“Nunca
es tarde si la dicha es buena” El concierto programado para iniciar el ciclo “Carmina Antiqva”, que fue pospuesto,
resultó el mejor colofón para esta loable iniciativa del Instituto Extremeño de
Canto y Dirección Coral. Xácara Nueva
es una paleta de colores de las formas utilizadas en España durante los siglos
XVI Y XVII, con la excusa del amor como guía. El concierto dramatizado primició
con un villancico de Juan del Encina; padre de la dramaturgia castellana; titulado
“Amor con Fortuna”, la obra nº 79 del
Cancionero Musical de Palacio, originalmente escrito para SABT. Una hermosa
introducción a la vihuela, con reminiscencias de aires flamencos, que dejó
patente la soltura que la soprano tiene en este repertorio y la agilidad de su
instrumento.
Del mismo Cancionero;
una recopilación de autores que recrean la vida desde sus más diversos
rincones, y que compone un mapa único de los sentimientos de la época; interpretaron
“Al Alba Venid”. Un simbólico poema, en
pie quebrado, que esconde más de lo que parece. Complicidad, secreto para
encontrarse en un lugar propicio al amor para una obra atípica, cercana a la cantiga de amigo, género que ya
escaseaba en esa época. Muchos de estos poemas aparte de cantar al amor cortes,
contienen un grado de picardía que queda patente en obras como “Marizápalos”, que luego sería “redimida”
y reconvertida a lo divino por Joan Cererols en “Serafín que con dulce armonía”.
Los suaves arcos de la diatónica “Tres
Morillas”, se elevaron hacia los
hermosos frescos del Salón de Plenos de la Diputación de Badajoz. Líneas
melódicas simples, sin adornos, que se repiten en los diferentes textos.
Gloria
Jaramillo supo imprimir esa querencia popular y pegadiza, que solicita este
villancico renacentista, escrito en notas blancas, de claras referencias
zejelescas. Garci Sánchez de Badajoz, estuvo presente con uno de sus
villancicos emblemáticos ¿Quién te hizo
Juan Pastor? Un villancico que se hizo tan famoso que fue glosado por Jorge
de Montemayor en su “Cancionero” (Zaragoza. 1561 y por Esteban Daza en su
rarísimo libro de vihuela intitulado El
Parnaso (Valladolid. 1578), con diversas variaciones en la letra. El
clérigo pacense Juan Vásquez también estuvo presente con su famosa De los Álamos Vengo y Agora que se De Amor. La vihuela, exacta
en los adornos, certera en los rasgueos, como solicita ese cambio que se
produce a una sola voz desde estas obras compuestas originariamente para polifonía.
Este avance requiere al instrumento mixturarse adecuadamente con una voz, que
ya no podía arroparse en los planos sonoros de las otras voces. Gloria Jaramillo
y Juan Manzanero San Andrés, peinaron los géneros, pasando de la jácara al
marizápalos, deteniéndose en los tonos y regalando algún estándar como “Ay que me río de Amor”, que fue una de
las obras más celebradas. Composición de Juan Hidalgo (un Solo Humano en 3/2),
perteneciente a la obra “Los Juegos Olímpicos” (Agustín de Salazar y Torres),
jornada segunda, pp. 16-17) Lo cual permitió una simpática emulación, por parte
de la soprano, de los modos y maneras teatrales al uso en la época. Gloria
Jaramillo juega con ventaja en esas lides, dada du faceta dramática, que
enriquece estos conciertos. La obra está compuesta con versos del inicio de la
segunda jornada de la zarzuela, para los que el músico escribió una melodía
bellísima en las dos secciones que la conforman (coplas y estribillo).
Es tan
hermosa que no hastía la interpretación del estribillo después de cada copla
-así consta en el manuscrito-; saltándose los cánones; práctica que no es muy
habitual en este género poético-musical. La finalidad lírica era la de componer
una obra con la que exaltar el poder humano sobre la tiranía de Amor. Aporta
una visión desengañada del amor, basada en la teoría de que sólo aquellos que
no amen podrán ver la realidad objetivamente. Perteneciente al Manojuelo
Poético-Musical de Nueva York, recopilación manuscrita de piezas
poético-musicales de los siglos XVII y XVIII que se conserva en la biblioteca
de The Hispanic Society of America (New York) bajo la signatura Ms. HC. 380/821ª
También
se pudo disfrutar de otra obra de Juan Hidalgo, el “Ay Amor, ay ausencia” (solo humano de Contra el amor desengaño)
(Texto
de Calderón de la Barca). Hermosísima obra que cambia desde la alegría e ironía
de la obra anterior al desengaño. Una triste melodía de doloroso y áureo verso
Hermoso
broche para este ciclo que consigue acercar estos difíciles repertorios al público,
de la mano del Instituto Extremeño de Canto y Dirección Coral.
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