Mediante la iniciativa de Fundación
Triángulo y de la “Fundación ReBross”, cuya labor en el campo cultural y
solidario ya es larga y densa (Premios
San Pancracio, Revista Versión Original y un largo etc), llega a nuestra
ciudad este homenaje-exposición al imaginario almodovariano. La donación de los
beneficios irá destinada a familias en riesgo de exclusión social. Las obras
pueden adquirirse en la Web:
El cosmos del realizador manchego
se desglosa en estas 20 ilustraciones que combinan los más diversos géneros e
influencias, pero bebiendo directamente de los estilemas visuales, cromáticos y
narrativos del director. Paco Rebollo narró brevemente cómo surgió esta idea y
la posibilidad de captar al creador, poco adicto a órecoger premios, cómo se
pergeño toda esta aventura, para dar paso a Miguel F. Campón, comisario de la
Exposición que aclaró que la frase que titula la exposición está extraída de la
película “La Piel que Habito”. A continuación habló Hugo Alonso, director de
producción de Los Palomos”. Un repaso por la heterodoxia vocacional de sus
películas, por sus personajes disparatados y extravagantes; un universo donde
la excentricidad y un cierto tono kitsch en lo visual; no consiguen eclipsar la
fuerza del discurso, camuflado bajo lo disparatado y lo extremo.
Un juego de
espejos que, en estas reproducciones de metacrilato, permite que el reflejo se
mixture con lo reflejado y el espectador forme parte de la historia. Las
influencias y referencias son de lo más variado. Desde la estética comic de
“Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” (Fermín Solís), pleno de personajes
disparatados y colorido vitalista al renacentista camafeo de “Laberinto de
Pasiones” donde Patti Diphusa; en trazo difuminado; nos promete hacernos
felices. Sean Mckaoui retrata el imposible mundo de autodestrucción de “Entre
Tinieblas” con una simbólica cuchilla cruciforme para representar la tercera
película del cineasta. Una colmena donde el personaje de Carmen Maura aparece
empequeñecido en medio de un deshumanizado bloque-colmena es la ilustración de
Chema García, un trabajo de delineación donde la perspectiva y la
standardización de la vida humana causa un profundo desasosiego, jugando con
colores primarios en fachada, secundarios en toldos, en contraste con ocres y
grises.
Un juego cromático que transmite toda la fuerza y la ansiedad del
momento de ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, basada en la obra corta de
Roald Dahl.
La apuesta de Borja González, jugando con la proporción áurea,
sitúa la protagonista en un vértice donde confluyen geométricas líneas blancas
y rojas, obteniendo un resultado visual impactante en su “aparente” sencillez.
Todas las líneas dirigen las vista hacía la protagonista de “Matador” y su
liturgia de la muerte, bajo una lluvia de gotas de sangre.
Julio Antonio
Blasco se decanta en la “La Ley del
Deseo” por una estética collage que
bebe del diseño gráfico y el pop-art para desgranar el barroquismo dramático y
la visceralidad de este film trasgresor.
“Mujeres al Borde de un ataque de
Nervios” es la mítica obra elegida por Julia Bereciartu. Una película donde
están algunos de los mejores diálogos almodovarianos, donde la ilustradora
refleja a las protagonistas e importantes protagonistas no humanos (como el
disco que arrojan a Kivi Mánver).
En el “Átame” del ilustrador Cayetano Casas,
adquiere protagonismo el cohete submarino, al que sitúa en primer plano,
mientras la protagonista nada en una división visual que prima la parte
acuática, invirtiendo la importancia de los personajes del referente
cinematográfico. “Tacones Lejanos” de Mayte Alvarado está dividida en viñetas
de estética comic. Una sinfonía donde seis colores componen toda la secuencia
narrativa para la obra que dio un giro a la carrera del manchego con su
peculiar visión del melodrama. Becky del Páramo ocupa la viñeta central,
rodeada de tacones, medicación para los múltiples trastornos del guión,
realizada en línea gruesa, que rememora la estética del comic ochentero.
Loreta Lion se decanta por esa crítica al ensimismamiento televisivo que el autor filmó en 1983. Si “Kika” estaba
influenciada por el collage, la obra de la ilustradora bebe de esa fuente, rescatando
los elementos más simbólicos del guión en sus “cañeros” personajes dibujados y
lo extremo del argumento. Un perfil de Marisa Paredes le sirve a Ester García
para homenajear “La Flor de mi Secreto”. Inspirada en el relato “The Lovely
Leave” de Dorothy Parker (1943). La escritora de novelas rosa, esbozada en
grafito, con fuerte contraste en ropa (rojo) y en los colores de la flor,
consigue un efecto hipnótico. En el mismo film, el cineasta juega con códigos
cromáticos en base a las circunstancias de Amanda Gris.
El rostro de Javier Bardem,
hechizado frente a un pubis femenino conforma la ilustración de Cristina
Borobia para “Carne Trémula”, inspirada en la novela de Ruth Rendell. Una de
las cumbres fílmicas del director, de apasionante desarrollo y que la ilustradora sumerge en una aventura visual de un rojo obsesivo como fondo
frente al perfil adorador del protagonista y su objeto de adoración con técnica
impecable.
Cecilia Roht de espaldas, con el
paraguas arco iris y el impermeable rojo; en el momento del atropello de su
hijo; es la ilustración con la que Jose Luis Águeda, contribuye a la
exposición. Un film de la quinta etapa del director (estilizada-vanguardista).
Juegos con angulaciones y perspectivas y líneas de fuga para conducir el ojos
hacia un, apenas visible, accidentado. El autor centra el dramatismo en la
figura, obligando a la mirada a dirigirse a ella.
El historietista Fidel Mártinez
elige “Hable con ella” para una historia sobre la soledad, con fondo de capote
donde las protagonistas estan reflejadas en trazo baconiano.
Jugando con el concepto de
vidriera eclesiástica, Javier Jubera refleja la autobiográfica “La Mala Educación”,
la vuelta de Almodóvar a su étapa más oscura. Una narración con constantes
saltos en el tiempo que queda reflejada por un monaguillo vitriólico, jugando
con rojos y negros intensos, extraída de secuencias de la película.
Marta Altés (Volver), opta por un diseño de
trazo infantil; pese a los cuchillos flotantes. Recoge la ilustración esa
separación que se produce en la película entre los personajes masculinos y
femeninos, especialmente en la escena del velatorio.Trazo grueso y desenfado
conceptual para representar a las heroínas protagonistas.
Dos manos radiografiadas junto a
unos signos en braille (símbolos del protagonista ciego y de Ray X), sirven a
Lou Germain para representar “Los Abrazos Rotos”, una de las obras más
controvertidas de la panoplia almodovariana.
Jonatan Carranza refleja la
dualidad, como aquel dios Jano, bifronte, de la mitología, superponiendo una máscara
y un rostro humano. El rostro, en sepia davinchiana, realizado sobre motivos
simulando huellas digitales y la máscara, casi diluida en rojo intenso. “La
Piel que Habito” está reflejada con un lirismo tenebroso y chorreante.
“Los Amantes Pasajeros” de Sito
Recuero extrae la imagen más fresca y trasgresora del manchego, con un concepto
lúdico del cromatismo y exposición de personajes comiqueros, estilizados,
absolutamente simpáticos y extravagantes.
Una “Julieta” vegetal, casi un
dagerrotipo es la apuesta de Maria Polán para este film, basado en tres relatos
de Alice Munro. Una vida en ruinas,
desolada, en la película más contenida del ciclo, pero también de las más
perturbadoras. Como lo es esa mujer-árbol, señera y melancólica sobre fondo
negro.
La exposición está enmarcada
dentro de las actividades con motivo de “Los Palomos” y permanecerá hasta el 2
de Junio.
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