Harta satisfacción y plenitud me ha proporcionado la visión de los Oficios celebrados en honor de mi humilde ánima por el clérigo D. Javier Aguas García en la ilustre ciudad de Balad al-Lauz a 17 de setiembre del año del Señor de 2025.
Gozó mi espíritu con la contemplación del
Procesional Angelorum Gloriae por parte de Las Damas de Hildegart. Según
me narraron los feligreses, la puesta en escena se hizo al Modo Amadeus,
coro que se complace en misturar la puesta en escena con amplio recurso vocal y
escénicas preparaciones. A continuación los fieles elevaron su espíritu
escuchando el dulce instrumento de la cantora Paloma Gutiérrez del Arroyo;
habitada en blanco como todas las Damas; destilando la notación de Flos
campi cadit vento. Casi en éxtasis, pude escuchar como mis enseñanzas sobre
el canto como mediador entre la divinidad y el ser humano se materializaban en
esta voz. El regreso al edénico estado del hombre mediante la incantatio. Su
pulcra afinación, naturalidad en la expresión y depurada técnica
consiguieron conmover el corazón de esta anciana, humilde remendadora de notas que se deleitó
en la contemplación y en una plenitud sonora de celebrada naturalidad, pura
como una gota de lluvia en la frente. Los sabios de eras venideras podrán
descubrir en la melodía las influencias de la tradición vernácula de la
liturgia celto-cristiana de Irlanda.
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Paloma Gutierrez del Arroyo |
En el
primer hombre, como salido directamente de la mano de Dios, «residía el sonido
de toda armonía y la dulzura de todo el arte musical». Después de su caída
el hombre reanudó el cultivo de la música para no olvidar en su destierro su
condición de plenitud anterior y con ese fin los santos profetas,
enseñados por el Espíritu Santo, compusieron salmos y cánticos y crearon
diversos instrumentos musicales».
Vastos e inescrutables son los caminos del
Señor. Por ello, mi asombro alcanzó amplias alturas al escuchar el
dominio de las melismas alcanzado por
esas damas de blanco, que tanto me recordaban a mis monjas en sus oficios
diarios, por su capacidad de elevación de espíritu, su prodigioso empaste, su
espiritualidad que me hicieron vivir una auténtica epifanía.
Escucho, con complacencia, como se alcanza
esa exuberancia que exige la arquitectura musical de mi obra O quam
mirabiles est, donde después de las líneas repetidas “quem formavit” intenté
subrayar el poder creativo de Dios con una melodía que salta a Sol por encima
del final. Hermosa la ascensión de los melismas y el ondulado dibujo de la
melodía.
Asómbreme en la interpretación de una obra
en ladino intitulada El pan de la aflicción, una hermosa plegaria
sefardí. Esta es la primera canción del Maggid en el Seder
de Pesaj, según me aclararon uno nobles señores, que musitaban oraciones,
sedentes a mi flanco.
Hodie aperuit es
una breve antífona que está compuesta de varias imágenes y; disculpe el lector
la falta de humildad; con intenso modo hildegardiano, donde la melodía tañiente
transmite la energía de la liberación de la luz y el júbilo.
No son sencillas mis mundanas
composiciones, ya que trate de insuflarles vida con el “ámbito”, de darle
amplitud a la tesitura. La magnitud que media entre la nota más grave y la más
aguda superan la octava y media en casi todas mis obras. Mayor merito tienen
las “Damas” al desarrollar mis “visiones auditivas” en modo tan límpido, de
expresar los neumas con tan etérea pureza. Como una música revelada y vehículo
de lo espiritual.
Cuando escribí O tu suavissima virga
dejé que el Do (agudo) se recreara en la palabra solem. María es un ser
radiante. Dios, el águila, fija su mirada en ella. El coro ejecuta con
precisión los melismas que introduje en las palabras clave, dejando que amplia
sonoridad invada la eclesial nave con un aura de eternidad . He de confesar mi
regocijo al escuchar composiciones de otros autores que alababan a Dios en sus
partituras. Gozosas creaciones como “Kirie”, “Te laudant agmina” o “Agnus Dei”
que impregnaron mi espíritu de mundana satisfacción. Pero, he de confesar mi
pecado de orgullo terrenal, al escuchar; tantos siglos después; la música que
me fue inspirada por las visiones, nacida en las señeras voces. Esta humilde
“maestra indocta” encontró refugio y aposento espiritual en tan gentiles
“Damas” y en las voces empastadas de tan egregios
varones.
Hacia los cielos elevaron mi antífona O
virtus sapientiae, que compuse sobre un bordón masculino y dicen de alta
complejidad melódica y expresividad. La Sabiduría es fuerza divina que abraza a
Dios. Las voces de los actuantes, dúctiles, precisas, solemnes, alcanzaron el
extenso rango vocal y enriquecieron las variaciones melódicas donde alabé el
conocimiento como liberación. Cierto es que en mis escrituras legué algunas
“facilidades” para los cantores, dado que utilicé escritura diastemática;
indicando las alturas; y pintura textual para indicar el camino del goce
auditivo divino. Algunos me llamaron iconoclasta (creo que a otros les hubiera
placido quemarme en hoguera) pero rompí todas las reglas anquilosadas, incluso
en lo musical. En esta obra diseñé un largo
melisma en la invocación Oh para dibujar una ámbito reverencial y
hasta dieciséis tonos en Sapientiae, haciendo descender la melodía de lo divino a lo terrenal. Me
abandoné, dejándome llevar por humana deleitación, cuando los melismas sinuosos que cantan
a la castidad de nuestra Señora en O virginitas ascienden hacia los
cielos desde las humanas voces.
Lejos estos homenajes a mi persona de aquellos diletantes que pretenden encasillar mi obra y mi pensamiento en aposentos artificiales y constructos en los que no me sentiría cómoda. Mi obra es universal y no adscrita a movimientos ni formas de pensamiento posteriores. Algunos biógrafos me designan como una mujer del Renacimiento, antes del Renacimiento. A mi siempre me interesó la verdad y mi inspiración me fue dada, no solicitada. Sin mas demoranza, y siempre en el convencimiento de que mi humilde existencia no mereciere tal galardón, soy una humilde monja que camina con sus albarcas sobre el polvo del orbe, deseo agradecer a Maese Alonso el recuerdo emotivo que me presta. Asimismo extender mis afectos a la schola cantorum, al ilustre tañedor César y a los coros de Novicias y Damas que han devuelto a la vida las visiones musicales que en el tránsito de la humana existencia me inspiró la divinidad. Si de nuevo acaece que el Coro Amadeus tiene a bien insuflar vida a esta humilde obra en años venideros, doy fe de que acudiré de nuevo con presteza, celada entre las sombras para evitar la mundana vanidad. Para poder envolverme en el gozo de aquestas palabras y de la música, de las cuales no soy sino testigo y transmisora. ÉL es el único inspirador y creador. Que la humana soberbia no perturbe la hora postrera del hombre, soñándolo creador y no creatura.
En Balad al-Lauz. 17 de setiembre del Año del Señor de 2025.
LAS DAMAS DE HILDEGARD *Novicias: B. Expósito; E. E. Pérez, M. Metidieri y A. Gómez; *Chorus & Damas: J. Corchero, E. Gragera, A. M. Njiengwé, A. Garcı́a, A. Galán, M. Ortega, Mª J. González, L. Chamorro, I. Guerrero, J. Garcı́a y V. Mata; *Schola Cantorum Extrematurensis: D. Izquierdo, M. Osorio, C. Carazo y A. Gómez; *Damas solistas: Jara Garcı́a, Inmaculada Guerrero y Vicenta Mata; *Solista (Hildegarda): Paloma Gutiérrez del Arroyo; *OViciante: Javier Aguas Garcı́a; *Maestro de coro: Alonso Gómez Gallego; Coro Amadeus de Puebla de la Calzada
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