Dentro
de los Conciertos Conmemorativos do “Centenario do Arquito Distrital de Évora”,
uno de los más interesantes eventos fue la interpretación de esta agrupación
especializada en modos medievales y en rescatar antiguas partituras. Comenzó el
concierto con una epístola cantada llamada “tropo” que estaba extraída del
“Misal de Mateus” que estuvo en uso en la región de Braga durante el siglo XII.
Un potente comienzo este “Tropo Gaudeamus”, que ya introdujo al público en las
cadencias propias de la época, que estos músicos dominan y saber hacer llegar.
Estos “tropos” consistían en unos breves textos con música, que se interpolaban
durante el oficio litúrgico. Cuando más tarde comenzaron a ser recitados,
alternativamente por el cantor y el pueblo, constituyeron el origen del “drama
litúrgico”. A finales del siglo IX evolucionaría, dando lugar a los autos
sacramentales. Los orígenes del “tropo” se hayan, probablemente, en el canto
del “Aleluya”, incorporando con frecuencia antiguos melismas de origen griego y
romano. Una narración (única superviviente de la liturgia medieval) que trata
sobe el traslado del cuerpo de San Vicente a la Sé (Catedral), sirvió al grupo
para interpretar un “excerto” (fragmento) do Oficio Lisboeta, fechado en el
siglo XIV, que estos músicos ejecutaron con su proverbial conocimiento de
las estructuras de la época, trasladando al público a catedrales románicas y
envolventes aires medievales. No era interpretado desde tiempos de Felipe II,
lo que da cuenta de la importancia de este hito.
El responsorio anónimo “Ut cum
sacrum passu gravi” Esta obra ha sido encontrada recientemente en el “Arquito
da Casa da Moeda”, única superviviente de las distintas Casas de la Moneda” que
existían en el vecino país, con lo cual constituía una primicia, imaginamos que
apasionante para los espectadores lusos que llenaban el Teatro.
Luego
vino el tiempo de las “Polifonías do Santoral”, con la elección del monje
benedictino Aymeric Picaud y su”Ad Honores fegis summi”. Picaud fue el autor de
la primera guía turística de la historia, incluida en el Codex Calixtinus.
A
dos voces se impregnó el recinto del Teatro García de Resende. Un “Verso para Santiago de Compostela” en esta
ocasión del Siglo XII, y otro himno (Exultat celi curia), para San Bernardo,
que fue encontrado en Arouca. Se trata
de la pieza polifónica portuguesa mas antigua que se conoce, “Exultat Celi
Curia), lo cual ya era un primicia y un aliciente para los aficionados.
También
se ejecutaron un Ofertorio cisterciense de Alcobaça (cuya melodía ya había sido
utilizada por el Rey Alfonso para una
Cantiga de Santa María), titulado “Recordare Virgo Mater” y monodias y
polifonías de Lorvâo, (Benedicamus Domino) Leiria (Kirie Christ Cuius) y Évora. Don Dinis y sus canciones
de trovadores llenaron de aires del medioevo el recinto, con aportaciones
alegres y vitalistas (Com´eu en dia de Pascoa, Quer´eu em maneira de proençal,
etc)
El
motete sustituyó las cadencias medievales, seguido de varias polifonías del
sublime “Cancionero de Elvas”, una de las fuentes más importantes de música
profana, que contiene tanto obras en portugués como en castellano. Descubierto
por el musicólogo Manuel Joaquin en la Biblioteca Municipal de Elvas, es uno de
los cuatro cancioneros que han llegado hasta nosotros. Dos piezas del
violagambista sevillano Gonzalo de Baena y su hijo, Antonio de Baena, (en
estreno absoluto. Gonzalo fue el autor del libro “Arte Novamente Inventada Pera
Aprender a tanger”, escrito para tecla e impreso en Lisboa en 1540. Imprescindible
para el repertorio de la tecla en el Renacimiento. Un músico que acabó siendo
Marques, en base a sus esfuerzos de guerra y abandonó la música.
Del
vihuelista valenciano Luis Milán, de su
libro “El Maestro, se extrajo la “Fantasía”. En estas obras, Milán demuestra un
estilo contrapuntístico muy maduro, cercano a ala improvisación.
Durante
la segunda parte del concierto la tendencia se acercó más al Renacimiento. A continuación y del “Cancionero Masson”, un
excelente anónimo titulado “Senhora quem vos disser”, tras el cual se
desgranaron otras “Endechas de Canarias” tambien anónimas.
Vozes
Alfonsinas están ligados estrechamente a la investigación y difusión de la
musica medieval y del Renacimiento, en relación a al cultura portuguesa. Su
grabación inicial sacó a la palestra las canciones del trovador gallego Martin Codax:
As Melodías de Martín Codax (1998). Otras de sus grabaciones son “El Tiempo de
los Trovadores”, (Cantigas de Milagre, Estremoz), Cantigas de Amigo) etc. “Seul
Plaisir Mon”, basado en el Códice 714 de la Biblioteca de Oporto y dedicado a
la liturgia bracarense. Ha realizado diversas giras mostrando el acervo
cultural luso. Un terceto anónimo “Na
Fonte está Lianor, del Cancionero Masson, sirvió para rematar el programa. La
agrupación consta de los siguientes músicos. Susana Teixeria (Mezzo), Gonzalo
Pinto (tenor) Sérgio Peixoto (tenor), Victor Gaspar (barítono), Madalena Cabral
(viola de arco y rabel), Nuno Torka (laud, vihuela) Manuel Pedro Ferreira
(dirección). La vocación de Vozes Alfonsinas es la recuperación de la
música y la memoria pérdidas del vecino país.

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