Dentro
del Ciclo “Voces extra urbem”, del
Instituto Extremeño de Canto y Dirección Coral se presentó el programa: Santa María: ¡detén tu día”!, que fue
estrenado por la agrupación “Amadeus” en el Monasterio de Tentudía. Los
jubileos “extra urbem” (fuera de la ciudad) se celebraban comúnmente el año
siguiente de la celebración “in urbem”. Para estas “voces fuera de la ciudad”, Amadeus
desarrolló un programa ecléctico, de carácter mariano y querencia trovadoresca,
traducido en intervenciones leídas en
castellano medieval, que sirven de prefacio a las diversas partes del
concierto.
Después de un simbólico “toque de campanas”, el Ars Antiqua se elevó hasta la bóveda de la nave eclesial. Como prefacio interpretaron el Rex virginum
amator Deus...eleyson, extraído del “Códice de las Huelgas”. Se trata de
uno de los tres Kiries que utilizan el tropo para el habitual embellecimiento.
Los tropos florecieron en las iglesias monásticas durante los siglos X y XI;
luego fueron desapareciendo a partir del siglo XII, aunque continuó su uso
durante cuatro siglos después, hasta que fueron excluidos de la liturgia en la
época del Concilio de Trento por causar “confusión”. El Códice de las Huelgas, así como el Calixtino de Compostela, y todos los ejemplos de tropos conocidos
en los códices hispánicos, siempre llevan la melodía gregoriana en la voz
inferior. Los dos Kiries “exclusivos”
del Códice de las Huelgas, carecen de tropo y pierden interés.
El
Códice presenta muchos tropos que sólo allí pueden encontrarse, lo que quiere
decir que la escuela castellana de los siglos XII-XIII fue lo bastante fecunda
para inventar nuevos tropos Los hermosos melismas a dos voces de este Kirie dejaron patente la excelente sonoridad de la nave de la
Iglesia de La Magdalena de Olivenza, con entonación de C. Carazo, M. Osorio, V.
Almeida y D. Crowther, para el “Christie,
Dei splendor”, una hermosa melodía del Ordinarium
misae. Tras la intervención del “Trovador-lector” se interpretaron las
Cantigas C.325/329/344. La notación
musical mensurada de estos manuscritos nos habla de milagros, en forma de rondó,
bebiendo de la monodia gregoriana y de la lírica popular al mismo tiempo.
“Amadeus” sumergió al público en plena Edad Media, mientras las notas ascendían
por las columnas torneadas, imitación de sogas de navío y se perdía entre la
iluminación del sagrado recinto y la hermosa azulejería.
325: Con dereit' a Virgen santa á
nome Strela do Día
329: Muito per é gran dereito de
castigado seer
344: Os que a Santa María saben fazer
reverenda
La
Plegaría Sefardí “El Pan de la Aflicción”
se popularizó debido a la película “Christophorus Colombus” en versión de Jordi
Savall. Ha Lajma Ania, es un lamento
que acompaño a los judíos tras su expulsión y que, en las voces de “Amadeus”,
transmitió la profunda emoción del éxodo a lo largo de la manuelina iglesia. Una
bellísima oración anónima sefardí (tradición de Salónica), que se cantaba
durante el importante ritual festivo del Seder de Pésaj, celebrado en la
primera noche de Pascua: un expresivo canto sombrío y melancólico.
El
Livre Vermell de Monserrat, contiene
una colección de cantos medievales. La agrupación selecciono una la obra “Mariam Matrem, Virginem, Attolite (fol.
25r), donde el hermoso timbre de Mar Machado, entonó “a solo" una de las
obras de polifonía más complejas de un libro, donde se codean la melodía
monofónica con piezas canónicas o influencias moriscas. Se trata de un “virelai” con ecos de Machaut, que
utiliza innovaciones rítmicas de “Ars Nova”, distribuidas entre tres voces, con
melodía de amplio alcance y base armónica proporcionada por un par de voces más
bajas. La estructura formal es de tipo virelai,
aunque con una sección b en la que bo = bc.
Esta
obra junto con ‘Inperayritz/Verges ses
par (dos voces), constituyen la excepción
a las normas que se encuentran en el “Livre”. Estas normas de conducta
con relación a facilitar “canciones
honestas y devotas” para que los peregrinos pudiesen cantar y bailar en la
plaza o en la iglesia (costumbre muy extendida). El ritmo complejo de María Matrem y el virtuosismo de este segundo
virelai, combinando dos textos
distintos, lo hacen tan sólo accesible a cantores profesiones. Esto indica que quizás
estas dos obras no estuvieran destinadas a estos peregrinos. Es posible que su
origen, dado que están escritas a mano y con notación diferente, que esté en la corte de Barcelona. En sus chantres o maestros de Capilla,
con claras referencias a la escuela de Aviñón.
“Dum Pater Familias” es el canto jacobeo
por antonomasia, pudiendo considerarse el más antiguo canto de peregrinos. Sus características
lo singularizan del resto de obras del Códice
Calixtino. Está en notación aquitana in
campo aberto, o sea sin claves, líneas, ni pautas para precisión tonal.
Esta era la notación común en España tras la supresión del rito hispano. A sido
objeto de diferentes transcripciones. Es conocido como “Canto de los peregrinos
flamencos”. La pieza está formada por seis estrofas de seis versos de ritmo
trocaico o descendente, los impares heptasílabos y de rima bisilábica átona y
hexasílabos y consonante los pares. Probablemente es una pieza anterior al
propio Calixtino.
“O Gloriosa” de Pedro Fernández
de Castilleja (SATB) ,a cuatro voces, es un himno sagrado a cuatro voces del
“maestro de maestros españoles” según Guerrero. Pocas de sus composiciones se
conservan, dispersas por varias iglesias españolas. Fue el eslabón entre las
generaciones del primer tercio del siglo XVI (el poeta Núñez Delgado y los
músicos Alonso de Alba, Pedro de Escobar o Francisco de Peñalosa) y de Felipe
II (los escritores Juan de Mal Lara y Luís Mexía Ponce de León y los músicos
Francisco Guerrero o Rodrigo de Ceballos). Vivió en la edad del oro de la
música renacentista sevillanas. El Rito de la Salve tuvo una gran importancia
en la historia de Sevilla.
Cesar
Carazo improvisó sobre “El Pan de la
Aflicción, dejando patente cuando ha tenido que beber el “quejío” del cante
hondo de músicas y referencias anteriores.
El
“Salve Regina” de Tomas Luís de
Victoria es una obra magna que la coral interpreta a dos coros de cuatro voces.
Una partitura que se presta a ese dominio de texturas que caracteriza al coro
Amadeus. Notas anchas, redondas, abiertas como los rosetones de la iglesia. Las
voces de los cantores se elevan hasta tocar los cielos de la armonía “Oh dulcis virgo María”.
Ninguna
composición tan hermosa como el Duo
Seraphim (a doce) del sevillano Francisco Guerrero, el compositor que
anticipó la armonía funcional. Es el único motete escrito por Guerrero para
doce voces. Emocionante ese “Plena est omnis
terra” con el grandioso tutti. Una obra plagada de simbolismo trinario
incluso en la división de las voces. El coro doble y el contracoro, acercan de
manera sutil a la Trinidad. Los tres coros juntos finales son una explosión de
católica doxología y de sonoridad envolvente, Una bella obra para cerrar un
concierto soberbio, que el público presente agradeció con numerosos y
prolongados aplausos.
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