La técnica del “Disco rayado” utilizada por el Poder es una perversión de la técnica asertiva que utilizamos para zafarnos de situaciones donde nos encontramos presionados o la insistencia del emisor trata de forzarnos a realizar algo que no deseamos. Un claro ejemplo son las ofertas y llamadas telefónicas indeseadas y no solicitadas, donde se nos ofrecen contratos y novedades. También se utiliza para hacer una petición con asertividad, manteniendo el tono firme y tranquilo para dejar claro al receptor que debe respetar tus derechos.
La variación, utilizada por el Poder, consiste en una invasión constante, utilizando el mensaje como un hecho consumado y repetido paulatinamente hasta que el receptor llegue a considerarlo algo rutinario, debido al cansancio o a la desensibilizaciòn progresiva que produce la repetición.
De este modo introducirán una idea, concepto o cambio de modo constante en diálogos, tertulias, decretos, conceptos, etc, en modo inverso a la Terapia de Exposición, ya que no buscan la aproximación progresiva del sujeto a la situación, sino la inoculación de la noción, la idea, la imagen o el símbolo. El cansancio de la repetición cíclica agota la capacidad de reacción del sujeto (ciudadano). La afirmación en el hecho, sin posibilidades de discrepar, crea la habituación y consigue que la sociedad acepte una normativa, medida social o constructo artificial casi sin consciencia de lo que está sucediendo. La dimensión ética queda anulada cuando la certeza de lo sucedido no tiene marcha atrás y se imprime en el contexto social. Como si aquel objetivo bastardo formara parte de la “normalidad”.
La tecnología actual permite manipular a los receptores con mensajes espurios. Medios de comunicación apesebrados. Periodismo de misal y reclinatorio. Tertulianos mercenarios al servicio del mensajero. Las granjas de “Bots” y el sectarismo vocacional de internautas, afectos a las diversas ideologías, facilitan el avance del Caballo de Troya que se pretende introducir.
Las posibilidades de agotar al receptor por cansancio con el “Disco Rayado” son infinitas. De este modo, el ciudadano se levanta un día percibiendo como cotidiano algo que hace tiempo era impensable, moralmente reproblable e incluso ilegal. La repetición del mensaje es progresiva. A pequeñas dosis. Primero se hace referencia al hecho como algo que se niega o no se va a realizar. El siguiente paso es presentarlo como algo probable, como una posibilidad. Es el momento en que se realiza una grieta en el receptor que, agobiado con los problemas cotidianos, no presta atención a la maniobra. El siguiente paso consiste en avanzar que “se está pensando”, que “quizás se podría realizar”. Aquí ya no hay marcha atrás. Cuando el indefenso receptor se da cuenta, le han colado un gol. La desinformación del receptor, la indiferencia (producida por el cansancio) o la falta de preparación, facilitan el camino. El bajo nivel de educación del receptor y el criterio escaso son armas en manos de los dirigentes. El discurso no puede ser diseccionado cuando se carece de las herramientas necesarias. La formación, la cultura, la educación en criterio y la gestión de las herramientas necesarias son imprescindibles para no ser aplastados por la apisonadora de los ingenieros sociales que nos manipulan.
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