La última entrega de esta adrenalínica saga sigue a
machamartillo todos los parámetros de los anteriores dislates. ¿Para que vas a
cambiar algo que funciona?
Al contrario, el desmadre visual se potencia hasta
límites que rozan la ciencia ficción, y acercan esta serie más al fantástico,
que al cine de acción. No cabe duda que los aficionados lo agradecen. La saga ; al igual que en su día lo hicieran las películas de Jim Abrahams y
Jerry Zucker; (Aterriza como puedas, Top Secret, etc), han construido un mundo
paralelo donde todo es posible y las leyes de la física desaparecen por arte de
magia. Desde coches cuyos amortiguadores parecen ser resistente a cualquier
encontronazo, a golpes terribles sin ningún resultado físico. Tipos que se
arrancan las escayola con la clavícula partida y le dicen a su hija: “Papi
tiene trabajo”!Chúpate esa¡ Incluyamos que una agencia del gobierno te regale
juguetitos de cuatro ruedas, por la cara, para que ataques un país extranjero y
tendremos una idea del resto del guión.
Fast and Furious tiene unos seguidores
fieles, a los que obviamente se les exige complicidad. Y esta es una de sus
mayores características: No importa la verosimilitud de lo que está pasando en
pantalla, si me deja clavado en la butaca un rato. Para ello, esta entrega ha
reclutado la parafernalia más adrenalínica posible. Lugares exóticos, iconos
del cine de acción como Toni Jaa (El Guerrero Muay Thay) o la campeona de AMM Ronda
Rousey. Viejas glorias como Kurt Russel. Nuevas glorias del cine de apósitos
como Jason Statham o mazas como Dwayne
Johnson con frases lapidarias “Yo soy la
caballería” (ríete tu de guionistas como Willy Wilder). Incorporación de un
guiño a los seguidores de Juego Tronos, con el rizado “afro” de Nathalie Emmanuel. Aviones, helicópteros, drones, hackers, (un
desaprovechado Djimon Hounsou) no falta de nada para que el seguidor no aparte
la vista de la pantalla. Testosterona a raudales, tuneo, mujeres-objeto, música
reveintaneruronas, en fin todo lo que le gusta al aficionado de estos guisos.
De este tipo cinematografía se pueden extraer lo positivo: la movilización de
dólares que hace avanzar la industria y permite realizar otro tipo de cine. Lo
negativo: el mensaje mal entendido que arrastrará a los macarras descerebrados
a realizar; una vez salidos del cine; las mismas cabriolas. La apología de la
fantasmada con pedigrí. ¿Aburre? Para nada, si te haces cómplice de la acción,
la descarga de adrenalina consigue que el metraje pase con celeridad. Un emotivo
adiós a Paul Walker, el actor con más carisma de la franquicia, y a su eterna
sonrisa. Difícilmente continuará sin él.
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