La
propuesta, para su inauguración, del 38 Festival de Teatro Vegas
Bajas, ofreció un texto agridulce del argentino Santiago Carlos Oves
en adaptación de Jordi Galcerán. La visita de un hijo a su madre,
oculta una petición egoísta. Quiere vender el piso para solucionar
sus propios problemas. Los personajes navegan en una escenografía de
Rafael Garrigós, donde lo cotidiano se apodera del escenario, para
representar los problemas y vivencias de cada día con los que se
sienten identificados los espectadores. Disfrutar sobre las tablas de
una actriz como María Luisa Merlo, es acudir a un recital de guiños,
sabiduría escénica, escuela y expresión de las emociones. La
dirección de Pilar Massa juega con el tempo, lo dilata, deja que el
espectador asimile los cambios del personaje interpretado por Jesús
Cisneros. Todo el devenir se apoya en tiempos muertos con el
personaje mirando hacia la platea, contrapunteado por un tango,
dejando que las emociones se anclen en su rostro.
La evolución del
tiempo también se apoya en un jersey rojo, que la madre va tejiendo
hasta terminarlo. La madre habita en ese instante donde todo se
relativiza y lo verdaderamente esencial se saborea Un instante lleno
de sabiduría. El hijo está controlado por el entorno, el coche, la
hipoteca, el tren de vida elevado. Como en la vida misma, el hachazo
llega en forma de reajuste de personal. El hijo necesitará de toda
la sabiduría de la madre para retomar su vida y dar valor a las
cosas verdaderamente esenciales.
Dentro de ese; casi setentero;
espacio nuestro de cada día (tendedero, alacena, mantel) se va
desarrollando un “tour
de force”
interpretativo, donde los actores juegan con la ternura, el humor, la
crítica social, los reproches y una cierta melancolía. Cobran
importancia los personajes elípticos como la nueva pareja de la
madre, un anarcojubilado
que sobrevuela con sus aforismos y filosofía vital y aporta densidad
al pathos. También las referencias a la suegra (sembradas de humor)
constituyen aspectos fundamentales en la estructura vital de los
personajes. Estos se enriquecen mutuamente en base a ingeniosos (y
certeros) diálogos, caminando juntos hacia un espacio de comprensión
y de unión, que culminará en el sorpresivo desenlace.
Conversaciones con
mamá esconde lo
trascendente tras el antifaz de la cotidianidad, lo universal tras el
disfraz del pisito de ciudad dormitorio. El conflicto, bajo la
máscara del humor. Toda la sabiduría escénica de María Luisa
Merlo juega en este drama existencial, donde madre e hijo se han
convertido en dos desconocidos que necesitan retomar sus vidas. Una
madre que trata de hacer volver al redil liberal y tolerante al hijo,
convertido en burgués gentilhombre. Funciona la química entre Jesús
Cisneros y la veterana actriz, conformando una relación de respeto y
afecto donde; tras las réplicas y reproches; se esconde el respeto y
el amor. El texto peina temas trascendentales para el ser humano.
Algunos que no nos gusta tocar ¿Vas
a llorar cuando me muera?,
la soledad, el egoísmo de los hijos.
Conversaciones
con mamá es un texto
inteligente, pleno de dignidad, de ternura, y camuflado bajo el
disfraz del humor, pero que oculta una potente carga de profundidad.
Y
es; sobre todo; un recital de soberanía escénica de una actriz de
la época de oro del teatro, que crea interrogantes. Al final de esta
vida, lo que importa, es compartir un plato de sopa con tu madre.
Aprender que, en la vida, a cada cosa hay que darle la importancia que
se merece.
Equipo artístico
Descalzos
Producciones
INTÉRPRETES:María
Luisa Merlo y Jesús Cisneros.
EDAD
RECOMENDADA:Todos
los públicos.
DURACIÓN:87
min.
AUTOR:Santiago
Carlos Oves y Jordi Galcerán.
DIRECCIÓN:Pilar
Massa.
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