No es mi intención desviar esta
reseña hacia conceptos ajenos a lo puramente artístico. Por eso presto a otras
voces más capacitadas, asuntos tan candentes como la adecuación de las piedras
milenarias para este tipo de espectáculos, la irrupción de lo coyuntural en los
textos y la dramaturgia, o la utilización del argumento para introducir
mensajes ajenos a la obra genésica o de cariz sesgado. La Corte del Faraón es una mixtura atípica donde encontramos
elementos procedentes de la zarzuela, de la opereta junto a instantes
arrevistados y cierto aroma de cuplé. El
género sicalíptico contiene connotaciones de matiz sexual, diálogos cargados de
insinuaciones y una querencia picante y vodevilesca. Imaginamos el impacto que
supondría en el primer tercio del siglo XX en los proscenios.
Esta obra es una mélange, donde el autor alcanza su
madurez creativa mezclando ese bouquet
escénico que heredara del género chico, aplicando su habilidad como arreglista
y su facilidad melódica para pergeñar una divertida (y subida de tono), parodia
de Aida. Vicente Lleó recurre a dúos, tercetos, coros, pezzos de conjunto y
cierta concesión al gusto popular en forma de cuplés, garrotines y danzas para
dejarnos esta piedra angular del género “chico”, basada en la obra francesa “Madame Phutiphar”. De hecho, asume la
cómica ridiculización de figuras legendarias tan cara a la opereta francesa.
Aunque también acuse las influencias de la opereta vienesa y de Offenbach. Rodetacón Teatro se lleva a su terreno la sicalíptica propuesta, convirtiéndola
en un musical fresco y rabiosamente divertido de la mano de Ricard Reguant y
Juana Escabia, con certeras coreografías de Cuca Pon y tres canciones nuevas de
Ferrán González. Reguant ya presentò, en
otra edición anterior, una excelente propuesta: “La Bella Helena” https://elgabinetedekaligari.blogspot.com/2017/08/la-bella-helena-los-monty-python-en-la.html.
Los dobles sentidos, las insinuaciones y juegos de palabras, a día de hoy, no
repercuten del mismo modo en una sociedad completamente distinta, pero
conservan la “chispa” suficiente para arrancar unas carcajadas al espectador.
El aspecto musical y, una vez superado un inicio con el sonido poco acertado,
es impecable. Únicamente algunos instantes donde la potencia de la música
eclipsa la comprensión del texto en los cantantes. Ferrán González deja de lado
el tradicional concepto zarzuelístico para acercarse a un concepto mucho más moderno,
con intervenciones de un coro perfectamente empastado (¡Victoria, victoria!) y apoyándose en la “escuela” y la
experiencia en estos lares de Paco Arrojo. El resultado es un musical
arrebatador donde cada interprete utiliza sus armas con solvencia. El
placentino Paco Arrojo (soberbio timbre), control de la respiración y agudos
cristalinos (va sobrado), compone un personaje divertido (El Casto José), con
instantes exigentes en lo vocal. Dominio escénico de Itziar Castro (Faraón),
que lleva su interpretación hacia la Revista o el Cabaret, rompiendo la cuarta
pared e implicando al público con geniales improvisaciones (¿Eso es un móvil o
es que te alegras de verme?), y solventando la parte vocal con soltura. Me
sorprendió gratamente la versatilidad de Celia Freijeiro, actriz a quien
conocía por obras como “La Playa de los
ahogados” o “Todo es silencio”.
Defiende el papel de Lota con una naturalidad
pasmosa y una voz inesperada. El censor recreado Joan Carles Bestard es un
difícil y esperpéntico personaje, que desarrolla con talento, controlando ese
rol en el límite de lo grotesco. Destacar también el control del instrumento de
Inés León (Raquel), cuya escuela en musicales queda patente en sus
intervenciones. En su último tramo la obra deviene hacia situaciones que
coquetean con el absurdo, pero la calidad actoral y la flexible dirección
llevan a buen puerto esta aventura que divierte, entretiene y hace olvidar esos
instantes oscuros, nefastos y contemporáneos con que han sembrado el libreto.
El público participando en la dionisiaca ¡Ay,
babilonio que mareo! ¿Qué más se puede pedir?
REPARTO
Itziar Castro
Celia Freijeiro
Paco Arrojo
Inés León
Joan Carles Bestard
Javier Enguix
Noelia Marló
Basem Nahnouh
Antonio Maña
Cristina Esteban
Guillermo Pareja
Marta Castell
Pascual Ortí
Patricia Arizmendi
Tamia Denis
Rocío Martín
CUADRO ARTÍSTICO TÉCNICO
Adaptación: Ricard Reguant y
Juana Escabias
Dirección y composición Musical:
Ferrán González
Letrista: Xenia Reguant
Coreografías: Cuca Pont
Ayudante de dirección: Juana Escabias
Diseño de iluminación: Luis
Perdiguero
Diseño de escenografía: Pablo
Almeida
Diseño de vestuario: Maite
Álvarez
Director de producción: Juan
Carlos Parejo
Caracterización y maquillaje:
Pepa Casado
Realización de escenografía:
Gonzalo Buznego y Pablo Almeida
Confección de vestuario: Juan
Ortega
Producción ejecutiva: Miguel
Molina
Diseño de sonido: Félix Botana
Dirección: Ricard Reguant
Una producción del Festival
Internacional de Teatro Clásico de Mérida y El Negrito Producciones
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