lunes, 19 de noviembre de 2018

Ángel Briz. Director del Festival de Cine Inédito de Mérida.


           


-Todos tenemos un primer recuerdo de nuestro encuentro con el cine. En mi caso llegué al cine no directamente con películas. En casa teníamos una enciclopedia donde contemplaba fotos de El Gabinete del Doctor Caligari, El Acorazado Potemkin (sí, era un niño un poco rarito) y me preguntaba como serían esas películas ¿Cuáles son tus primeros recuerdos relacionados con el cine?

Mis primeros recuerdos del cine son en mi casa. Mi padre era el propietario del bar Briz, que estaba enfrente del cine Navia, y desde el balcón de mi casa empecé a ver las películas que proyectaba el que era cine de verano. Como el mayor de los hermanos que era, recuerdo ir al cine con ellos y con mis primos los fines de semana, a la salas Trajano, Liceo o María Luisa, a las sesiones infantiles a ver películas de romanos y del Oeste. Más tarde, recuerdo los buenos ciclos de autores clásicos que se podían ver en la única televisión que teníamos, y con los amigos era un asiduo del Liceo, Trajano, Albarregas, Ponce de León, Ferroviario, Alcazaba, en aquellos años de esplendor del cine en Mérida.
Seguí viendo mucho cine en Madrid, durante la carrera, y al comenzar a trabajar en el Ayuntamiento como periodista tuve la suerte de poderlo compatibilizar con la programación de ciclos de cine que la Delegación de Cultura hacía en la Casa de la Cultura.


-¿También quemó el Cine Exin como la mayoría de los niños?
No tuve Cine Exin, pero seguro que lo hubiera quemado.

-¿Cómo surge la idea de crear un Festival dedicado a Cine Inédito? ¿Quizás del hastío de la distribución comercial y ese no poder llegar a determinadas ofertas?

En 2006 Mérida contaba con una buena oferta de cine comercial en Cinesa El foro, pero un grupo de amigos que nos movíamos alrededor de la emisora municipal, donde hacíamos un programa de cine, decidimos dar un paso más y crear un cine club. Al poco tiempo de nuestra inscripción, nos enteramos de unas ayudas que la Consejería de Cultura daba a las asociaciones culturales y decidimos presentarnos.
Como todo teníamos que hacerlo de forma urgente, si queríamos entrar en plazos, decidimos hacer un Festival de Cine Inédito, sin saber aún qué significaba eso.
Como nos concedieron 5.000 euros, tuvimos que lanzarnos a la aventura y, en cuestión de poco tiempo, antes de terminar el año, tuvimos que montar un festival que sólo tuvo una película que aún no se había estrenado en España: QUINCEAÑERA. El resto fueron películas que no habían llegado a Extremadura. A pesar de los fallos, como empezar un lunes y además de diciembre, el público respondió muy bien y pensamos que tendríamos que continuar.

-Es cierto que el cultureta es un factor fundamental para el cine club y los festivales especializados, ya que forman parte del grueso de espectadores. Pero también (es mi teoría) es posible que el posicionarse en determinados parámetros impida el goce y el disfrute de otro tipo de cine. Yo disfruto como un enano con una película de Marvel o ese tipo de producciones, en las que el cine espectáculo ha avanzado hasta niveles técnicos y de entretenimiento sorprendentes...
A la mayoría de nuestros socios y de nuestros espectadores  nos gusta el cine, ir a las salas y disfrutar de la compañía de amigos, con los que comentar la proyección. Nos emocionamos con una película española, disfrutamos de la serie de Marvel, nos reímos con buenas comedias y alcanzamos el éxtasis con Koreeda o Haneche. Habrá excepciones, pero creo que a la mayoría nos apasiona el cine y, eso sí, en pantalla grande. Por eso queremos que la gente no pierda la costumbre de ir al cine y, si es posible, que se interesen por otro tipo de películas a las que no han tenido acceso hasta que llegó el cine club porque, por suerte, hay muchas películas para ver, que nos acercan a realidades cercanas y otras muchas más lejanas.

 
-No deja uno de tener una cierta nostalgia de antaño... si nombramos  a Ford, Hawks, Hitchcock, Lang, Tourneur, Wilder, Peckinpah, Welles, Capra.. Un buen ramillete ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

-No sé, yo creo que no, somos nosotros los que cambiamos. Es indudable que recordamos a Truffaut, Ford o Hitchcock, como a Dylan, Bowie o Led Zeppelin, pero creo que es porque teníamos 20 años, mucho tiempo para disfrutarlos y cada día descubríamos algo interesante. Ahora tenemos unos cuantos años más y menos tiempo y, también, mucha más oferta. Hay muchas películas, muchas series para ver, en cualquier momento y en diferentes formatos. Yo sigo viendo Los cuatrocientos golpes 400 veces, y Raíces profundas, El hombre tranquilo o Centauros del desierto, pero siguen naciendo buenos creadores, aunque nosotros sigamos recordando a aquellos otros de especial forma.

 Además de la interesante aportación del jurado joven, tienen una sección que es una labor encomiable: Cine y Escuela, el acercamiento del cine silente a las aulas. Es sumamente importante que la cantera de los más pequeños conozca los pioneros y los orígenes y es un acierto empezar con películas humorísticas vía Chaplin y Keaton ¿Acercarán, más adelante, a las aulas directores como Murnau, Robert Wiene, G H Pabst, Abel Gance, Lubitsch, etc...

-A mí me gustaría mucho continuar esa senda, aunque no lleguemos a los 4.500 espectadores-escolares que hemos llegado a tener. Hemos visto disfrutar a los chavales con esas películas de cine silente. También sé que ha habido profesores que no han querido ir a verlas porque conocían a sus alumnos y podían molestar a otros, algo que les agradezco. Nosotros este año hemos querido explicarles a los estudiantes lo que iban a ver, para que comprendieran las dificultades para hacer esas películas en esos momentos y que, a pesar de todo, son muchas de ellas obras maestras del cine.
Cine y escuela es una sección que llevamos haciendo desde el año 2007, en la segunda edición del festival, con la idea de que los jóvenes pasen un rato agradable y se aficionen al cine en pantalla grande. Y después de estos años, queríamos ofrecer algo más. Aunque la opción de cine y escuela no es obligatoria, nos gustaría mejorar cada año, hablarles de las películas en las aulas para que sepan lo que van a ver y ofrecerles opciones que de otra forma no verían.
Respecto al Jurado Joven es otra de las cosas más interesantes del festival. Nos sorprende la capacidad de análisis de las películas de jóvenes que, en la mayoría de los casos, no han visto una película subtitulada hasta entonces. Muchos han terminado por aficionarse a este cine desconocido para ellos, e incluso han emprendido caminos relacionados con el cine o el teatro. Todo eso se puede ver en un cortometraje que ha realizado un miembro de uno de los jurados con otros compañeros y que presentamos este año, con la colaboración del Instituto de la Juventud.


-¿Cuál es el proceso que siguen a al hora de elaborar una cartelera que, suele ofrecer un ramillete de obras de gran calidad? ¿Es la selección un momento en que les pesa la responsabilidad con el posible espectador?

-Nuestro director de programación asiste a lo largo del año a los mejores festivales, donde se ven las mejores películas del año. Tenemos la suerte de celebrar el festival a finales de noviembre, por lo que tenemos una gran selección de donde elegir. Y las películas que no pasan por el festival, forman parte de los ciclos de los lunes que hacemos durante todo el año, excepto en verano. Los directores de programación que hemos tenido conocen ya muy bien al público de Mérida y, aunque siempre arriesgamos con algunos títulos, porque creo que tenemos que hacerlo, la mayoría de lo que ofrecemos le gusta a los espectadores.

-La pregunta del millón que siempre está presente en cualquier actividad cultural ¿Todo esto no sería posible sin la implicación de entidades, organismos, asociaciones y demás mecenas?

-Sí, nuestro festival es muy pequeño, con un presupuesto que no pasa de los 30.000 euros, pero nos da para traer las mejores películas, que cuestan muchos más porque aún no se han estrenado en España. Una película del festival puede costar la tercera parte tras su estreno. Aunque el propio cine club puede aportar unos 10.000 euros de su presupuesto, la Junta de Extremadura colabora con algo más del 50%, y el Ayun- tamiento de Mérida, el Instituto de la Juventud y la Fundación Caja Badajoz son otros colaboradores muy importantes. Sin olvidar a Cinesa, que nos deja unas instalaciones de calidad y sin cuya ayuda no sería posible proyectar en las mejores condiciones.

Crash. Estudio Gráfico


Y además los premios Miradas....Cinema Aestas, Noche de ánimas (por cierto con dos de las mejores películas de terror de los últimos años).

-Sí, los premios Miradas reconocen el trabajo de personas e instituciones por el cine. Loa primeros años premiamos a personas ya mayores, que habían trabajado como acomodadores, taquilleros y proyeccionistas en el pasado siglo, y ahora ya estamos premiando la labor de creadores como Rubén Barbosa, un gran talento del que me gustaría ver ya un largometraje, o el grupo Taptc? Teatro, por su labor de ofrecer cine de verano muy unido a la programación anual del Festival de Teatro Clásico.
Y como sabemos que a los jóvenes les gusta el terror, la Noche de ánimas fue un buen pórtico del festival de este año. Y de las películas que comentas, otro acierto de nuestro director de programación.


-También se presta atención a la creación extremeña: Garantía Personal, La Teoría del Sueño...

-El festival tuvo desde sus inicios una Noche del cine extremeño, en la que se proyectaban un día los mejores cortometrajes realizados en la región, y que presentaban sus autores. Lugo, por necesidades de programación, dejamos de hacerlo de forma sistemática, pero siempre hemos procurado estar al tanto de lo que se hace en la región. El año pasado GARANTÍA PERSONAL formó parte de la Sección Oficial y este año incluimos el cortometraje de Rubén González Barbosa en un pase especial.

-¿A que directores pondría en primera fila de su educación sentimental cinematográfica?

-Pues a los clásicos ya citados, Truffaut, Ford, Hitchcock, Wilder, Welles y Luís Buñuel.

-También tiene tiempo para el cine club Forum y una actividad cultural como fomentar las películas en V.O. y otra de calado social como la colaboración con el Fanzine Gay, que le concedió el premio “Las Horas” ¿Termina pasando factura toda esta actividad en el campo personal? ¿Se plantea algunas vez tirar la toalla?

-Lo de pasar factura, seguro y lo de tirar la toalla, también me lo he empezado a plantear ya, porque es mucho tiempo y porque hay que renovar a la gente que está al frente de las asociaciones en este caso.

-Su vocación por el cine de verano nace de las películas que veía desde el balcón de su casa. De ahí a desear un cine de verano en la plaza de toros...

-Ha habido intentos, ya lo creo. El cine de verano en Mérida coincide con el Festival de Teatro Clásico, que llena la ciudad de numerosas actividades, y casi puede que se eche menos en falta que en otras ciudades, pero de todas formas tenemos cine de verano los lunes con Cinema aestas, y los viernes junto al río Guadiana, que mejora en calidad cada año. Pero qué duda cabe que tener la posibilidad de ir a la Plaza de Toros todos los días de verano sería magnífico.

-Y seguimos con el IVA cultural...

-Esto daría para hablar mucho, pero al margen de opiniones diversas, el cine es una industria cultural, que da trabajo a mucha gente. Lo dije precisamente en la gala de clausura del año pasado, el cine es cultura y la cultura  genera muchos puestos de trabajo y contribuye al crecimiento de la economía. Alguien dijo que el verdadero brazo armado de un pueblo es su cultura. Un país sin cultura no tiene libertad y se encamina a la desaparición.

-Fue cronista deportivo en el diario Hoy ¿Es posible compatibilizar dos pasiones tan disímiles como el deporte rey y el espectáculo rey?

-En aquél momento acababa de terminar Periodismo y fue lo primero que surgió. Entonces no hubiera dicho no a nada. Con cierta edad se hace frente al fútbol, al cine, y al Ayuntamiento, que llegó también poco después. La verdad es que ha compatibilizado todo eso durante mucho tiempo, porque entonces no había los periodistas que hay ahora en Mérida, y con el equipo en Primera división se necesitaban. Las pasiones se compatibilizan bien, si llegan cuando tienen que llegar.

-No siente cierta nostalgia de aquellos cines clásicos que han ido desapareciendo. Aquellos sillones de terciopelo, el encanto de los palcos y los artesonados...
-Sí, se siente nostalgia por los cines, los bares o los lugares emblemáticos que desaparecen de tu ciudad y que formaron parte de tu vida. Pero es ley de vida. Me da igual cómo sean los sillones o las plateas si tenemos nuevos teatros y cines, lo que no me gusta es la posibilidad de quedarnos sin salas de cine o teatro, y que no salgamos de casa para ver cine y teatro con los amigos. Nosotros que podemos aún en nuestros pueblos coincidir con los amigos.

-Según sus propias declaraciones, el Festival sirve para radiografiar el continente Europeo.

-Bueno, eso fue el año pasado y hace unos cuantos años también, no recuerdo en qué edición, en la que la mayoría de las películas eran de ese continente. Esta edición, el festival radiografía nuestra forma de ser en el mundo, porque tenemos películas noruegas, de Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Líbano o Rusia. Variedad de nacionalidades y estilos, una oportunidad única en Extremadura de disfrutar en una semana de lo mejor que puede verse en 2018. Hay películas, como Non fiction, que sólo se ha visto en el Festival de Cine Europeo de Sevilla antes que en Mérida, o la rusa Leto, que se estrenará en mayo de 2019.

-Sin olvidar la colaboración de la Filmoteca de Extremadura...

-Como dije antes la Junta de Extremadura es nuestro patrocinador más importante, igual que la Filmoteca, que nos apoya en muchas cosas del festival y en la sección Cine y escuela, como hace con otros festivales de la región porque, por suerte, en Extremadura contamos con muchos y diversos festivales y muchas asociaciones que, como el cine club Forum, acercan la cultura cinematográfica a sus vecinos.

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