FICHA TÉCNICA
Título
original: Carmen (Gypsy blood en EEUU)
Año de
producción: 1918
Duración: 80
minutos.
Director: Ernst Lubitsch
Guión: Grete Diercks, Norbert Falk,
Hanns Kräly
Productor:
Paul Davidson
Fotografía:
Alfred Hansen
Reparto:
Pola Negri
(Carmen)
Harry Liedtke
(Don José Novarro)
Leopold von
Ledebur (Escamillo)
Paul
Biensfeldt (García)
Paul Conradi
(Don Cairo)
Un piano de cine. Músicas e
imágenes fundidas o la posibilidad de sentirse como los pioneros que
contemplaba a Buster Keaton trepando edificios y los Keystone Kops, persiguiendo a
Charlot, bajo los acordes de un pianista perdido en la penumbra de la sala. Es
una de las escasas oportunidades para degustar un espectáculo de estas
características. Tan sólo recuerdo un Nosferatu
en Sevilla, con banda acompañante, o los días de infancia en el cine de los
Maristas con piano a pie de pantalla. Los músicos: Arsénio Martins (piano) y
Mateja Dolsak (saxofón) desgranan una partitura donde la música incidental y la
descriptiva se llevan la palma (algo obvio en el cine silente) sin olvidar
piezas no descriptivas de gran belleza, como la melodía que acompaña a Carmen
comprando en el mercado, o el pentagrama para la escena en Gibraltar. La imaginería
de Lubitch para este film abarca todos los tópicos de las estampas
costumbristas, en una Andalucía preñada de gitanas con rizos en la frente,
bandoleros y toreros que caminan por la
calle vestidos de luces, con montera y ¡con el estoque! Una Sevilla de postal
decimonónica, con reminiscencias de la ópera de Bizet (trágico final en las puertas de la plaza de toros, el
personaje de Escamillo la llegada de la guardia, etc.) pero vía Merimée en su
texto original. La Carmencita , como denominan a la protagonista es
una hembra recial de armas tomar. Hay pinceladas del futuro toque Lubitch, un
germen del futuro director de obras memorables como Ser o no Ser (To be or not
to be) o Ninotchka. La copia que se estrenó con el título
de Gypsy Blood (Sangre Gitana) en
EEUU, parece ser la que visionamos, acompañada de estos dos instrumentos que
acercaban a los personajes mediante un leitmotiv, o describían las situaciones
anímicas, mixturando aires esencialmente
andaluces o flamencos con expresiones jazzísticas. Un difícil trabajo resuelto
con solvencia por este dúo. El mal estado de las copia pide a gritos una
restauración, y unos subtítulos en español para el espectador que no hable inglés,
le ayudarían a seguir detalles de la trama. Lubitch rodó esta película con 26 años tras su éxito Los Ojos de
la Momia. La protagonista es Una de las primeras vamp de la pantalla, Pola Negri, cuyo matiz sexual, es incomprensible a ojos actuales.
Hay
pinceladas de humor en este Lubitch primerizo, pintoresquismo en escenarios y
vestuario y las escenas de muerte adquieren connotaciones de un expresionismo
incipiente. Carmen es una mujer fatal, de armas tomar y que busca su propia
supervivencia en un mundo dominado por hombres bragados. La escenas de lidia no
están excesivamente conseguidas, debido a su dificultad técnica, y la Sevilla presentada no
refleja la realidad ni humana, ni
arquitectónica. Añadir que secuencia del
baile de la protagonista semeja más un campamento de zíngaros. Todo parecido
con algún palo flamenco es pura coincidencia. Carmen es la crónica de una
muerte anunciada, en esa España de tópicos, honores ultrajados, machismo
galopante. El destino de una mujer como La
Carmencita , está escrito en las palmas de la mano donde
ella lee el futuro (otro topicazo). La interpretación de Pola Negri es correcta y consigue una protagonista llena de
vitalidad, intrigante, sin escrúpulos para enfrentarse al mundo, pero que
arrastra la fatalidad consigo. Queda la sensación de recortes en el metraje,
dada la falta de conclusión o precipitación de algunas escenas. Es lo que
sucede con estas cintas tan antiguas, lo que hay es lo que tienes, y es difícil
saber el metraje inicial o las escenas que pueden haberse perdido, O si están circulando en otras copias. Cumpliendo con
perfección su papel los dos músicos hacen confluir el discurso sonoro con el
cinematográfico, imprimiendo carácter a los personajes con las notas,
definiendo situaciones y emociones. Utilizan la polisemanticidad de la música
en todas sus vertientes para establecer signos sonoros. Asociaciones semántico
-convencionales como palos flamencos en
escenas Andaluzas o folklóricas, asociación por analogía, descripción con
percusión en escenas de masas y asociación de carácter estético: timbres,
colores, rapidez para definir personalidades y situaciones. Una experiencia
novedosa que debería ser más frecuente para dar la posibilidad de visionar
obras a las que de otra forma es difícil que se acerquen incluso los cinéfilos
más recalcitrantes, pero que con el atractivo de la música permite que pervivan
estas grabaciones, como la presente que se desarrolló en las instalaciones del
Centro de Ocio Contemporáneo.
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