Un espejo para avergonzarnos como especie. A Petra Ledouc le han quitado todo. Todas sus herramientas con las que expresaba su mundo interior, todas sus posesiones. Pero aún peor, le han robado el ser. Mediante un simbólico juicio oral dirigido a un comité médico (el público); rompiendo la cuarta pared; Petra narra el tormento de la creación, el torrente desbordado del pensamiento que trata de hacerse carne, la herida luminosa siempre abierta en el alma del artista y la terrible lucha, cuando no se pueden expulsar los demonios. Y lo hace desde la voz desgarrada, rica en matices, fértil en inflexiones y sensaciones de Maite Vallecillo. 

Una  voz que se convierte en parábola de todas las mujeres, de todas las Petras Ledouc que han visto devastadas sus existencias, apagado su fuego creador. La actriz  impacta desde el primer diálogo, despedaza su alma, solicitando empatía, con notable manejo del juego corporal, para arrastrarnos al infierno de la creación castrada. Una adicción que te arrastra a lo profundo, pero que ansías como a tu propia vida. No lo tiene fácil. El texto de Memé Tabares es certero como una saeta envenenada. Magnífico en el barniz externo, pero desgarrador y militante en el mensaje. Los personajes germinan con facilidad a través de los distintos diálogos, van ocupando su lugar en el mundo (o en la ficción), la palabra es un instrumento para trazar caracteres y vivencias. Actitudes y sensaciones. La puesta en escena juega, acertadamente, con los tiempos. Con un continuo flujo y reflujo del pasado a presente, de las causas a las consecuencias, intercalando certeras descripciones. 

Los actores desarrollan los cambios de registro con naturalidad y somatización total de los distintos personajes: la madre, Bastián, la mujer, Julia, el médico, etc. Un desdoblamiento notable, fluido y preciso. Pero Petra Ledouc también deviene metáfora de las prisiones interiores, de las cárceles del alma, de esos paisajes internos en que nos encerramos involuntariamente (amor, profesión, familia) y que condicionan nuestro devenir. La propia autora-directora propone una espartana puesta en escena. Apenas unas banquetas y mesas constriñen el mundo interior de la protagonista. El fondo oscuro contribuye a crear un clima de desasosiego, de alienación y desaliento. El vacío ornamental encuentra su espejo en el vacío interior de Petra Ledouc, luchando contra sus demonios. Toda la estructura se apoya, pues, en la calidad actoral, en la desnudez escénica. Maite Vallecillo, derrocha sabiduría escénica, Nuqui Fernández, desdoblándose con fluidez y contención. Un camaleónico Jorge Barrantes, siempre en difícil equilibrio, dado el mundo; casi irreal; en que crecen los personajes. 

Sobre el escenario se exprimen las técnicas brechtianas de distanciamiento. El discurso es resuelto con economía de medios, apuntalado en el texto y embellecido por la sólida argamasa de las interpretaciones; sin olvidar los generosos juegos corporales; regalando instantes de vehemente y sincero teatro. Teatro puro y duro para una de las obras más intensas que he visto en los últimos tiempos. Acertada y envolvente la sección musical, un aspecto que apenas se tiene en cuenta y es un parte más del pathos de la dramaturgia. La autora ha incluido, acertadamente,  la obra de otra mujer. La compositora Angèle David-Guillou y su obra hipnótica “V. for Visconti”, perteneciente al LP “En mouvement”. Una melodía simbiótica, una línea melódica repetitiva a base de corno ingles y saxofón, que contribuye a crear esa sensación de extrañeidad y exilio interior. 

Una obra que introduce al espectador directamente en los convulsos sentimientos de la protagonista. Memé Tabares ha destilado y alquimizado la invisibilidad femenina a lo largo de la historia, la terrible injusticia que te condena sin juicio por haber nacido con un determinado género. Nunca podremos comprender el sufrimiento, la locura, la decepción o la humillación de haber nacido artista en un mundo de hombres, de ser condenada al olvido o al ninguneo por una sociedad nefastamente estructurada. Ahora estas mujeres surgen, palpitan, resurgen del océano de la historia desde la dirección y texto de Memé Tabares y las notables interpretaciones del esforzado elenco. Petra Ledouc es un hermoso canto de cisne, una desgarrada oda a todas las vidas que se perdieron, a todas las creaciones que nunca fueron. La herida luminosa nunca estará curada, pero al menos seguirá latente cada vez que se abra el telón para Petra Ledouc.

Espectáculo: La vida secreta de Petra Leduc Autora: Memé Tabares. Intérpretes: Maite Vallecillo, Nuqui Fernández y Jorge Barrantes. Espacio escénico: Memé Tabares. Diseño de iluminación: Pedro Luis L. Bellot. Dirección: Memé Tabares. Compañía: De Amarillo Producciones. Efecto Kepler.


martes, 22 de octubre de 2019

Homenaje inesperado. Lúcido e hilarante análisis social. 42 Festival de Teatro de Badajoz. La Estampa Teatro





Se toma su tiempo la obra de Concha Rodríguez. A fuego lento, casi como un adagio en la introducción, para ir in crescendo (si los términos musicales se me permiten), transcurrir en “andante gracioso” (si se me permite el juego de palabras), continuar en “allegro”, para  culminar en un fortíssimo que sorprenderá a los espectadores. La vocación de ruptura de la cuarta pared está presente desde el inicio de la obra, con la presencia de un segurata  (José Mª Galavís) que supervisa, entre butacas, a una imaginaria empresa de la que forman parte; involuntariamente; todos los espectadores. Incluso la misma Concha Rodríguez, ejerce de teleoperadora desde una de las butacas de patio. Una empresa piramidal decide un homenaje “mediante el azar” a uno de sus empleados. Utilizando el patio de butacas como escenario secundario (los espectadores aparecen en una pantalla siendo observados desde las cámaras). Allí se desarrollaran partes de la obra, como la jocosa hora de la gimnasia de empresa, o el acercamiento del segurata a un espectador “voluntario,” al que implicará a golpe de cigarrillo en sus tramas ocultas, extrayendo con destreza juego actoral y vis de comedia al forzado espontáneo. El escenario cumple una función aséptica y práctica al mismo tiempo, dividiendo los distintos espacios humanos. El despacho del jefe-demiurgo, a través del cual se vislumbra su silueta observándolo todo. 

El despacho de la secretaria, donde transcurren la mayoría de los procesos evolutivos de los personajes, así como los acercamientos humanos y el ya citado patio de butacas. Acertado y sorprendente diseño atemporal del almendralejense Marcelo Pacheco (La Catedral del mar, Amar es para siempre). Los trabajadores de la empresa visten una suerte de uniformidad aséptica y homogénea, incluso el traje del director es una variedad del diseño “a rayas” de Pepe Reyes (La Mala Educación, Hable con ella), que despersonaliza y deshumaniza la microsociedad de la empresa. El texto de Concha Rodríguez navega por diversos niveles, pero contiene cargas de profundidad sobre la falta de empatía (y de oportunidades) de nuestra sociedad, la herencia que recibirán las siguientes generaciones o el mal uso del poder. La clave de comedia aligera; ciertamente; el equipaje. Pero no por ello disminuye la gravedad de lo real. Todo esto queda reflejado en el instante en que sobre la pantalla van apareciendo secuencias de los efectos que la política empresarial tiene sobre la naturaleza y el entorno. Un adecuado uso del multimedia parece ser una de las corrientes de la escena actual, integrando y aprovechando las posibilidades de dichos medios. La actriz-directora ha elegido a las mujeres como protagonistas. Ellas siguen siendo las más débiles en el mundo empresarial, y sus distintos roles dentro del organigrama. 



La secretaria es una suerte de cancerbero, impide que cualquier otro trabajador se acerque el Jefe o rompa la estructura de la empresa. Las frases del segurata dejan patente la ausencia de privacidad en todos los niveles (El Gran Hermano te contempla) y el control desde arriba. Ausencia que se transmite al patio de butacas, donde los espectadores pueden observarse en la pantalla. Las vivencias de Concha Rodríguez y el resto del elenco son de rabiosa actualidad, los diálogos certeros y cáusticos. El grito, reivindicativo. Sereno pero potente. Certero, pero con una filosofía vital donde el humor forma parte indispensable del armazón para enfrentarse a los poderes establecidos. El texto de la dramaturga es poderoso en lo cotidiano, reivindicativo en la comedia y empático en lo trágico (que también lo hay). El papel de la excelente iluminación (Fran Cordero) y la animación audiovisual (Carlos Lucas y Nuria Prieto), contribuyen a dotar de textura,  vitalidad y agilidad a las escenas. Frente a esa tendencia al humor burdo o las gráciles concesiones (innecesarias) a lo coyuntural, que se muestran en otros montajes, el humor contiene altas dosis de inteligencia (y mala leche) que agradece el espectador. Incluso lo coyuntural se inserta con inteligencia, y en su justa medida, como en ese texto sobre los espumosos de Almendalejo. 
La estructura (casi de comedia de enredo), juega con la incertidumbre y el misterio que desemboca en la confesión final de Enrique. Todos los personajes están dibujados con pericia y esmero, incluso aquellos de breve intervención. Esperanza (Concha Rodríguez) mueve con habilidad (y amplia experiencia) los resortes de una mujer ingobernable, de espíritu libérrimo y reivindicativo, con una naturalidad escénica y una vis cómica que nace del hábito y la usanza. Ana Franco (Agustina) se mueve con capacidad en su personaje, solventando el peligro de encorsetamiento o el prototipo, dotando de matices y humanidad al personaje “negativo”, conocedor de las corruptelas y tejemanejes, garante del buen funcionamiento de la máquina. 
Laura García desarrolla un difícil rol. Es el jefe de la empresa y debe desdoblarse, travestirse para triunfar en el mundo empresarial, mientras desarrolla su plan. Ocultarse, al tiempo que conduce con humor el argumento hacia su sorpresivo desenlace. La acción transcurre fluida y ágilmente, siendo el humor la argamasa que condiciona la medida, el ritmo, los desenlaces. Todo ello con gran inteligencia y sin olvidar el propósito reivindicativo del texto. Las voces se proyectaban con limpieza y desahogo hasta las últimas butacas, lo cual es de agradecer. Enseñar divirtiendo (Habens fun doctrina) o reivindicar divirtiendo. ¿Qué más puede pedirse? La Estampa Teatro lo consigue, manteniendo el listón. Una propuesta extremeña de alto nivel, una propuesta humana de amplio calado, un testimonio social de imprescindible aplauso, bajo la certera dirección de Sergio Gayol.





lunes, 21 de octubre de 2019

Camara Antiqva. Luminoso mestizaje (Carmina Antiqva. 2019)




Cantos de amor y fe: de la corte cristiana a la nueva España” es el programa que ofreció Carmina Antiqva en el Salón de la Biblioteca de Extremadura. Juan del Enzina perteneció a la primera época de la llamada escuela polifónica castellana y es el compositor más prolífico del “Cancionero de Palacio” con unas sesenta obras. Estas músicas se escuchaban durante el reinado de los Reyes Católicos, no solamente en la corte, y poseían todavía una estructura con reminiscencias medievales. Boabdil contempla aterrorizado como los Reyes Católicos estrechan el cerco en “Una sañosa porfía”. La utilización de gerundios en la rima consonante imprime dramatismo y dinamismo a esta obra, de la cual, la agrupación extrae una elegante versión, plena de energía. 

De hecho, la estructura verbal destila la sensación de continuo y progresivo movimiento. Aparte de una servil propaganda hacia sus benefactores, bastante desvergonzada. El salmantino Juan de Fermoselle (Juan del Enzina), es más conocido por sus aportaciones al teatro que a lo musical. Ya se percibe ese carácter netamente popular y mucho más genuinamente español, una vez liberados de la influencia flamenca, que representó este periodo de los Reyes Católicos. Las obras llevan la letra puesta en todas sus voces, o son fáciles de adaptar por su verticalidad. Pertenece a la forma hispana denominada Romance, que tuvo menos trascendencia en Europa por su carácter histórico y localista, a pesar de los esfuerzos de los músicos de corte, que envolvían estas melodías populares en polifonía con un característico calderón. 

Los romances de Juan Del Enzina son magistrales, quedando muy por encima del gracejo popular y superficialidad de los villancicos amorosos cortesanos. El villancico pastoril “Levanta Pascual” narra el júbilo suscitado entre unos pastores (en divertido diálogo en sayagués) ante la noticia de la toma de Granada. De rítmica netamente anclada en el medioevo, aunque Enzina se fue alejando de los compositores de su generación; que dormitaban bajo el influjo de la canción francesa; encaminándose lentamente hacia el Renacimiento. El tema continua; lógicamente; dentro de esa relación de vasallaje, en que los poetas laudatorios cuatrocentitas y quinientistas debían de aprender a nadar y guardar la ropa. Es fácil rastrear el ritmo marcado de la danza “Giga”, con sus hemiolías finales que eran tan características del baile hispano en el estribillo. Enzina muestra ya modernidad en su querencia por el ritmo binario, frente a la hegemonía del terciario del medioevo, y la influencia del folklore salmantino en obras escritas en compás quinario. Nótese el diseño de la escala ascendente según los dictados del texto: “Levanta Pascual, levanta (ascendente) “Aballemos a Granada” (descendente), una peculiaridad estructural muy enzinesca. A continuación, la agrupación interpretó una obra a cuatro de Mateo Flecha: Ande pues nuestro apellido (El Dindirindin), el máximo exponente de la “Ensalada”: Mateo Flecha “El viejo”. 


Camara Antiqva mixtura con elegancia este fragmento de la ensalada titulada “La Bomba, sazonándola en su justo punto, solucionando los problemas técnicos inherentes a este género, y dotando de jubilosa luminosidad, la originalísima obra de un compositor que, se acerca a la estética de El Bosco con su personalísimo lenguaje musical. El aroma alegre y delicioso de un floreciente renacimiento, ya impregna estas partituras. Esta ensalada sería parodiada por Pedro Bermúdez en su Missa de Bomba. También del autor, el madrigal “Teresica, Hermana”, una obra que refleja ya la contradicción entre los intereses de las clases populares y las castas religiosas. El canto profano permite a la sociedad zafarse del oscurantismo de la sociedad medieval, dominada por la iglesia. Pasamos de los autos sacramentales a los corrales de comedias. Del teocentrismo al antropocentrismo.
Al Alba Venid”, una letra donde se pide, astutamente, al amigo que “no traiga gran compaña”. Una letra de gran sencillez, pero cuya partitura, anónima, permite un hermoso juego cromático a Camara Antiqva, recreación con los melismas y amplia paleta en las líneas. Del clérigo renacentista pacense Juan Vásquez, se interpreto la archifamosa “Con que la lavaré”, un villancico de inspiración bucólica, cargado del simbolismo de la poesía popular de su época y “De donde venís, amores”, que llegaría hasta Joaquín Rodrigo vía Fuenllana, y Felipe Pedrell, en una reelaboración “en cascada”.

Hoy comamos y bebamos” es una versión cazurra del “carpe diem” (aprovecha el instante). Una visión lúdica de la vida a cuatro voces, en ternario simple (algo no muy frecuente en Del Enzina), a la que el coro dota de un fuerte sabor popular y una luminosa policromía vocal, con reminiscencias de danza (probablemente este lo sea), extrayendo ese perfecto equilibrio entre las secciones, tan caro al compositor. Huyendo de melismas y artificios.
La Folía “Rodrigo Martínez” es una obra jocosa del Cancionero de Palacio, que arrancó sonrisas al público asistente. Una de las folías más antiguas de la cual, Camara Antiqva, extrae una jubilosa y trepidante simplicidad, plena de humor, navegando por el ocaso de la Edad Media y presta a la improvisación sobre sus células melódicas.
Un sarao de la chacona” se ha convertido en un standard para los conciertos. Esta danza ternaria, con bajo ostinato y anacrusa, está repleta de crítica social y no exenta de erotismo. Juan Arañes supo imprimir goce y alegría de vivir a esta composición (A la vidita bona). Músicos y voces se mixturaron para ofrecer una alegre y certera versión invitadora a la danza y que; indudablemente; se habría enriquecido con el rasgueo de la (ausente) guitarra barroca. Esta es la primera chacona de la que se tiene registro musical y lírico completo.

Hanac Pachap CuissicuininEsperanza de nosotros pecadores, es un hermoso villancico atribuido al padre Juan Pérez Bocanegra, compuesto a la Virgen María. Se trata de La primera obra polifónica del Nuevo Mundo, escrita en quechua en Andahuaylillas, Cusco ( Peru) . Bocanegra pudo no ser su autor. Puede ser anónimo recopilado, letra quechua y melodía de medioevo después del sufrimiento patrio por la "conquista" del imperio Inca. En sí es un canto al Dios o la Diosa de la Naturaleza y el universo que no tenía que ver con la iglesia. Esta obra, en estrofa sáfica, no esta exenta de controversia. Realmente la letra no deja nada claro .Con clara inspiración en ¿Con qué la lavaré? La interpretación de la coral extrae una paleta de sonidos sobrecogedora; con excelente empaste; de esta primera obra polifónica del Nuevo Mundo.
El Sancta María, atribuido al maestro de capilla, nacido en Badajoz, Hernando Franco es una hermosa plegaria, también escrito en Náhuatl, fechada en 1599, aunque también se atribuye a Don Hernando de Franco, líder indígena y ahijado del maestro de capilla. En el facsímil, sobre el segundo tiple de " Sancta Mariae" se encuentran las palabras hernau don franco A 5° voces, sobre la "a" de hernandon, se observa un signo similar a la letra "u". Esta inscripción hizo pensar al Dr. Saldivar que las obras eran de Hernando Franco. En cualquier caso, y a juicio de este cronista, estos fueron dos de los instantes más gozosos de este concierto, tanto por la belleza de las obras, como por la alquimia de las voces de Camara Antiqva.

Juan de Araujo, (Villafranca de los Barros), el maestro de la policolaridad, estuvo representado por villancicos mexicanos “Los Cofrades de la Estleya” y”Ay andar, a tocar, a cantar, a baylar” dos obras lúdicas y desenfadadas, que son confundidas con frecuencia. Araujo no se ciñó tan sólo a la forma tradicional del villancico, también buscó efectos innovadores e inusuales, empleando la síncopa sistémica en 6/8 de tiempo, con la intención de proporcionar un impulso rítmico inesperado.
Serenísima una noche” es una representación de la polifonía, heredera de la que floreció en la metrópolis, que tuvo en la ciudad de México o en la vecina Guatemala grandes cultivadores, como el extremeño Hernando Franco. Pero Puebla ostentó, durante todo el siglo XVII, la primacía de la música eclesiástica, ya de la litúrgica en latín, bien de la que se cantaba en castellano por medio de villancicos, género favorito en España en el campo de la música religiosa. Una interpretación llena de alegría, de corcheas y de difícil respiración para esta noche “serenísima”.




El habla de los negros en Centroamérica esta presente en la letra de “Eso Rigor e Repente”. Villancico bailable de Gaspar Fernández, un portugués que término siendo maestro de capilla en Puebla (México). La letra es español del siglo XVII, como lo hablaban los negros de Guinea, Se utilizaba como “prédica” para la primera misa de la mañana (idiomas nativos para evangelizar)
Convidando está la noche” es una obra festiva de Juan García de Zéspedes (juguete y guaracha) y semejante al malambo argentino. Villancico que aúna elementos Navideños y carnavalescos con influencias africanas.
Camara Antiqva ofreció un denso, policromo y simbiótico recorrido por los cancioneros, mestizajes y músicas de ida y vuelta. Un programa pleno de lirismo y calidad vocal e instrumental. Una gozada.





jueves, 10 de octubre de 2019

Enrike Solinís. El Laud encendido


                            

La apuesta de la Sociedad Filarmónica de Badajoz para la inauguración de “Hojas de Álbum” no podía estar en mejores manos (si se me permite el juego de palabras). Enrike Solinís ya había dejado su huella por estos predios, en su anterior concierto en este mismo Salón Noble de la Diputación de Badajoz. En aquel programa, quedó patente la calidad digital y docente del intérprete, que sazona los instantes propiamente musicales con explicaciones y anécdotas que el espectador agradece. El programa, titulado Ars Lacrimae. Una historia del Laúd ofrece una paleta cromática amplia y exhaustiva, con obras de distinto calibre, origen y estructura, que permiten al tañedor ofrecer un abanico de las épocas y vicisitudes de la cuerda pulsada, rasgada, tañida o cualquier otra técnica que solicite la partitura. El título no podía ser más apropiado, dado que nos hallamos ante un instrumento de rango melancólico, para el que se escribieron algunas de las obras más nostálgicas y “lacrimosas”. Nadie mejor que el británico John Dowland (todo un pop-star de la época) para definir esos sentimientos de profunda tristeza y gravedad. De este compositor, Solinís eligió “Preludium, Lacrimae y A Fancy (Fantasy)”. Dowland siempre es una apuesta segura. La evocadora melancolía de Lacrimae (cuyo origen puede estar en un madrigal de Marenzio) su cadencia señera, constituyen una de las pavanas más hermosas que se han escrito. Basada en cuatro notas claves, un intervalo de cuarta descendente (evocando la lágrima que resbala). Los dedos de Solinís navegan por los trastes con limpia digitación e intenso sentimiento, extrayendo un diáfano sabor isabelino y evocador. A lo largo del concierto, el intérprete fue utilizando diversos instrumentos: archilaúd, laúd, tiorba, guitarra barroca, ofreciendo un amplio panorama de la evolución de la música pulsada, destacando la Suite en Re de Robert de Visée y la Suite en Do menor de Sebastián Bach. 

De Viseé brilló en la corte de Luís XIV como compositor, cantante y multiinstrumentista. El hermoso “Preludio fue, seguido de las habituales allemanda, courante, zarabanda, aunque no se interpretó la obra completa. En las obras para guitarra de De Viseé, las “baterías” (rasgueados rápidos), proporcionan un acompañamiento  armónico y rítmico eficaz, mientras que la  melodía y el contrapunto son tratados en punteado (pincé).
El Manuscrito Il Barbarino es  de finales del siglo XVI, posiblemente recopilado por el laudista  castrato del mismo nombre.  Originalmente tenía 400 páginas, con piezas de origen napolitano, español e italiano. De aquel, extrajo la obra “Quaranta de Francia”. Enrike Solinís desgrano dos obras del renacentista Alonso de Mudarra: La hermosa “Pavana de Alexaindre”y La “Fantasía X de “Tres libros de música en cifras para vihuela”, con sus famosas “campanellas”. Esta obra es un paradigma de la retórica con assimilatio, circulatio, gradatio, etc.  El intérprete extrae una cadencia emotiva, sincera y de gran precisión técnica. Tras esta aparente facilidad se esconden muchas horas de estudio, dejándose las falanges en el intento. Curiosamente esta “Fantasía X” no se basa en el contrapunto imitativo característico de este género, sino que se desarrolla con tres diferencias, en un variante de lo que pocas décadas después se denominaría “Folía”.
Makan Huseyni” es una original propuesta del erudito príncipe de Moldavia, Demetrio Cantemir (1673/1723). Cantemir era un experto musicólogo y gran interprete de música otomana en el tanbur. Llegó a inventar un sistema de notación alfabética. Solinís extrajo el sabor oriental de esta obra, que está recogida en el Libro de la Ciencia del mismo autor (355 composiciones).


Como colofón, el músico interpretó los “Canarios” de Gaspar Sanz, Publicado por vez primera en 1674, logró una tremenda popularidad a lo largo del siglo XX. La Fantasía para un gentilhombre (1954) del maestro Joaquín Rodrigo, un concierto para guitarra y orquesta, usa temas de Sanz: no por casualidad culmina esta obra con una versión brillante del “Canarios”. Enrike Solinís dedicó al director de la Sociedad Filarmónica, Javier Gonzalez Pereira, esta obra, compuesta por frases de cuatro compases, con final en la tónica. El tañedor desplegó todo su arsenal digital sobre el mástil de la guitarra barroca, recorriéndolo de cabo a rabo, con adornos, campanelas, rasgueos, etc, dejando patente el virtuosismo que nace de sus dedos. Una excelente apertura de Ciclo.







lunes, 7 de octubre de 2019

Conversaciones con mamá. 38 Festival de Teatro Vegas Bajas












La propuesta, para su inauguración, del 38 Festival de Teatro Vegas Bajas, ofreció un texto agridulce del argentino Santiago Carlos Oves en adaptación de Jordi Galcerán. La visita de un hijo a su madre, oculta una petición egoísta. Quiere vender el piso para solucionar sus propios problemas. Los personajes navegan en una escenografía de Rafael Garrigós, donde lo cotidiano se apodera del escenario, para representar los problemas y vivencias de cada día con los que se sienten identificados los espectadores. Disfrutar sobre las tablas de una actriz como María Luisa Merlo, es acudir a un recital de guiños, sabiduría escénica, escuela y expresión de las emociones. La dirección de Pilar Massa juega con el tempo, lo dilata, deja que el espectador asimile los cambios del personaje interpretado por Jesús Cisneros. Todo el devenir se apoya en tiempos muertos con el personaje mirando hacia la platea, contrapunteado por un tango, dejando que las emociones se anclen en su rostro. 


La evolución del tiempo también se apoya en un jersey rojo, que la madre va tejiendo hasta terminarlo. La madre habita en ese instante donde todo se relativiza y lo verdaderamente esencial se saborea Un instante lleno de sabiduría. El hijo está controlado por el entorno, el coche, la hipoteca, el tren de vida elevado. Como en la vida misma, el hachazo llega en forma de reajuste de personal. El hijo necesitará de toda la sabiduría de la madre para retomar su vida y dar valor a las cosas verdaderamente esenciales. 


Dentro de ese; casi setentero; espacio nuestro de cada día (tendedero, alacena, mantel) se va desarrollando un “tour de force” interpretativo, donde los actores juegan con la ternura, el humor, la crítica social, los reproches y una cierta melancolía. Cobran importancia los personajes elípticos como la nueva pareja de la madre, un anarcojubilado que sobrevuela con sus aforismos y filosofía vital y aporta densidad al pathos. También las referencias a la suegra (sembradas de humor) constituyen aspectos fundamentales en la estructura vital de los personajes. Estos se enriquecen mutuamente en base a ingeniosos (y certeros) diálogos, caminando juntos hacia un espacio de comprensión y de unión, que culminará en el sorpresivo desenlace. Conversaciones con mamá esconde lo trascendente tras el antifaz de la cotidianidad, lo universal tras el disfraz del pisito de ciudad dormitorio. El conflicto, bajo la máscara del humor. Toda la sabiduría escénica de María Luisa Merlo juega en este drama existencial, donde madre e hijo se han convertido en dos desconocidos que necesitan retomar sus vidas. Una madre que trata de hacer volver al redil liberal y tolerante al hijo, convertido en burgués gentilhombre. Funciona la química entre Jesús Cisneros y la veterana actriz, conformando una relación de respeto y afecto donde; tras las réplicas y reproches; se esconde el respeto y el amor. El texto peina temas trascendentales para el ser humano. Algunos que no nos gusta tocar ¿Vas a llorar cuando me muera?, la soledad, el egoísmo de los hijos.


Conversaciones con mamá es un texto inteligente, pleno de dignidad, de ternura, y camuflado bajo el disfraz del humor, pero que oculta una potente carga de profundidad.
Y es; sobre todo; un recital de soberanía escénica de una actriz de la época de oro del teatro, que crea interrogantes. Al final de esta vida, lo que importa, es compartir un plato de sopa con tu madre. Aprender que, en la vida, a cada cosa hay que darle la importancia que se merece.

Equipo artístico


Descalzos Producciones
INTÉRPRETES:María Luisa Merlo y Jesús Cisneros.
EDAD RECOMENDADA:Todos los públicos.
DURACIÓN:87 min.
AUTOR:Santiago Carlos Oves y Jordi Galcerán.
DIRECCIÓN:Pilar Massa.