jueves, 28 de febrero de 2019

Concierto FAIC 2018. Lux Contemporánea. Concatedral de Santa María. Mérida.




FAIC, Federación de Asociaciones Ibéricas de Compositores, es un proyecto largamente gestado que pudo ver la luz gracias a los esfuerzos conjuntos de las diferentes entidades que la conforman:

(ACC) - ASSOCIACIÓ CATALANA DE COMPOSITORS
(ACEX) - ASOCIACIÓN DE COMPOSITORES DE EXTREMADURA
(AGC) - ASOCIACIÓN GALEGA DE COMPOSITORES
(ACIM) - ASOCIACIÓN DE COMPOSITORES DE MÁLAGA
(AMCC) - ASOCIACIÓN MADRILEÑA DE COMPOSITORES
(CIMMA) - ASOCIACIÓN DE COMPOSITORES E INVESTIGADORES DE MÚSICA DE LA REGIÓN DE MURCIA
(COSIMTE) - ASOCIACIÓN DE COMPOSITORES SINFÓNICOS Y MUSICÓLOGOS DE TENERIFE
(PROMUSCAN) - ASOCIACIÓN PARA LA PROMOCIÓN DE LA MÚSICA EN CANARIAS

Al comienzo de este hermoso concierto, organizado por la FAIC,  los miembros de Lux Contemporánea, procesionan desde la sacristía, mientras elevan hacia la bóveda del templo esas delicadas frases en espejo, simétricas, minimalistas, certeras. Desde esta peregrinación musical, queda patente el soberbio empaste y la afinación de la agrupación en tan difícil armazón sonora. El efecto es escalofriante y de una belleza suprema. No en vano “The Lamb”, de John Tavener, es una cascada de hermosas corcheas que en algún instante rememoran el canto llano. 
Rebeca Santiago
Lux Contemporánea desgrana esta pieza, de estructura estrófica, que varía su textura de lo monofónico a lo homofónico, jugando con inversión y la bitonalidad, extrayendo matices de una enorme y terrible belleza minimalista. Las siete notas del primer compás, que se estructuran en forma serial, inundaron de belleza la nave de la Concatedral. John Tavener juega en esta obra con el modo eólico, con terceras disminuidas, melismas ocasionales, quinta aumentada, epilogando las frases con una cadencia perfecta. Una obra maestra de lo posmoderno, jugando con la economía del material y el serialismo. De hecho las técnicas seriales y el uso de la bitonalidad, contrastan con el tradicional SATB y su ajuste como himno eclesiástico de tradición inglesa. Esto la convierte en una original y trasgresora propuesta, dentro de la espiritualidad que impregna toda su obra de minimalismo sagrado. A medida que cada línea melódica, meticulosamente balanceada, se despliega suavemente, se tiene una extraña sensación de apertura infinita. Casi como si el tiempo se hubiera detenido momentáneamente.



La “Nana del AEIOU”, del malagueño José Ramón Valiño, un compositor perteneciente a la ACIM, es originalmente un villancico. En ella las cinco vocales van representando  diversas etapas del sueño de una criatura. José Ramón Valiño Cabrerizo, es un compositor malagueño. Su extensa obra compositiva abarca desde el ámbito sacro-cofrade  (Esperanza Salerosa, Lagrimas de Luz, Virgen de la Candelaria, etc.) al de música de cámara, orquestal o coral (Sonata para piano nº 1, L´Aura, Pintando Nubes, etc.).

A continuación el coro atacó “Magány”, una obra temprana de Ligeti (1946), resolviendo la “aparente” micropolifonía del magyar con limpieza. Desarrollando las texturas sonoras que juegan en 4/4 y 3/4 hasta el morendo final, que va se va apagando lentamente en el calderón del epílogo. Alargando eternamente el silencio, extrayendo etéreas estructuras de la melancólica partitura. En sus primeras composiciones, György Ligeti se embebe de resonancias bartokianas, tanto en la armonía como en el aire popular. Extrajo el texto del poeta Sándor Weöres. Lux Contemporánea compone texturas intensas y emotivas de la sombría melodía del inicio, controlando el segundo segmento que juega (entre otros) con Piú Mosso y Subito, para en un eterno retorno, retomar el estado de ánimo del primer segmento. Numerosos aplausos celebraron este poema sobre la soledad, de un autor que intentó escapar a las corrientes compositivas de su época. El denominado “minimalismo sacro” ha supuesto una renovación muy viva de la música occidental en los últimos años, aunque no supone una unidad de estilo, sí que comparte el mismo concepto místico y humilde.

De la compositora María Quintanilla Campano, se interpretó una obra, que está dedicada al coro por su autora: “Origami”. Miembro fundador de la Asociación de Compositores de Extremadura (ACEX), su actividad compositiva abarca también el cine y el teatro.  Inspirada en el arte japonés del plegado de papel, trata de representar la percepción del espacio y el  tiempo. “Origami” es una obra compleja y atrevida, que las voces de la agrupación enriquecen con texturas infinitas. Con planos sonoros que se superponen y convergen. Una verdadera gozada.


 

En “Puer Natus”, de Giuseppe Mignemi, las fuentes del canto llano se derraman sobre la arquitectura religiosa, envuelven, mecen y ascienden. Puer Natus se estructura sobre tres pilares:
 a) canto gregoriano;
b) la técnica aleatoria;
c) la falta de un desarrollo tradicionalmente comprendido.

Está fechada el 8 de diciembre de 2003, nació de la necesidad contingente de renovar el repertorio de villancicos de un grupo (Coral "María SS del Rosario-Fleri). Las necesidades se basaban esencialmente dos: crear algo nuevo sobre el tema de la natividad y proponer una pieza que un grupo amateur podría aprender en un tiempo relativamente corto. Los tenores y sopranos (colores claros), exploran los contornos de la repercusión (Si y Sol). El coro extrae con sentimiento el  aura acústica que se mueve hacia el final de esta oración, liberándose del sonido básico, hasta alcanzar la pureza de la homofonía, con un sonido renovado que se conquista progresivamente. Algo perceptible en la vocal i de “nobis”. “Puer Natus” juega con las referencias del canto llano, con el diálogo con la piedra, con la acústica de las bóvedas, recorriendo un amplio espectro de sensaciones y sentimientos que, en las voces de Lux Contemporánea alcanzan altos niveles de técnica y expresividad.

En “Nana para despertar a un pie”, la compositora Cruz López de Rego exprime con profusión toda clase de recursos tímbricos, (incluyendo silbidos o recitativos). Forma parte del tríptico “Nanas sanan” (2010), basado en textos de Gloria Fuertes. Partitura de estructura descriptiva y ocurrente. Fue escrita por encargo de la Consejería de Cultura y Deportes y Portavocía del Gobierno de la Comunidad de Madrid, y estrenada en el XXIII Festival Clásicos en Verano 2010 por el coro Nur. Pese a tratarse de una adaptación, el control, expresividad y dominio de las diferentes texturas a que la somete el coro, podría hacer pensar que ha sido escrita pensando en ellos. Una delicia sonora, de amplio rango creativo.


La directora de Lux Contemporánea, Rebeca Santiago, compuso en 2006 su partitura “Palabras”. Se trata de una escritura sorprendente y emotiva, con instantes certeros, que  invita a la reflexión  sobre una actitud minimalista para retomar la propia vida. Esta obra se encuentra grabada en “Amadeus canta a la mujer”

Una de las obras más hermosas del programa  es “Eli! Eli” de György Deàk Bárdos, extraída del texto de San Mateo, 27, 46. Una verdadera prueba de fuego, que Lux Contemporánea remonta con altísima nota. Destacar la limpieza en la emisión y agilidad vocal de la soprano y directora Rebeca Santiago, que verdaderamente hacían vibrar el aire de la Concatedral. Bellísimo ese “lamma sabacthani, de imposibles agudos, con su desafiante notación dramática.






Daniel Roca (PROMUSCAN), reescribió una obra iniciada en sus años de estudiante para un concierto de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel. Estrenada por Camerata Lacunensis que, bajo la dirección de D. José Herrero, interpretó obras de autores canarios, basadas en textos cervantinos. Esta composición se inspira en el epitafio de D. Quijote: “Epitafio. Tres Coros sobre Poemas del Quijote
Tres Coros sobre poemas del Quijote. Daniel Roca Arencibia es autor de diversas publicaciones, fue el primer director de PROMUSCAN y es uno de los arreglistas del himno de Canarias.

I. Árboles, Yerbas y Plantas (Don Quijote de La Mancha. Parte 1, Capítulo XXVI)

II. ¿Quién menoscaba mis bienes? (Don Quijote de La Mancha. Parte 1, Capítulo XXVII)

III. Epitafio (Don Quijote de La Mancha. Parte 2, Capítulo LXXIV)

 
“Punto de Fuga” de María José Fontán Oñate (ACEX), compositora y periodista musical, se inspira en ese punto geométrico del espacio en el que convergen las líneas paralelas hacia el infinito sobre la línea del horizonte. Basada en el poema “Espacio” de Juan Ramón Jiménez. La apuesta de la compositora es técnicamente compleja y arriesgada.

El compositor de la siguiente partitura eligió no dar información sobre la obra, para que el público extrajera sus propias conclusiones. Mateo Soto (CIMMA) presentó “I  NO MORE DESIRE A ROSE”,  a ocho voces. Un poema de William Shakespeare: No más deseo una rosa. Mateo Soto nace en 1972 en Cartagena, España, donde comienza sus estudios de viola y piano. Entre los galardones recibidos destacan el 2º Premio SGAE 1993 para Jóvenes Compositores de la
Sociedad General de Autores y Editores, el 2º Premio Frederic Mompou 1996 para Jóvenes Compositores de Juventudes Musicales de Barcelona y la Tribuna de Jóvenes Compositores 1997 de la Fundación Juan March, de Madrid. Entre sus obras se encuentra “Overture”



                                                                                              Benedictio
Urmas Sisask es uno de los principales compositores de Estonia (y los más prolíficos). Urmas Sisask es también un astrónomo intenso. Hay algo del chamán en Sisask. Curiosamente, pese a su alto nivel como músico, no se considera un compositor: “mi trabajo es encontrar y escribir la música existente". El resultado es lo que él llama “astro-música ". Ha ideado una escala pentatónica (planetaria) a la que se llega a los tonos al considerar la rotación de los cuerpos celestes como una oscilación de frecuencias fijas, Esto se reduce a una escala planetaria de cinco alturas: C-sharp, D, F-sharp, G-sharp y A. (Es una escala pentatónica: Do sostenido (277 Hz), Re (294 Hz), Fa sostenido (370 Hz), Sol sostenido (415 Hz), La (440 Hz). Esta escala forma la base melódica y armónica para muchas de sus composiciones posteriores (aunque no para Benedictio). Como un nuevo Messiaen, que basó su obra en el canto de los pájaros, el estonio toma las estrellas como referencia inspiradora para dibujar densidades sonoras luminosas.  
Urmas se acerca más a los viejos modos de iglesia, que al sistema diatónico, mayor / menor, utilizado por Pärt y Sandström. Benedictio es un prototipo de sus composiciones.  Lo es, en la irradiación luminosa de las texturas y la claridad fresca de su armonía. La pieza consta de dos partes: en la primera, las quintas desnudas se superponen con delicadas hebras melódicas y díadas explosivas. La segunda parte es más extensa y su funcionamiento más inquietante. Una sola línea de texto se canta una y otra vez como un mantra o letanía. El suelo inicial de los dos compases de los bajos se escucha veintinueve veces. Esto es música extática: una danza cósmica de gran poder ritual, sus repeticiones hipnóticas y seductoras de bajo ostinato, su juego con los cuartos y los quintos. Una posmoderna revisitación de la canción rúnica primordial. Lux Contemporánea entregó unas texturas armónicas, que se desvanecieron mágicamente en las largas perspectivas acústicas de la Concatedral, hilvanando los patrones melódicos, hipnóticos y repetitivos, para construir el clímax (casi bacanal) que solicita la partitura. Especialmente en ese “Benedicat vos omnipotens” que culmina en un largo amén (cambiante a 4/4), agonizando en silencios de negra y blanca.
Una excelente selección de obras, la ofrecida por Lux Contemporánea y el FAIC. Un vis, agradecido, de la impactante Eli! Eli!, largamente aplaudida por un público entregado.
Únicamente subrayar la imposibilidad de analizar en profundidad algunas de las obras por ser primera audición. No nos cabe duda que la agrupación nos dará la oportunidad de volver a disfrutar de la calidad de sus voces y revisitar esas  hermosas composiciones.





martes, 19 de febrero de 2019

Música Ficta. Music for a While. IV Ciclo Juan Vázquez





Toma su nombre la agrupación, de aquella música “inventada”, cuyas notas quedaban al margen de la “música vera”, según el hexacordal sistema guidoniano. Estas inflexiones deben ser añadidas por los propios ejecutantes, una vez deducidas del contexto musical. El uso actual del término se halla bastante alejado de los teóricos medievales y requeriría un foro distinto para su aclaración. Baste reseñar que en aquella época el entrenamiento a que se sometían los cantantes; en un ámbito donde las variaciones, el adorno y las improvisaciones eran elementos importantes; quizás hiciera innecesarias la colocación o anotación de las alteraciones. El título del concierto está tomado de una o del las obras del repertorio del grupo: Music for a while, del compositor barroco Henry Purcell. Una obra incidental compuesta en C minor para teatro musical. El segundo movimiento de Edipo (John Dryden y Nathaniel Lee. 1692), que solicita arreglos para teclado solo y violín (en esta caso viola) ya que originalmente fue compuesta para voz y un atípico bajo continuo de tres compases. La soprano desarrolló esa “pintura de palabras” tan cara al corpus purcelliano, unas partituras con uso amplio del melisma y que en la época barroca no tenían ninguna marca dinámica. El clave imitaba la línea vocal en ocasiones. Music for a  while requiere una cierta cadencia melancólica y suavidad para sus frases caídas, sus teclas menores y su tempo lento, con compases de dolor o angustia, que Purcell obtenía con sus intervalos de semitono y disonantes. Hermosos esos melismas que pintan largamente la palabra “eternal”, o ese atrevido  acorde Mayor (tierce de picardies) para colorear el La menor. Una tercera de picardía para destacar el uso dramático de la palabra “snakes”, con juego de mordientes, notas de gracia y appoggiaturas, línea vocal silábica y demás parafernalia purcelliana. Curiosamente esta obra construida sobre el ostinato (hay un ascenso cromático que modula en su sección central, describe como el espíritu sale de la tumba), fue corregida por los primeros editores. Estos juzgaron que las disonancias que se escuchan sobre la palabra “eternal” era un error del compositor. Límpido uso de adornos y largos aplausos tras el acorde arpegiado extendido al final.

El Prólogo de la Música (L´Orfeo) de Monteverdi, sirvió de apertura de un concierto de querencia barroca, con reposada visitación del pacense Juan Vásquez que da nombre a este ciclo, que el Instituto Extremeño de Canto y Dirección Coral regala a la ciudad cada año.
Una hermosa obra donde Monteverdi se muestra libre ante la agitación estética de su época. Preludio de la ópera, cuando aún el género dramático es apenas un canto hermoso con acompañamiento instrumental. Aquí, el maestro italiano cristalizó la esencia misma de la ópera, con todos sus posteriores estilemas. Monteverdi hace intervenir a la Música en un aria estrófica con ritornello, que la soprano definió con diáfana estructura en sus affettis, donde cada estrofa utiliza el mismo material musical. Para este texto, el compositor dejó ciertas indicaciones para los affettis del texto, pero nada para el continuo.
Bárbara Strozzi es una compositora que se incorpora a los conciertos con pleno derecho. La “dama de la cantata barroca”, que supo pujar en un mundo donde el  patriarcado era la marca de la casa, destiló sensibilidad y expresividad en su obra, llegando hasta ocho libros de música, consiguiendo figurar en las antologías de la época. Ella fue una de las primeras compositoras seglares de Europa.
Che si puo fare” es un aria a una voz (Sexto Volumen. Venecia 1664). Strozzi fue creadora de diversas cantatas profanas de escuela veneciana, género en el que la compositora se postula como una de las posibles inventoras. Hay que agradecerle a Giulio Strozzi la educación musical de su hijastra, que produjo obras de tan enorme belleza y elegancia. Poemas de amor de corte marinista, con secciones de recitativos, airosos, arias, y largas secciones melismáticas, influenciada por la Seconda prattica. Para esta obra, Strozzi musicó el poema del libretista italiano Aurelio Aurelli. Con disonancias cuidadosamente manejadas, un sentimiento medido, con varios ritornellos misturados dentro de las líneas vocales, ornamentaciones y repeticiones.
De lenta cadencia y melismas amplios, la obra fue desgranada por María Chiara Gallo con amplitud de rango y exquisita sensibilidad. Con ese recitar cantando que solicita elegancia, melancolía y suavidad en los modos.
Che si può fare?
Le stelle rubelle
Non hanno pietà.
Che s’el cielo non dà
Un influsso di pace al mio penare,
Che si può fare?


Detta La Bernardinia es una “canzona” (8.02ª. 1 Libro delle Canzoni. 1628. Rome: Giovanni Battista Robletti) del organista Girolamo Frescobaldi, uno de los inventores de la concepción moderna del tempo, influenciado por Gesualdo tempranamente. Esplendida digitación y expresividad en la viola barroca para estas variaciones lúdicas y alborozadas.
El clérigo pacense Juan Vásquez estuvo representado por dos obras, los villancico “Con qué la lavaré” y Si n´os uviera mirado. El ascetismo y la gravedad renacentista del clérigo y sus formas colindantes con la cultura popular, contrastan sobremanera con la textura armónica barroca del resto del programa. Vásquez siempre obtiene mejores resultados sonoros a quattro, con su querencia por la redonda como unidad del tactus.
La sonata “La Desperata” (A 2. Libro Quinto) recibió numerosos aplausos por ese dialogo certero, hermoso, técnicamente impecable entre el cálido sonido del violín barroco y la tenue melancolía del clave. Carlo Farina fue un renovador que introdujo una serie de nuevas ideas en el instrumento, incluidos sonidos de animales en “Capricio Stravagante”
Música Ficta efectuó un salto sin red cuando; desde la solemnidad del villancico renacentista; llevó al público hasta el barroco británico más arrebatador del más grande compositor de la isla: Strike the viol. (Come, ye sons of art, away, Z323 no.5.Birthday Ode for Queen Mary, 1694). Aria de la Oda para el cumpleaños de Queen Mary, 1694, V-Countertenor solo y ritornelloGolpea el viol, toca el laúd, con textos de Nahun Tate.  Publicado en Orpheus Britannicus. La cantante fraseó su fascinante melodía, compuesta sobre un bajo continuo de dos compases. Una obra en ¾ que solicita respiración ajustada, fraseo certero y ritmo ajustado, hasta culminar en la blanca con puntillo final.
Para más información el interesante estudio “Robert Pindar, Thomas Busby y la misteriosa puntuación de ‘Come Ye Sons of Art’ de Henry Purcell”, sobre la manipulación efectuada por Pindar en las obras de Purcell.

Händel sirvió de colofón al concierto con varias obras vocales. El aria para contratenor “Bel Contento”, perteneciente a la ópera Flaviosirvió para que la mezzo luciera gran agilidad vocal y amplio rango. Estas arias comenzaban a ser compuestas para lucimiento de los cantantes, con profusión de adornos. “Flavio, rey de los longobardos”, no resultó del agrado del público londinense, acostumbrado al drama en estado puro, por sus interludios cómicos. No  fue rescatada hasta 1960.
De la ópera Rinaldo, la agrupación interpretó Ogn´indugio dún amante.(Acto I. Escena I.  Rinaldo es una ópera en tres actos que  contiene una de las arias más bellas de la historia: Lascia
ch´io pianga. Como toda la producción de esta época algunos papeles eran escritos para la tesitura de los castrati. Las coloraturas en Händel no son gratuitas, todo cumple una función. Incluso, en la época estaban contadas las notas que debían interpretar cada voz para que el primo uomo y la prima donna, pudieran cantar el mismo número de notas. Todo sometido a unos códigos muy precisos.
Después vendría la bellísima obra: “Thou art gone up on high”. Perteneciente al oratorio “Messiah” (Messiah, HWV 56, Pt. II: 36. Air.) Se hace referencia a Pentecostés de manera bastante indirecta, sin nombrar al Espíritu Santo. “Has subido a lo alto” del Salmo 68 (Salmos 68:18) refleja “regalos para los hombres” y “para que Dios pueda habitar entre ellos”, expresado en 3/4. Originalmente escrito para bajo, Handel reescribió el Air en Londres en 1750 para el castrato Gaetano Guadagni. las ediciones anteriores (Novello, Best y Prout) le dan este aire al bajo, en re menor; la edición actual de Novello de Watkins Shaw, así como la edición de Bäreneiter de John Tobin y la edición de CF Peters de Donald Burrows le dan el aire a Alto (en re menor) y también ofrecen transposiciones para soprano y bajo
Como colofón, “Música Ficta” ofreció una cantata italiana del mismo compositor, dando una vuelta de tuerca desde la religiosidad e intensidad del Messias, al género profano que se consumía en academias y casas nobiliarias. Un hermoso ejemplo de vocalismo barroco.
Mi palpita il cor. (Cantata HWV 132C). Händel ajustó el texto de esta cantata unas cuatro veces y fue originalmente compuesta para acompañamiento de oboe y flauta. Después de un intenso recitativo “Mi palpita il cor”, la intensidad decae, dejando paso a la melancolía lenta del Aria para culminar en otra mucho más convulsa. “Ho tanti affani in petto”. Estas cantatas ofrecen un entrenamiento vocal de alto nivel, con adornos vocales, alta energía.
A diferencia de otros autores, Händel no refleja en estas cantatas la tendencia al virtuosismo que si vierte en sus óperas, aunque no evite los melismas vocales y el tratamiento del continuo, siguiendo el estilo concitatomonteverdiano. Con trinos dilatados, notas rápidas y airosas para ese “alma agitada” a que alude el texto.

Mi palpita il cor,
né intendo perché?
no entiendo por qué,
gitata è l’alma mia.

Excelente conjunción y sonido diáfano. Espectacular cromatismo en el último bloque del concierto. Para instrumentos como el clave, que no puede sostener acordes largos, debido a que la pulsación de la tecla decae rápidamente y la menor potencia sonora del violín barroco frente al tradicional, resulta difícil expresar todo el ardor que requiere la textura cromática barroca. Pero “Música Ficta” extrae paisajes sonoros notables de ambos instrumentos. Una cualidad que; sumada a la articulación clara y timbre cálido, junto a la forma de decir los textos de María Chiara Gallo; les convierte en fieles y efectivos transmisores del corpus haendeliano. Al finalizar el concierto, el comentario generalizado era esa capacidad de hacer parecer fácil lo difícil. Una rara simbiosis que en escasa ocasiones se puede disfrutar. O se tiene, o no se tiene. La agrupación de Raúl Mallavibarrena la posee con creces.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Salvador Sobral. El intimismo por bandera. Estremoz. Teatro Bernardim Ribeiro


                             


Salvador Sobral articula su espectáculo sobre su peculiar expresión corporal y su juego gestual. Nada sería igual sin esos silencios, sin esos espacios entre frases, esa actitud lúdico-festiva donde el cantante; a veces; parece un niño en el patio del colegio. Acompañado de un trío clásico: contrabajo, batería y piano, el luso peina un extenso abanico de estilos e influencias. En sus conciertos gravita la sombra de Chet Baker, el aliento de Billie Holiday, la saudade de Veloso o influencias patrias como Silvia Pérez Cruz. Salvador se mueve entre el susurro y la languidez como pez en el agua, navega en los bajos y los medios, imprimiendo un intimismo, aparentemente lánguido, pero certero a sus interpretaciones. Cada nota es esencial, la subdivisión rítmica nunca es mecánica y el timbre suave, construye una arquitectura precisa. No se priva, el cantante, de demostrar en algunos instantes que tras su, postiza, fragilidad vocal, hay un chorro de voz precisa y de limpia emisión. El eclecticismo es la marca de la casa y Salvador no decepciona a su público. Es capaz de mantener al auditorio, cantando “a bocca chiusa” la base melódica de la canción, mientras improvisa, rapeando a las cuerdas del piano (con la cabeza literalmente metida bajo la tapa) o de levantar nostalgias con su esperada interpretación de la eurovisiva balada “Amar pelos dois”. El abanico de referencias peinado por Sobral es amplio y abarca desde el fado, celebrado y coreado por el público luso, hasta el jazz, pasado por su personal tamiz, o letras de Fernando Pessoa (Presságio). A veces el cantante desaparece, literalmente, del escenario o se avecinda en una esquina para dejar protagonismo a los excelentes músicos. Certero y cristalino el piano de Julio Resende. El contrabajo de André Rosinha era como una respiración; preciso y etéreo. Bruno Pedroso, a la batería, no sólo aportaba una base rítmica sorprendentemente fluida, además era cómplice de los momentos humorísticos con que el cantante adereza su espectáculo. Salvador Sobral es un “crooner” atípico y singular que al final del espectáculo, siempre cercano, se sienta al piano a preguntar al público "qué canción quiere escuchar". “Mi corazón vuelve a amar por los dos”, coreada por el público hispano o el bolero “Ay amor”, fueron desgranadas por Sobral que se metía al público en el bolsillo, peinando todo el imaginario musical, incluso atreviéndose con una “chanson” de regalo y un intimista “Nem Eu”, del brasileño Dorival Caymmi; acompañándose al piano. 




Totalmente recuperado de su reciente trasplante, derrocha energía y frescura en el escenario ,convirtiendo la expresión corporal en una parte indisoluble del mismo, transmutándose en un “enfant terrible”, travieso y divertido que combina el humor con la calidad interpretativa y una desvergonzada improvisación. Sobral es capaz de saltar en medio de una canción, imitando pasos de danza, de romper la estructura formal de un tema, remedando los gestos de un simio o de hacer largos interludios narrando anécdotas en su más puro estilo para continuar con una bossa nova. Un hermoso repaso por sus canciones anteriores, por las propuestas de su disco “Excuse Me”, a la espera de su estreno en Marzo de “Paris, Lisboa”, su próxima grabación. Un concierto intimista, con hermosos instantes como cuando el público luso coreaba la canción “Mano a mano” (letra de María del Rosario Pedreira y música de Julio Resende). Si además añadimos la belleza del teatro Teatro Bernardim Ribeiro, con frescos en el techo, el artesonado de madera, los clásicos palcos. Y además por la sexta parte de lo que cuesta un billete para esta gira en otros escenarios ¡Chapeau!

viernes, 8 de febrero de 2019

Ha fallecido Salvador Távora. Un referente del mundo del teatro y el flamenco. Se ha ido mientras dos de sus espectáculos: “Quejío” (su primera obra) y “Carmen” siguen llenando su teatro en Sevilla. En sus obras ha condensado el dolor de un pueblo y la injusticia social. Siempre mantuvo que el arte sin compromiso social es un capricho. De necesidades sabía mucho por su infancia y conseguía sublimarla con sus obras. Fue torero, cantaor, obrero textil que reflejó la comunión entre riesgo y arte. En Cataluña le prohibieron lidiar un toro en el espectáculo “Carmen”. Posiblemente entre los censores se encontraría alguno de esos hipócritas talibancillos que se rasgan las vestiduras defendiendo como “arte” otras manifestaciones ofensivas para terceros. Sin ayudas, sin apoyos consiguió sacar adelante su sala. “La Cuadra” se convirtió en un referente de la cultura flamenca. La muerte del dictador le cogió en Francia. Tenía en mente un espectáculo que titularía “Cita con la muerte”. Pero ésta le ha ganado la batalla. Luchó hasta el final contra la injusticia con el arma del teatro. Me quedo con esa despedida a compás de guitarra con que se despedía su obra “Las Bacantes” en el teatro romano de Mérida y que todavía resuenan en las piedras milenarias. DEP. 
Tierra que roza dos mares
al ritmo de tus banderas,
te he de querer mientras viva
hasta el dia en que me muera....