sábado, 8 de octubre de 2022

A5 Vocal Ensemble. Los otros maestros andaluces del Siglo de Oro. XXIX  Muestra de Música Antigua

La Música Antigua es una de las asignaturas pendientes de nuestra cultura. Convertida en una especie de Cenicienta, a la sombra de las grandes orquestas, o de etapas históricas más reconocibles para el público (o más gratas), combate contra los molinos de viento del desconocimiento y la falta de interés de una parte de Instituciones. La enseñanza ha mejorado visiblemente con respecto años pasados, la inclusión de asignaturas como bajo continuo, temperamento, ornamentación, etc, han enriquecido la formación de los profesionales, pero la falta de un Plan Nacional de la Música, la creación de una red nacional donde los profesionales diseñaran un proyecto, a la vez patrimonio y profesión, sigue lastrando el futuro. La no existencia en todos los centros de las especialidades instrumentales antiguas o del canto renacentista y barroco, y la escasez de plazas para la docencia tampoco ayudan demasiado. El camino pasa por la especialización, creación de másteres de interpretación en música hispana o recuperación del patrimonio musical, que podría fomentarse por Comunidades. Obviamente, la participación de la Administración y de los organismos que pueden apoyar económicamente estas actividades, es imprescindible. Fundamentar la investigación con acuerdos I+D que se basen en la nueva investigación perfomativa, en Universidades, CSIC, etc. Potenciar el Renacimiento y la parte medieval, frente al (más apoyado) Barroco, sería otro de los peldaños de esta escala. Cabe destacar la labor de la GEMA (Asociación de Grupos Españoles de Música Antigua) y la existencia de 245 grupos de músicas históricas, según el artículo de Julio López Agudo «EFECTOS DE LA PANDEMIA EN EL SECTOR DE LA MÚSICA ANTIGUA ESPAÑOLA» en la revista “Codalario” (11/1/2022).
El programa elegido por A5 Vocal Ensemble, ya curtidos en estas lides de recuperación e interpretación de maestros andaluces, fue una señera oportunidad de escuchar composiciones de difícil acceso. Muchas veces a la sombra de los Maestros más reconocidos. Una vez terminado el concierto, sorprende más aún que todos estos autores permanezcan en esa “segunda fila”. No lo merece ni la calidad enorme de sus partituras, ni su complejidad creativa. Jerónimo de Aliseda fue hijo del músico Santos de Aliseda, también Maestro de Capilla de la Catedral de Granada. En los manuscritos de los siglos XVI y XVII se refieren siempre al padre como “Santos” y al hijo como “Aliseda”. Entre otras ocupaciones, jugaba a cartas con Juan Petrel (tiple de la iglesia) y otros cantores, amenizando la velada con sus propias composiciones. El “Ave María” es una obra deliciosa con predominios de blancas y redondas, con especial riqueza en el segmento “Santa María, ora pro nobis”, donde se usa el canto llano como un ostinato en la voz superior, un presagio del uso similar que Monteverdi realizaría en sus “Vísperas”. Un perfecto preludio fue escuchar, ascendiendo, el sereno empaste de las voces del Ensemble hacia la bóveda de la iglesia, en una de las obras más bellas de Aliseda. Rodrigo de Ceballos (el puente que une Cristóbal de Morales con Francisco Guerrero) perteneció a una amplia familia de músicos activos en la Catedral de Burgos, donde fue recibido como cantor. Su hermano, Francisco, era Maestro de Capilla. Se desconoce si el Juan de Ceballos que era cantor y organista en Granada, era su padre. Rodrigo nació en Aracena (según documento de la Capilla Real de Granada: Elústiza y Castrillo), motivo que convierte este concierto de A5 en algo muy especial. No sólo es la recuperación de patrimonio cultural, es el regreso, el reencuentro de lo que fuera y de lo que es. Es admirable la intensidad expresiva, la belleza formal, el color y el sentimiento que destilan sus composiciones, que participan del universo de Tomás Luis de Victoria en esa fusión entre lo místico y lo expresivo. “O pretiosum et admirabile sacramentum” fue otra de las  obras elegida y desarrollada por A5, una melodía tan dulce como su propia letra indica (gracia salvadora y de toda dulzura) donde los melismas se elevan hacia lo más alto en un juego sonoro pleno de texturas imitativas. “O virgo benedicta”, rica en matices y dinámicas, del autor sevillano. Ceballos mantuvo una fuerte polémica con Andrés de Cerezo (sochantre), quien lo acusaba de entrometerse en sus responsabilidades con los mozos de coro, dando la razón al primero. Eso le dejaría tiempo para componer una partitura tan hermosa como las desgranadas en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Aracena. . Juan Navarro “Hispalensis” nació en Marchena y concurrió a la oposición junto a uno de los “grandes”: Francisco Guerrero, para cubrir la vacante del magisterio de capilla de la catedral malacitana. Estuvo presenta con “In exitu Israel “(Monasterio de Guadalupe. Estantería Códice 2.  E-GU Códice 2 (42v—48), posiblemente copiado por Juan de Alcázar. El Salmo   113 para las vísperas del domingo es una de las obras más largas del concierto. “Hispalensis” fue el primer compositor español que concibió el ciclo de himnos para todo el año litúrgico. Fue maestro de Tomás Luis de Victoria, que entró como niño de coro en la Catedral de Ávila. Navarro fue músico de gran claridad en el conjunto polifónico, sin interválicas complicadas y jugando con un sencillo contrapunto. En este salmo (con partes monódicas en los solistas como acostumbraban en la época ), la agrupación extrae toda la densidad y textura dramática que solicita la obra, con el acompañamiento leve del órgano (técnica alternatim) y la doxología en el epílogo “Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo”,  que fue ampliamente aplaudido por el público. De nuevo retornó Ceballos con los motetes “In illo tempore, descencens Petrus” y el motete a cinco “Ecce nunc tempus acceptabile”, una envolvente y etérea superposición de voces, hermoso homenaje al músico en el terruño donde nació.
Una de las obras más hermosas del catálogo llegó de la escritura de Jerónimo de Aliseda. Beatus Franciscus, con su hermoso crescendo. Una excelente exposición donde las voces se funden; a modo de sollozo; una y otra vez en un retorno perpetuo para ascender, hasta agonizar en esa larga nota mecida (Retribuas Mihi). Una emocionante composición, que retoma los versos 1 y 8 del Salmo 142,  que recitó Francisco en su lecho de muerte (Leyenda Mayor, XV, 5). Todo un homenaje para el “poverello” de Asís que, A5 Vocal Ensemble,  resucitó en un entorno privilegiado de agradecida acústica. “Ecce Sacedo Magnus” (a 4), Ceballos se recrea en la atmósfera, jugando con las dinámicas, en una obra breve, pero perfecta en su estructura y expresividad dramática hasta ese “conciliatio” final, Una delicia que, en las voces de los sevillanos, fue agradecida por el público. El “Salve Regina (Ms. I, doc, 4, fols. 14vº- 17vº a cuatro de Pedro Fernández de Castilleja (Maestro de Maestros, según F. Guerrero), es una antífona votiva, uno de los cuatro himnos del Breviario de la Santísima Virgen María que se cantan al final de Completas. Fue maestro de gramática y música y fue amonestado por no “tener a buen recaudo a los seises que tenía a su cargo”. Una composición de intenso concepto místico, de certera brevedad que recrea la “Salve”, con secciones gregorianas, un rito que tuvo particular importancia en Sevilla. Fernández emplea un movimiento escalonado descendente desde el compás 16. En el inicio el bajo y el tenor expresan la imitación al unísono, luego; con el cantus en la octava superior; está muy bien planeado.  En “gementes”, cada voz entra simultáneamente con una contramelodía que continúa la estructura del dúo no adyacente, incluso más tarde que el pasaje cuando suenan las cuatro voces.  Completaron el programa “Ambulans Jesus” de Ceballos, “Versa est in luctum”, de Juan Gutiérrez de Padilla. Un memorable concierto que dejó patente que los autores que quedaron fuera históricamente del triunvirato de compositores renacentistas podrían estar a su lado con todo el derecho. Como colofón el “Trahe me post te”, que figura en su disco “Ave Virgo. Francisco Guerrero (1528-1599). Obras a 5 voces del Siglo de Oro sevillano”, que sirvió para dejar aun más claro que esos “otros maestros” no tenían ninguna carencia que les hiciera envidiar a los autores consagrados.
A5 Vocal Ensemble sostiene su arquitectura cromática sobre los dos timbres más extremos. El esmalte de la voz de María Jesús Pacheco Caballero, ágil, versátil y de amplio registro (amén de un soberbio timbre) y el metal profundo y vibrante del bajo Alejandro Ramírez Sola. Estas voces contrastan (y cohesionan) el resto del grupo, obteniendo un empaste de amplia paleta timbríca. A5 nos ofreció un programa donde la polifonía imitativa, la belleza de la escritura y el descubrimiento para el público de estos autores suponen un paso más en la trayectoria de esta agrupación. Una trayectoria que les ha llevado desde una enciclopédica aproximación a la integral de los madrigales monteverdianos, al soberbio acercamiento gabacho en “Le goût Français”. Desde las piezas del Siglo de Oro sevillano (Ave Virgo) hasta la obra maestra Israelsbrünnlein de J.H. Schein. N cabe duda de que seguirán dándonos buenos momentos musicales. A 5 VOCAL ENSEMBLE María Jesus Pacheco Caballero y Raquel Batalloso Manzano, sopranos Teresa Martínez León, alto Julio López Agudo, , bajo Juan González Batanero, órgano Juan Batanero.

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