Con
la nueva dirección de Montaña Granados, comienza otra etapa del Festival de
Teatro de Alcántara. El dia 2 de Agosto inicia el festival el “Teatro Clásico
de Sevilla” y la multigalardonada versión de Hamlet (ocho galardones) en los
premios. Detrás está la mano experimentada de Alfonso Zurro, pasado por al
tamiz de Leandro Fernández de Moratin, donde el joven príncipe danés, es más resuelto
y menos dado a los aplazamientos. Amparándose en una espléndida escenografía este
Hamlet te lleva a su terreno y te encarcela. No en vano el escenógrafo es del
mismo de “La Estrella de Sevilla” o la celebrada “El Buscón”: Curt Allen Wilmer,
que recrea en juego de espejos circular el castillo de Elsinor. Para este
visceral príncipe utiliza una pista que cambia de color. Un montaje donde se
ama la plástica y la poética visual tanto como el certero texto que en la voz
de Pablo Gómez Pando, de una versatilidad generosa, se magnifica y se llena de
recursos.
Estamos ante un texto reinterpretado con mucha libertad, que a asombrará
a los “canónigos”. Un príncipe que escribe en su libreta y describe su entorno vital, arropado por la iluminación de Florencio Ortiz y un atemporal vestuario
para este ambivalente Hamlet. Una de las mejores propuestas del Festival,
afrontada desde la empresa privada (Ahí queda eso)
El
3 de Agosto es el momento para “Misterios del Quijote”, la invitación de Rafael
Álvarez, ejerciendo de contemporáneo juglar con su tesis sobre el “más
ingenioso caballero que vieran los siglos”. Un espectáculo con toda la magia y el
saber hacer del actor que desglosa sus imaginarias aventuras con su distanciación
“brechtiana” (ya marca de la casa), donde dialoga, interactúa e improvisa sobre
los textos, mezclándolos a su conveniencia para elaborar una teoría mudéjar
sobre la autoría del cervantesco personaje. Los seguidores del “brujo” saben lo
que van a encontrar: riquísima gestualidad, verbo poliédrico, inflexiones
vocales, morcillas sobre temas del momento mixturadas con texto clásico, que el
bululú cordobés ha convertido en su sello personal. El espectador le acompañará
por la manchega llanura, velará armas, verá a los engrilletados y a la “sin par” Aldonza Lorenzo, para terminar
con una propuesta sobre la misericordia como arma. Acompañado de la música de
Javier Alejano y melodías arábigo-sefardíes. Una gozada para el espectador
avezado.
Para
el día 4 de Agosto, la versión de un “clasicazo”ajustada por la pluma de Miguel
Murillo, llega de la mano de “Amarillo Producciones”, que transmuta el siglo
XVI en el XI. Un Don Juan que escapa de las alacenas del olor a rancio de la
mano de Pedro Antonio Penco, con cambios en los textos y en el concepto maniqueo
de los personajes. Vestuario de Lusa Santos para una escenografía modular. Con Guillermo Serrano, Ana Batuecas y
Memé Tabares.
Calderón
visitará el Conventual de San Benito el 5 de Agosto con “Eco y Narciso”. Una fábula
escrita por el poeta romano Ovidio, en un texto escasamente conocido del
dramaturgo madrileño. La historia de Narciso, criado lejos de la civilización y
su enamorada Eco, precisarán de la intervención de los dioses para “deshacer”
el entuerto. Lara Grube y Manuel Moya, encabezan esta versión del mito que
ofrece la Compañía “Miseria y Hambre” en un espectáculo festivo y alegre, en
una Arcadia no tan lejana. Una reflexión sobre la imagen.
TNT/
El Vacie, presentan su “Fuenteovejuna” el 6 de Agosto. El colectivo de mujeres
gitanas pone en pie el clásico inmortal dirigida por Pepa Gamboa. Un reparto
que es una verdadera “pirueta” a juicio de la directora. Un montaje reivindicativo
en el que algunas de las intérpretes
aprenden los papeles de forma oral, ya que no saben leer ni escribir. Tras su éxito
con “La Casa de Bernarda Alba”, esta nueva propuesta pone a la mujer, de nuevo,
como protagonista, como “quejío” de injusticias sociales y vidas durísimas que
se olvidan durante los instantes de la representación. Unas mujeres que han
crecido; humana y artísticamente; desde su anterior propuesta. Un único “payo
malo” (David Montero) junto a Rocío, Lole, Carina, Sandra, Ana, Pilar y Puny
llegan desde la dureza de sus vidas, de su realidad a la ficción donde alzan
sus voces ¿quizás espejo de la realidad? Con una fuerza telúrica avasalladora.
Contra la injusticia. Una revolución en las tablas que se traslada al mundo
real. Entre las ropas de un mercadillo y las canciones lusas, surge un grito unánime
contra la injusticia, contra los abusos de poder. Así sea
Laurentzi
Producciones acerca a los textos más conocidos del bardo de Avón y del autor
del Quijote. Shakespeare y Cervantes hibridados en una fantasía teatral
dirigida al divertimento didáctico. En esta libérrima comedia los personajes, y
las situaciones de los dos dramaturgos son mixturados. Francisco Panza anda a
la busca de su hermano Sancho. En su camino se va topando con personajes de “Maese
Pedro, el Titiritero”, Dulcinea o Ginesillo de Paradilla o Mardonio “el roto de
la mala figura”. Nerea Ariznabarreta, Na Gomes, Diego Pérez y Txema Pérez, bajo
la dirección de Lander Iglesias, manejan marionetas y fantasmas que surgen
desde un tomo con extraño acento. Se trata de Hamlet y Falstaff, entre otros,
lo cual mosquea a Francisco, hasta que descubre toda la verdad en el libro “El
hermano de Sancho de Pierre Menard". Entremés, títeres, clow y toda la
magia del teatro, sobre dramaturgia de Alberto Iglesias.
Ya
era hora de ver por estos lares a los iconoclastas ronlalianos. La propuesta de la compañía Ron La Lá es divertida,
satírica y respetuosa con los textos (como todas sus propuestas anteriores). La
compañía que mixtura el clown con los textos áureos, el musical, la sátira, la
screwball comedy o el esperpento (si se tercia), ya posee una pátina de calidad
para el aficionado, que conoce el nivel y originalidad de sus licitaciones. “Cervantina”
es un paseo por algunos de los mas ingeniosos textos del manchego. La
Gitanilla, El Celoso Extremeño, Rinconete y Cortadillo, etc, permiten a los
"ronlaleros" extraer todo su arsenal sobre la escena, para regalar
uno textos universales, atemporales y enriquecidos, donde el talento y el humor
(en su vertiente más inteligente), se derraman sobre el escenario. A través de
los diversos cuadros se van mostrando la enjundia de los textos cervantinos. Destacar
la dicción y timbre agradecido de Iñigo Echevarria y la vis cómica de Daniel
Rovalher. Los ronlaleros se lo guisan y se lo comen como han hecho en todos sus excelentes espectáculos
(En un lugar del Quijote, Siglo de Oro, siglo de ahora), cantan, bailan,
disfrutan bajo la dirección de Yayo Cáceres. Y de paso hacen disfrutar al público
que no olvidará el estribillo:
“No
hay vacuna ni aspirina, que cure la cervantina"
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