Dentro de la esforzada aventura emprendida por A5
Vocal Ensemble, única en nuestro panorama musical, de resucitar y
revitalizar los libros de madrigales del compositor cremonés, ahora le ha
llegado el turno al libro que supuso el punto de inflexión hacia la seconda prattica. Monteverdi subordina
la expresión musical a la palabra, conduciendo
el figuralismo a sus más altas cotas. El Ensemble ya tiene experiencia
en estos lances, amplio dominio de las texturas monteverdianas y potente expresividad “pintando palabras”.
Ya desde el primer madrigal Cruda Amarilli; que fue refutado por Artusi; se aprecia ese sabor revolucionario y el dominio del
cromatismo, que tan caro le era al italiano. Suave y claro el traspaso desde
las dos primeras secciones, donde predomina la textura homofónica, dominio de
la disonancia (novena y séptima) en el compás 13 (con permiso de Artusi).
Aunque para disonancias, las 14 que se escucharon entre los compases 19 y 23
(retardos) y que la agrupación resuelve con su habitual fluidez, para agonizar en una cadencia típicamente
renacentista, recreando este drama en miniatura.
Es de agradecer la proyección que durante el concierto se
efectúa sobre el escenario en la cual es posible leer los poéticos y
melancólicos textos en italiano y español, aumentando el grado de comprensión,
con la emotividad y nostalgia trasmitida por A5 Vocal Ensemble. Nos
hallamos ante un género en el que la palabra es alquimizada por la música, para
mostrarnos una enorme paleta de estados emocionales y afectivos en esta obra-bisagra
con lo anterior y lo que viene.
En O Mirtillo, Mirtill'anima mia, A5
Vocal Ensemble desarrolla los recursos del madrigal, integrándolos con
las demandas de la monodia, reitera pequeñas frases, de modo minuciosamente
repetitivo, consiguiendo un fino y seductor equilibrio en sustancia y
proporciones. Esta obra reúne cadencias intensamente renacentistas. Muchos la
consideran la predecesora del Libro VI (Lamento de Ariadna)
Monteverdi llevo al extremo el hablar con canción (chi con canto parla), por ello los
textos son de una deliciosa cadencia, profunda melancolía, intenso retrato
amoroso y se prestan a una profunda pintura polifónica. A partir de este libro,
la escritura del cremonés se acerca, sin posibilidad de retorno hacia paisajes
más cercanos a la ópera en miniatura o la cantata dramática.
La presencia del bajo continuo es obligatoria en los seis
últimos madrigales, compuestos para cinco o seis voces.
Un pequeño interludio para lo instrumental ofreció una
deliciosa interpretación de la Sonata quarta sopra l´aria di Ruggiero, de Salomone Rossi (El judío),
pionero en el desarrollo del trío de sonata y violín, con patrón
armónico repetitivo (o bajo de fondo). Salomone colaboró con Monteverdi en el
drama lírico Maddalena. Preciso y alborozado, el violín de Raquel Batalloso,
en acertado diálogo con la viola de Irene Gómez Fernández. Rossi conocía las
primeras colecciones de madrigales de Monteverdi, e incluso tomó varios de sus
textos en varias ocasiones para sus propias composiciones.
La segunda parte del concierto traería obras como Amor,
se giusto sei, con amplio juego cromático, melismas y un sonido suave y
equilibrado para un texto donde el amante desea que la mujer que sea su esposa,
sea la correcta.
T'amo, mia vita, es una meditación
entusiasta de un joven amante que ha escuchado a su amada pronunciar esas
palabras. Monteverdi establece las cuatro palabras para soprano en solitario,
repitiéndolas entre líneas de la ensoñación del joven como si se repitiera una
y otra vez en su mente.
La agrupación convierte el soberbio epílogo Questi
Vaghi Concenti (a 9), una verdadera sinfonía con ritornello) en una
brillante cantata. Compuesta siguiendo el modelo popularizado por Andrea
Gabrieli. Aquí los cambios en la textura siguen íntimamente los tonos
subjetivos del texto, avanzando en el concepto de uso de coro de la época, que
lo usaban para simple efecto de eco. Las dos mitades, usan variaciones del
material sinfónico, crean una gama deslumbrante de colores vocales al veneciano modo. Este es un anticipo
de la música teatral a gran escala que ya asomaba desde el futuro. La
interpretación de A5; junto con el resto de cantantes, es voluptuosa, plena de
alegría de vivir, decidida a celebrar la fresca belleza que se le ofrece.
Como oferente regalo se ofreció un preludio del Sexto Libro,
el Zefiro
Torna, oh di soavi accenti. Un poema de Petrarca, publicado en El Canzionere; elevado a lo sublime por la música de
Monteverdi. Y también por los músicos que, sobre el escenario, extrajeron de
este aire una interpretación dinámica, lúdica, de un cromatismo vitalista; y
premonitorio; de lo que será su próximo trabajo (esos soberbios trinos
ornamentales). A5 Vocal Ensemble se ha embarcado, para fortuna de los
aficionados, en una tarea enciclopédica, mastodóntica, faraónica. El resultado
de este enorme trabajo y de las horas de pulido, tallado y esmerilado, queda
patente sobre el escenario. Afortunados aquellos que tienen el privilegio de
disfrutarlo.
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