“Cantos
de amor y fe: de la corte cristiana a la nueva España”
es el programa que ofreció Carmina Antiqva
en el Salón de la Biblioteca de Extremadura. Juan del Enzina
perteneció a la primera época de la llamada escuela polifónica
castellana y es el compositor más prolífico del “Cancionero
de Palacio” con unas sesenta obras. Estas
músicas se escuchaban durante el reinado de los Reyes Católicos,
no solamente en la corte, y poseían todavía una estructura con
reminiscencias medievales. Boabdil contempla aterrorizado como los
Reyes Católicos estrechan el cerco en “Una
sañosa porfía”. La utilización de
gerundios en la rima consonante imprime dramatismo y dinamismo a esta
obra, de la cual, la agrupación extrae una elegante versión, plena
de energía.
De hecho, la estructura verbal destila la sensación de
continuo y progresivo movimiento. Aparte de una servil propaganda
hacia sus benefactores, bastante desvergonzada. El salmantino Juan
de Fermoselle (Juan del Enzina), es más conocido por sus
aportaciones al teatro que a lo musical. Ya se percibe ese carácter
netamente popular y mucho más genuinamente español, una vez
liberados de la influencia flamenca, que representó este periodo de
los Reyes Católicos. Las obras llevan la letra puesta en todas sus
voces, o son fáciles de adaptar por su verticalidad. Pertenece a la
forma hispana denominada Romance,
que tuvo menos trascendencia en Europa por su carácter histórico y
localista, a pesar de los esfuerzos de los músicos de corte, que
envolvían estas melodías populares en polifonía con un
característico calderón.
Los romances de Juan
Del Enzina son
magistrales, quedando muy por encima del gracejo popular y
superficialidad de los villancicos amorosos cortesanos. El villancico
pastoril “Levanta Pascual” narra
el júbilo suscitado entre unos pastores (en divertido diálogo en
sayagués) ante la noticia de la toma de Granada. De rítmica
netamente anclada en el medioevo, aunque Enzina se fue alejando de
los compositores de su generación; que dormitaban bajo el influjo de
la canción francesa; encaminándose lentamente hacia el
Renacimiento. El tema continua; lógicamente; dentro de esa relación
de vasallaje, en que los poetas laudatorios cuatrocentitas y
quinientistas debían de aprender a nadar y guardar la ropa. Es fácil
rastrear el ritmo marcado de la danza “Giga”,
con sus hemiolías finales que eran tan características del baile
hispano en el estribillo. Enzina muestra ya modernidad en su
querencia por el ritmo binario, frente a la hegemonía del terciario
del medioevo, y la influencia del folklore salmantino en obras
escritas en compás quinario. Nótese el diseño de la escala
ascendente según los dictados del texto: “Levanta
Pascual, levanta (ascendente) “Aballemos
a Granada” (descendente), una peculiaridad
estructural muy enzinesca. A continuación, la agrupación interpretó
una obra a cuatro de Mateo Flecha: Ande
pues nuestro apellido (El Dindirindin), el
máximo exponente de la “Ensalada”: Mateo Flecha “El viejo”.
Camara Antiqva mixtura con elegancia este fragmento de la ensalada
titulada “La Bomba, sazonándola en su justo punto, solucionando
los problemas técnicos inherentes a este género, y dotando de
jubilosa luminosidad, la originalísima obra de un compositor que, se
acerca a la estética de El Bosco con su personalísimo lenguaje
musical. El aroma alegre y delicioso de un floreciente renacimiento,
ya impregna estas partituras. Esta ensalada sería parodiada por
Pedro Bermúdez en su Missa de Bomba. También
del autor, el madrigal “Teresica, Hermana”, una obra que refleja
ya la contradicción entre los intereses de las clases populares y
las castas religiosas. El canto profano permite a la sociedad zafarse
del oscurantismo de la sociedad medieval, dominada por la iglesia.
Pasamos de los autos sacramentales a los corrales de comedias. Del
teocentrismo al antropocentrismo.
“Al
Alba Venid”, una letra donde se pide,
astutamente, al amigo que “no traiga gran
compaña”. Una letra de gran sencillez,
pero cuya partitura, anónima, permite un hermoso juego cromático a
Camara Antiqva,
recreación con los melismas y amplia paleta en las líneas. Del
clérigo renacentista pacense Juan Vásquez, se interpreto la
archifamosa “Con que la lavaré”,
un villancico de inspiración bucólica, cargado del simbolismo de la
poesía popular de su época y “De donde
venís, amores”, que llegaría hasta
Joaquín Rodrigo vía Fuenllana, y Felipe Pedrell, en una
reelaboración “en cascada”.
“Hoy
comamos y bebamos” es una versión
cazurra del “carpe diem” (aprovecha el instante). Una visión
lúdica de la vida a cuatro voces, en ternario simple (algo no muy
frecuente en Del Enzina), a la que el coro dota de un fuerte sabor
popular y una luminosa policromía vocal, con reminiscencias de danza
(probablemente este lo sea), extrayendo ese perfecto equilibrio entre
las secciones, tan caro al compositor. Huyendo de melismas y
artificios.
La Folía
“Rodrigo Martínez”
es una obra jocosa del Cancionero de Palacio, que arrancó sonrisas
al público asistente. Una de las folías más antiguas de la cual,
Camara Antiqva, extrae
una jubilosa y trepidante simplicidad, plena de humor, navegando por
el ocaso de la Edad Media y presta a la improvisación sobre sus
células melódicas.
“Un
sarao de la chacona” se ha convertido
en un standard para
los conciertos. Esta danza ternaria, con bajo ostinato y anacrusa,
está repleta de crítica social y no exenta de erotismo. Juan Arañes
supo imprimir goce y alegría de vivir a esta composición (A
la vidita bona). Músicos y voces se
mixturaron para ofrecer una alegre y certera versión invitadora a la
danza y que; indudablemente; se habría enriquecido con el rasgueo de
la (ausente) guitarra barroca. Esta es la primera chacona de la que
se tiene registro musical y lírico completo.
“Hanac
Pachap Cuissicuinin” Esperanza
de nosotros pecadores, es un hermoso
villancico atribuido al padre Juan Pérez Bocanegra, compuesto a la
Virgen María. Se trata de La primera obra polifónica del Nuevo
Mundo, escrita en quechua en Andahuaylillas, Cusco ( Peru) .
Bocanegra pudo no ser su autor. Puede ser anónimo recopilado, letra
quechua y melodía de medioevo después del sufrimiento patrio por la
"conquista" del imperio Inca. En sí es un canto al Dios o
la Diosa de la Naturaleza y el universo que no tenía que ver con la
iglesia. Esta obra, en estrofa sáfica, no esta exenta de
controversia. Realmente la letra no deja nada claro .Con clara
inspiración en ¿Con qué la lavaré?
La interpretación de la coral extrae una paleta de sonidos
sobrecogedora; con excelente empaste; de esta primera obra polifónica
del Nuevo Mundo.
El
Sancta María, atribuido al maestro de
capilla, nacido en Badajoz, Hernando Franco es una hermosa plegaria,
también escrito en Náhuatl, fechada en 1599, aunque también se
atribuye a Don Hernando de Franco, líder indígena y ahijado del
maestro de capilla. En el facsímil, sobre el segundo tiple de "
Sancta Mariae" se encuentran las
palabras hernau don franco A 5° voces, sobre la "a" de
hernandon, se observa un signo similar a la letra "u".
Esta inscripción hizo pensar al Dr. Saldivar que las obras eran de
Hernando Franco. En cualquier caso, y a juicio de este cronista,
estos fueron dos de los instantes más gozosos de este concierto,
tanto por la belleza de las obras, como por la alquimia de las voces
de Camara Antiqva.
Juan de
Araujo, (Villafranca de los Barros), el maestro de la policolaridad,
estuvo representado por villancicos mexicanos “Los
Cofrades de la Estleya” y”Ay
andar, a tocar, a cantar, a baylar” dos
obras lúdicas y desenfadadas, que son confundidas con frecuencia.
Araujo no se ciñó tan sólo a la forma tradicional del villancico,
también buscó efectos innovadores e inusuales, empleando la síncopa
sistémica en 6/8 de tiempo, con la intención de proporcionar un
impulso rítmico inesperado.
“Serenísima
una noche” es una representación de la
polifonía, heredera de la que floreció en la metrópolis, que tuvo
en la ciudad de México o en la vecina Guatemala grandes
cultivadores, como el extremeño Hernando Franco. Pero Puebla
ostentó, durante todo el siglo XVII, la primacía de la música
eclesiástica, ya de la litúrgica en latín, bien de la que se
cantaba en castellano por medio de villancicos, género favorito en
España en el campo de la música religiosa. Una interpretación
llena de alegría, de corcheas y de difícil respiración para esta
noche “serenísima”.
El habla de
los negros en Centroamérica esta presente en la letra de “Eso
Rigor e Repente”. Villancico bailable
de Gaspar Fernández, un portugués que término siendo maestro de
capilla en Puebla (México). La letra es español del siglo XVII,
como lo hablaban los negros de Guinea, Se utilizaba como “prédica”
para la primera misa de la mañana (idiomas nativos para evangelizar)
“Convidando
está la noche” es una obra festiva de
Juan García de Zéspedes (juguete y guaracha) y semejante al malambo
argentino. Villancico que aúna elementos Navideños y carnavalescos
con influencias africanas.
Camara
Antiqva ofreció un denso, policromo y
simbiótico recorrido por los cancioneros, mestizajes y músicas de
ida y vuelta. Un programa pleno de lirismo y calidad vocal e
instrumental. Una gozada.
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