Llega
la 41 edición del Festival Internacional de Teatro con sabor internacional y
algunos platos fuertes. Junto a las compañías españolas se podrán visionar
trabajos de Reino Unido, Francia, Holanda y Portugal. Las madrileñas Funamviolistas llegan con su propuesta
de “Contraescena”, un ejercicio de
estilo donde el trío de cuerdas recrea en la intimidad el milagroso caos de
existir. Ana Hernández, Maite Olmedilla y Lila Horovitz nos acercan mediante sus voces e instrumentos
a su teatro gestual/musical en un argumento donde cabe de todo, desde el
cuidado de los hijos al miedo al envejecimiento. Un espectáculo de lujo,
innovador que llega cargado de premios (y de swing), aunque no debemos olvidar
a Piazzola, Quintero, León y Quiroga, Vivaldi o Peggy Lee entre, otros músicos
que son recreados por este formidable trío femenino vestido por Lorenzo
Caprile. Sorprendente e innovador.
“Crimen y Telón” es la última y exitosa
propuesta de los ronlalianos. Ya se
echaba en falta esta compañía por estos lares, después de sus clamorosos éxitos
“En un lugar del Quijote”, “Folía” o la celebrada “Cervantina”. Ron Lalá ha desarrollado un estilo reconocible e irrepetible, con
recreaciones y puestas al día de los clásicos y un inmenso amor por el teatro. En
“Crimen y Telón” se entremezcla la pasión
por el teatro y el genero “noir”. Las referencias son continuas y la
metaliteratura está presente en cada escena. Todo ello aderezado con ese estilo
particular que se ha convertido casi en un género, donde se mixturan canciones,
citas, humor y un dominio sorprendente del escenario. Un espectáculo que será
inolvidable para el aficionado.
Los
extremeños de “Suripanta” estrenan una comedia plena de crítica social. “Caimanes”, intitulada “Una comedia muy
sería sobre la mentira” que promete la habitual calidad de la compañía pacense.
Una serie de sorpresas irán revelándose en una, aparentemente, agradable
velada. Un análisis sobre la apariencia y la comunicación.
Unos
viajeros pintados en la pantalla, reales e imaginarios, un espectáculo para
niños, con marionetas, música y movimiento. Una mixtura de la memoria colectiva
de Portugal y Noruega de abordaje no verbal para una narración de viajantes
imaginarios. Conchas, de Teatro
D'Orfeu y Marionetas Mandrágora.
“Genoma B” de los extremeños Albadulake es una libre revisitación del
imaginario lorquiano en “La Casa de Bernarda Alba”, con ruptura canónicas de la
obra seminal. Una hermosa mixtura de flamenco, danza e incluso circo, donde
Bernarda es un maniquí seguido de mujeres enlutadas. Un féretro con sorpresa
flamenca, juego cromático de abanicos rojos, la percusión como arma. Peteneras y
mucho arte, conforman un espectáculo innovador, multidisciplinar, potente y respetuoso con la
raíz literaria.
Siguiendo
con la raigambre castúa “El Reto de Zeus”
de Panduro Producciones, donde una
bella historia de amor en el Olimpo es el pretexto para el humor y lo mágico. Las
aventuras de Pan, que trata de acabar con el aburrimiento del padre de los
dioses, llevará a una serie de divertidas peripecias donde el amor es la llave.
Para los más pequeños.
Desde
holanda llega “The Yelling Kitcehn
Prince”, una propuesta participativa de Timisoara,
donde el propietario de la cocina toca el órgano, cocina y todo al mismo
tiempo. Circo, percusión, pankake, teatro de calle, música, alrededor de la cocción
de una tortilla. 27mínutos frenéticos para este “príncipe de la cocina”.
Los
valencianos de Teatro del Poble
llegan con “Cuzco”, un argumento
acerca de las relaciones de pareja con gran éxito de crítica y público. Una
pared desnuda, un cuarto de hotel, una pareja que se aleja hasta Perú para
descubrir lo lejos que está, una búsqueda de la propia identidad en una
habitación vacía y universal. Un excelente trabajo actoral y de dirección, con
un humor a veces cruel y sonidos andinos como fondo para los protagonistas: Él
y Ella.
The Ratpack conseguirá emocionar con su espectáculo de danza “Spakeasy”,
ambientado en un local en la época de los gansters. Este espectáculo híbrido
(circo, referencias cinematográficas, y hip-hop), atrapa al espectador con sus
personajes-tipo: la Betty Boop, el barman loco, el capo, el anarquista,. Todo
ello en clave de cine negro. Un espectáculo sobresaliente el estos seis
acróbatas y bailarines con reminiscencias de Coppola, jazz, Tarantino y
Scorsese, funk y mucha diversión.
El
extremeño Pablo Bigeriego realiza un
“tour de force” en el sótano del López de Ayala. “Diario de un Loco” es la narración de Gogol sobre el descenso cotidiano
a la locura. La paulatina degradación mental de este esquizofrénico es representada
por el actor con certeza en casa una de sus etapas. Un texto exigente en un
escenario casi desnudo (una percha, una mesa, un batín) que Bigeriego alquimiza
y hace suyo, llevándose al espectador a los abismos de la locura (sin perder
ese tono satírico gogoliano) incluso
en el desconcertante epílogo.
El Avispero Producciones presenta su visión sobre el universo de las redes
sociales, el postureo, su oferta atractiva, pero con zonas oscuras: @LONE. Otro de los estrenos del
Festival.
Finding Joy es la aportación británica que llega de la mano de la
compañía “Vamos Theatre”. Una mirada
tierna, entrañable y lúdica sobre el fin de la vida. Interpretes con máscaras,
arropados por la música. Tristeza y humor para el enfrentamiento a a vejez de
una persona que amamos. Una reflexión en clave de mimo sobre nuestras vidas que
se convierten en “historias” a través de los ojos de una abuela y de Joy. Una
obra silente con detalles de una triste comicidad, como cuando la abuela insta
al nieto a abrocharse la chaqueta, mientras ella vaga en camisón por las
calles. Agridulce propuesta, novedosa, que llega con la compañía de títeres líder
en Reino Unido.
La
aclamada compañía “Atalaya Teatro” se
enfrenta a una de las obras menos conocidas de Federico García Lorca. Una puesta
en escena arriesgada del “Teatro Imposible”, con claras influencias
surrealistas. Con la habitual calidad de la compañía, esta obra es una rapsodia
donde los actores triplican personajes, cantan y se acercan a las técnicas
circenses. La iluminación entre expresionista y surrealista (riesgo asumido),
escaleras infinitas o espejos. El trabajo actoral es notable, con ruptura de la
cuarta pared (los actores surgen del patio de butacas). Un espectáculo lorquiano
apoteósico.
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