Hermoso, sorprendente y majestuoso el programa elegido por la
soberbia agrupación Ludovice Ensemble
para este XXXVIII Festival Ibérico de Música.
Dúos italianos e ibéricos extraídos de manuscritos portugueses en la primera
mitad del siglo XVIII.
De las voces de las dos cantantes surgieron obras del
siciliano Emanuele d´Astorga, el último compositor que continuó las tradiciones
de las cantatas de cámara perfeccionada por Scarlatti. En 1726 publicó en
Lisboa las Cantatas Profanas.
En Marco Attilio Regolo,
el compositor Alessandro Scarlatti demuestra ser todo un maestro en dosificar
los ingredientes del drama para la música. Su hijo Doménico, convertido en
maestro de clave para la Infanta María Bárbara, posiblemente llevase partituras
de su padre a la Corte. La afición del rey portugués por las cantatas harían el
resto. De éste autor se interpretó el duetto
“Ascolta, oh Dio”.
Fernando Miguel Jalôto |
La Corte Portuguesa era severa y exigente con la preparación
de sus músicos y la instalación de imprentas musicales (Oficinas de Música),
contribuyó al brillo de las creaciones de músicos portugueses.
La mayoría de las creaciones de Carlos Seixas se perdieron
durante el terremoto de 1755. Se han preservado unas cien sonatas. Fernando
Miguel Jalôto ataca la Sonata para clave
19.7 con agilidad y nítida pulsación, con ornamentos vibrantes de clara
línea. Seixas representa ese periodo de transición del estilo del XVII al
estilo galant que se avecinaba, bebiendo sin duda de Scarlatti.
Las cantatas de Té y Sagáu salieron de la imprenta en Lisboa
en 1726. La Cantata IV, con texto del “Señor Canónigo Julian Marciel”, se
titula “Quexosso amor se lamenta” y puede escucharse en¨: Ana Ferraz,
Alexandra do Ó, Segréis de Lisboa – Música Na Corte De D. João V - Cantatas
Humanas A Solo E A Duo.
Joana Seara |
El clavicenista volvió a deleitar al público con otra de las Sonatas
en forma tripartita, extraída Biblioteca do Palácio da Ajuda (Lisboa), MM
48-I-2, Sonata para clave Ap.10.1. Una mistura de temperamento lusitano, con ausencia
de influencias scarlatianas que el músico desarrolla con elegancia y claro
lenguaje armónico. Nada extraño si el
mismo Doménico se refería a Seixas como “uno de los mejores maestros que he
escuchado”. Capaz de crear un lenguaje propio con leves influencias italianas y
francesas, ya que en sus sonatas confluyen diversas opciones estilísticas de la
primera mitad del XVIII, del último barroco Meridional hasta el pos-barroco de
tendencia galante.
Francisco António d’Almeida (ca.1702-1755?), escribió un dramma
Comico en tres actos, titulado La
Spinalba, con autor de libreto desconocido. En la escena segunda aparece el
duetto “Son questi i giuramenti”,
que en el original desarrollan Spinalba e Ippolito (Soprano y Tenor).
Una obra que las
sopranos resuelven de modo airoso, en su aire plenamente italobarroco, de clara tradición bufa, aunque se trate de uno de
los duettos “serios” de la obra. El género de ópera en la Corte Portuguesa
nunca sobrepasaría el concepto de entretenimiento privado. Esta es la única
ópera del periodo jonanino de la que
se conserva la partitura completa.
Del Barón de Astorga (Emanuele), se ofreció el «Aurette grate» — cantata a due canti,
para dar paso al autor que exporto a la península el estilo napolitano:
Giovanni Bononcini con el duetto “Pietoso
nume arcier”, que puede encontrarse en la grabación de Philippe Jaroussky “Duetti”.
Las voces de Eduarda Melo y Joana Seara se entrelazan en un
estilo maravillosamente melódico y armónicamente sofisticado, sobre la elegante
línea del bajo y el intrigante ritmo sincopado. La sobriedad del continuo resalta
el delicado entrelazado y la ornamentación de las partes vocales.
Eduarda Melo |
La Sonata para clave
21.2 del clavicembalista Carlos de Seixas, permitió a mostrar una de las
formas bipartidas del músico conimbricense, en un ejercicio de líneas claras y
magnéticas, de límpidas notas cristalinas y gran virtuosismo por parte de Jalôto.
Aunque Seixas tomo de Scarlatti y de Giustini el nombre de “Sonata”, en modo alguno la creación proviene
de ellos. Nace de la propia inspiración del luso, misturada de tradición
ibérica, aunque beba de la estructura
fundamental y el concepto genérico.
Francisco Antonio D´almeida escribió la primera ópera
portuguesa:” La pazienza di Socrate”,
de la que sólo conserva su tercer acto. L´Hipólito, nunca se ha representado desde 1752. Todas sus arias obedecen a la forma Da Capo, vocalmente exigentes y
extremadamente virtuosas, demandando un gran dominio de la técnica de
coloratura. De la primera parte de esta ópera Dueto [Ária] “Perché soffri i falli miei?”,
desarrollado por Hipólito e Fédra, sirvió de áureo epílogo para el concierto.
La exquisitez de las voces, el matemático empaste, la clara dicción, los espléndidos agudos y la
paleta de matices, ornamentos y vocalizaciones dibujados por las sopranos;
apoyadas por la conmovedora digitación de Fernando Miguel Jalôto; transportaron
al público a una época en que este estilo era la marca de la casa en la “Nova
Arcadia”.
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